Jack Babiloni: «Es una pena que lo que iba a durar 500 años se quede en siete»

Cuenta Jack Babiloni que fue la segunda o tercera opción que se barajó para decorar la fachada de Orellana, 5. «Creo que me escogieron porque acepté los dos retos que exigía: hacerla en 15 días laborables y con la técnica del fresco». Babiloni está estos días en Tokio, pero como internet no entiende de distancias, se enteró a través de Change.org de que la orden de restitución del edificio a su estado original ya está en marcha. Ha mandado una carta para intentar evitarlo a Manuela Carmena y a los concejales de Cultura, Centro y Urbanismo, pero aún no ha obtenido respuesta.

Describe «Todo es felicidá» como una interpretación iconográfica de la mitología helénica «perturbadora» y «valiente». Marco Aurelio, Aquiles, Apolo y Atenea son algunos de los personajes que pintó en negro, amarillo, azul y ocre sobre el fondo blanco de la fachada. «Al principio pensé utilizar los tres niveles para distribuir a los personajes en mortales, titanes y dioses» pero luego decidió mezclarlos, como mezclados están entre las ventanas y otros elementos arquitectónicos que tuvo que ir salvando para llevar a cabo su obra. De los 15 días que estuvo subido en el andamio recuerda el frío y el viento que durante esos días superó los 90 km por hora. «Algunos vecinos me ofrecían bebida. Sólo una vez acepté a entrar en una de las viviendas y tomar un café junto a una familia alemana». Considera que «Todo es felicidá» es una “obra singular dentro de su trayectoria principalmente por la capacidad que tiene de sorprender al viandante y por la sinergia que ha conseguido con la urbe y con el edificio que decora, un palacete del siglo XIX. Ahora no deja de recibir mensajes de personas que se solidarizan con el final anunciado de su obra. «Una agencia de publicidad me ha trasladado que está consternada porque escogió el edificio por la originalidad de la decoración exterior», explica.