El desafío independentista

«Españofobia»: El 1-O multiplica los delitos de odio

La Brigada de Información de la Policía Nacional ya ha recibido una treintena de denuncias por agresiones, pintadas o pegada de carteles pro referéndum. Detrás, grupos de extrema izquierda que quieren agitar las calles de la capital

José, que sufrió el ataque de los radicales, asegura que está tranquilo y no cree que vuelvan por allí
José, que sufrió el ataque de los radicales, asegura que está tranquilo y no cree que vuelvan por allílarazon

La Brigada de Información de la Policía Nacional ya ha recibido una treintena de denuncias por agresiones, pintadas o pegada de carteles pro referéndum. Detrás, grupos de extrema izquierda que quieren agitar las calles de la capital

La tensión que se vive estos días en las calles de Cataluña tras el referéndum ilegal del 1-O ha tenido pequeñas réplicas en Madrid. No de la misma intensidad pero, a su manera, los «antisistema» madrileños han querido mostrar su apoyo al «derecho a decidir» del pueblo catalán, del que ahora se sienten hermanos, y han estado agitando las calles como reivindicación a la causa. El escenario principal ha sido la capital, aunque también ha habido algún conato en otras localidades. Lo llevan haciendo desde unos quince días antes del día del referéndum. Desde entonces y hasta hoy, han llegado a la Brigada de Información de la Policía Nacional una treintena de «hechos de agitación», según fuentes policiales.

Se trata de pintadas en la calle a favor de la independencia de Cataluña, pegada de carteles, furgonetas con megafonía pro referéndum, acoso a establecimientos hosteleros, amenazas y hasta un par de agresiones que ya están siendo investigadas. El problema de todos estos hechos es que muchos quedarán sin resolverse. «Un grupo de radicales que va por la calle e insulta a un tipo por llevar una camiseta de la selección española o trata de agredirle y luego se van corriendo... puede que no se les identifique porque ni quien denuncia recuerda su cara. Muchos quedarán en nada a nivel policial o judicial pero son cosas que están pasando estos días en las calles y que no se están contando», explica un agente. Una de las últimas pintadas en Vicálvaro, en la calle Titanio rezaba: «Huelga indefinida hasta la independencia. I. C. (Izquierda Castellana) con Cataluña» o «Vicálvaro con el pueblo catalán». Tampoco han dejado tranquilos a muchos hosteleros que, por recriminarles la pegada de carteles o dibujos de esteladas en la fachada de su bar les llamaban «fachas». Las pegatinas en sedes de partidos políticos ya es un clásico y esta vez tampoco han faltado. Los últimos damnificados, según fuentes policiales, son en la sede del PSOE de Moratalaz, que la noche del miércoles fue empapelada con fotos de policías con las urnas y las esteladas.

Denuncias de este tipo han sido el día a día de las últimas tres semanas en la Brigada de Información de Madrid. Como los hechos delictivos que nazcan de la animadversión por cuestiones ideológicas, religiosas, homófobas o de raza, pasan a considerarse delitos de odio, son estos agentes de Información y no las comisarías de distrito, los encargados de tramitarlas. Estos investigadores, expertos en radicales de extrema izquierda, tienen bastante claro qué grupos están detrás de esta «agitación» en las calles. Y uno de los que más se ha estado moviendo para apoyar el referéndum ilegal es Yesca. Son los «cachorros» de Izquierda Castellana (Izca), un partido de extrema izquierda que siempre ha estado vinculado al entorno abertzale. Nació hace unos quince años y tuvo como dirigente a la histórica Doris Benegas. En Yesca consideran que «bajo el sistema capitalista, la clase trabajadora sólo puede encontrar una vida precarizada y los pueblos no pueden ser libres». Por eso, según dicen en sus bases, «nuestra lucha es además contra el sistema patriarcal». Su centro de operaciones es la okupa La Atalaya. También están participando de forma muy activa Sakonia Resiste, la marca que utiliza Yesca en el barrio de Valdezarza. Se definen como un «colectivo juvenil antifascista, feminista y anticapitalista de Valdezarza, Ciudad de los Poetas, Dehesa de la Villa (Berrio Sakonia)». Los vecinos llaman a esta zona el barrio de Saconia, en recuerdo de la empresa que lo construyó. Sus juventudes de extrema izquierda se hacen llamar «Sakonia Resiste» y, según fuentes policiales, bajo estas siglas ya se han producido agresiones e intimidaciones en el último año en la capital.

La okupa La Atalaya, base de Yesca

El centro social okupado juvenil (CSOJ) La Atalaya, en Puente de Vallecas, es el centro de operaciones de Yesca, las juventudes que están agitando estos días las calles. A los mandos está Iker Ibarrondo, hermano del abogado de cabecera de los antifascistas, Erlantz Ibarrondo. La okupa, tomada desde hace tres años, fue

el IES Magerit.

En primera persona. José, dueño de «El Paso». «Te vamos a quemar el bar, facha de mierda»

Eran sobre las 23:30 horas del pasado martes y José, propietario del bar El Paso, en Valdezarza, preparaba unos refrescos para servir cuando «llegaron los bandoleros», dice irónicamente. Asegura que no eran más que cinco chavales, cuatro chicos y una chica que no llegarían a los 20 años. Iban por el barrio con carteles y con los utensilios necesarios para pegarlos en paredes y fachadas. «Ponía algo de Cataluña y nosequé de los comuneros. Qué sabrán ellos lo que eran los comuneros», comentaban ayer en el taller que hace esquina con el bar. «A mí me parece perfecto lo que defienden pero que no nos molesten a los demás con sus historias», zanja.

Y es que, a los chicos, supuestos «activistas» pro referéndum en Madrid, no se les ocurrió otra cosa que tratar de pegar un póster en la cristalera del bar de José. «Un cliente de los que estaba en la terraza les dijo algo y ya se armó», explica. Tenía la terraza bastante llena y también había clientela en el interior. Uno de estos clientes se encaró con los chicos y éstos se la devolvieron tirando el cubo que llevaban con la cola para pegar los carteles al interior del bar. No manchó sólo a la mesa que se había encarado con los radicales y el pegamento también salpicó a otros clientes. Y, por supuesto, quedó esparcido por el suelo y la puerta de entrada.

El gesto propició que el resto de clientes se levantaran y fueran hacia el grupo de radicales para retenerlos hasta que alguien llamara a la Policía, pero no les dio ni tiempo.Tras lanzar el cubo al interior del local los chicos huyeron a toda carrera del lugar, conscientes de que la protesta se les había ido de las manos.

Eso sí, antes de irse, no dudaron en amenazar al dueño: «¡Te vamos a prender fuego al bar! «Vamos a volver y te lo vamos a quemar, ¡facha de mierda!».

«Pero por aquí no han vuelto», dice, tranquilo José. Lleva 29 años al frente del bar El Paso aunque el establecimiento tiene casi medio siglo.

Detrás de estas amenazas y daños en el establecimiento hostelero podrían estar miembros de «Sakonia Resiste», un grupo de antisistema de Valdezarza que se ha movido mucho estos días a favor de la independencia de Cataluña.

«Facha es que ya te llaman por cualquier cosa. ¿Soy facha por no dejarles pegar un cartel en la cristalera del bar? Hombre, por favor...», reflexiona José.

La Brigada Provincial de Información de Madrid ya estaría identificando a algunos de los implicados en el suceso.