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Intenta degollar a su madre y se suicida en Cuatro Vientos

Juan José Román, de 50 años, apuñaló ayer a su progenitora, de 89 y enferma de alzhéimer.

Los agentes de Policía Científica abandonaron el piso a las 18:50 horas
Los agentes de Policía Científica abandonaron el piso a las 18:50 horaslarazon

Juan José Román, de 50 años, apuñaló ayer a su progenitora, de 89 y enferma de alzhéimer. Los vecinos dicen que sentía «devoción» por ella.

Juan José Román tenía 50 años, trabajaba en una empresa de vigilancia privada y seguía viviendo con su madre, de 89 años, en el bajo C del número 29 de la calle Navalmoral de la Mata, en Cuatro Vientos (distrito de Latina). Entre sus vecinos, hay opiniones encontradas acerca de quién era este solitario hombre que ayer intentó acabar con la vida de su madre y acabó haciéndolo con la suya. La poca gente joven que vive en este portal, que son las familias más nuevas en llegar al edificio, dicen que era un poco «rarillo». «No conocemos mucho a la gente del portal , no tanto como se conocen entre ellos, que llevan toda la vida compartiendo rellano pero lo normal es dar los buenos días cuando te cruzas por la escalera. Pues él a veces no contestaba o nos miraba mal», comenta un matrimonio joven.

Para la vecina del mismo rellano que los protagonistas del suceso, Juanjo era un hombre «encantador». «Era devoción lo que tenía por su madre. La llevaba al médico, a la peluquería... La cuidaba muchísimo, no sé qué le ha podido pasar por la cabeza, ya sabes cómo son las mentes humanas, de repente te da por ahí y ya está hecho». La mujer se refiere a lo ocurrido en ese bajo C a eso de las 13:00 horas de ayer, aproximadamente, aunque no fue hasta las 14:30 horas cuando un vecino se percató de que algo no iba bien. Las persianas de la casa estaban bajadas y pensó «qué raro, se habrá quedado dormido Juanjo pero ya es muy tarde», explica está vecina. Tampoco escuchaban música y ellos siempre tenían puesta la radio por la mañana. Así, llamaron a la puerta para quedarse tranquilos y vieron que no contestaba nadie. El vecino de al lado, que tenía llave, decidió entrar y fue cuando se encontró la macabra escena: el cuerpo de Juan José yacía en el suelo, sin vida, y ensangretado y Dolores Catena (Lola la llaman sus vecinos) estaba muy grave. El hombre, octogenario también, se llevó un susto del que todavía ayer no se había recuperado mientras declaraba ante el Grupo de Homicidios.

La llamada al 112 entró a las 14:40 horas. Cuando los sanitarios del Summa llegaron al domicilio se encontraron con dos heridos por arma blanca. El varón ya se encontraba fallecido con una herida de arma blanca en el cuello, por lo que no manipularon su cuerpo. La mujer también presentaba una herida por arma blanca en el cuello pero aún seguía con vida. Los sanitarios la trasladaron al Hospital Clínico, donde ingresó en estado grave, según una portavoz de Emergencias-Comunidad de Madrid.

Nadie escuchó un ruido, una discusión jamás. El pasado fin de semana los bomberos tuvieron que tirar la puerta porque Lola se había caído y no podía abrir la puerta, según los vecinos.

Poco después los agentes del Grupo V de homicidios, la Policía Científica y el juez de guardia se acudieron al lugar. El juez autorizó el levantamiento del cadáver y trasladaron el cuerpo de Juanjo al Anatómico Forense, donde la autopsia que le será practicada hoy determinará si él mismo se provocó la muerte o, por el contrario, hay una tercera persona implicada, que trató de matar a madre e hijo. Sin embargo, las primeras investigaciones apuntan a que Juanjo trató de acabar con la vida de su madre, enferma de alzhéimer, y quizás pensando que ya había fallecido o al ver lo que había hecho, se suicidó.