Espectáculos

La alcaldesa cierra el teatro Bodevil

El teatro de la calle Conde Orgaz deberá cerrar sus puertas el próximo martes
El teatro de la calle Conde Orgaz deberá cerrar sus puertas el próximo marteslarazon

Una sanción «inexplicable» obliga a cerrar la sala cuatro meses. Sus empresarios dicen que significará su fin.

Martes 26 de enero: entrega de los I Premios Godoff en los que se reconoce el buen hacer de la parte «más modesta» del teatro madrileño. Actuaciones, presentaciones, galardones... Todo sigue su cauce hasta que casi terminada la gala, cerca de la medianoche, Javier, gerente del Teatro Bosco de Malasaña –en el que se realiza la gala–, alza la voz: «Agradezco a todos y cada uno su presencia y su sacrifico... Menos a una persona: Manuela Carmena. Tengo que cerrar porque ¡no me dan licencias!». El local de Palma 14 cierra. Las esperanzas puestas en quien ondeaba la bandera de la cultura se veían truncadas «por quien menos lo esperaba». Ello despierta los murmullos de un público que empieza a analizar la situación del teatro en la capital más allá del off –donde la intranquilidad se ha convertido en norma–, también uno de sus ejes: en el mismísimo Español, con un Pérez de la Fuente poco menos que aislado en la soledad de su despacho. Noticia que salta al día siguiente. El terremoto en las tablas daba comienzo.

Con uno de los pilares de la escena capitalina tambaleándose y oculto en el secretismo, las repercusiones del seísmo llegan el día 29 hasta el número 17 de Conde Orgaz, allí donde el Teatro Bodevil tiene sus puertas. El Ayuntamiento de Madrid notifica a la dirección que en diez días deben clausurar sus espectáculos. El motivo, una sanción «inexplicable» –comentan– de hace casi dos años, cuando sus actuales responsables cogieron el inmueble y se dedicaban a «algo totalmente diferente». «Como la temporada teatral no comenzaba hasta septiembre decidimos montar durante dos meses un lugar de copas y de ahí vienen los problemas», introduce su director, Isaac Forcada, que defiende aquel hecho como puntual. «Ese mismo verano –de mayo a julio de 2014– tuvimos hasta cinco inspecciones, llegando a 511 personas de aforo en la que más. Una cifra muy lejos del límite de riesgo de la sala, que se extendía hasta los 910 individuos». Sin embargo, choca con los casi 300 puestos que marcaba la licencia oficial y que llevaron al consistorio a firmar la sanción por miedo a «otro Madrid Arena». Es precisamente aquí donde desde Bodevil defienden que, pese a no tener el permiso oportuno, la medida es desproporcionada, pues «en ningún momento se ha puesto en peligro la salud de nadie y por ello nos vimos obligados a recurrir ante el juzgado porque tenemos la documentación de aforo riesgo que nos protege», justificando una multa más benévola. Aun así, la esteril apelación que ha sorprendido a Forcada –principalmente porque desde el Ayuntamiento le habían asegurado que lucharían por evitar el cierre– ya que «a dos meses de la resolución del juez, no se han querido esperar y se ha aplicado la sanción de cierre de cuatro meses». Así, la situación deja a la empresa al borde de su final, según explican los responsables de la sala. Y con ello, «a las más de 80 familias que viven de ella».

Desde el departamento de urbanismo del Ayuntamiento defienden que «no existe nada de tipo discrecional y que no tiene nada que ver con el cambio de Gobierno. Es simplemente una consecuencia del procedimiento sancionador de una denuncia por incumplimiento de aforo por miedo a trágicas consecuencias». Tras ello, en Bodevil continúan con esperanza de que se den cuenta de que el cierre es una «barbaridad para un teatro que ha aportado tanto al panorama cultural de la ciudad sin ningún riesgo y para el que esto puede suponer la desaparición».