Transporte

La invasión silenciosa de las bicis de alquiler

Las grandes compañías asiáticas de alquiler de bicicletas sin anclajes acaban de aterrizar en Madrid con más de 400 ejemplares. Al menos tres más ya han anunciado su intención de establecerse en los próximos meses. Carmena estudia la fórmula para ponerles coto después de los problemas de ocupación masiva del espacio público generado en otras ciudades

Las grandes compañías asiáticas de alquiler de bicicletas sin anclajes acaban de aterrizar en Madrid con más de 400 ejemplares.Bicis de alquiler mediante App.
Las grandes compañías asiáticas de alquiler de bicicletas sin anclajes acaban de aterrizar en Madrid con más de 400 ejemplares.Bicis de alquiler mediante App.larazon

Las grandes compañías asiáticas de alquiler de bicicletas sin anclajes acaban de aterrizar en Madrid con más de 400 ejemplares. Al menos tres más ya han anunciado su intención de establecerse en los próximos meses. Carmena estudia la fórmula para ponerles coto después de los problemas de ocupación masiva del espacio público generado en otras ciudades.

La imagen empieza a preocupar tanto a los vecinos como al Ayuntamiento de Madrid: los soportes de los clásicos aparcabicis públicos que se reparten por la ciudad estan invadidos de bicicletas de alquiler. Seguro que ya ha visto más de una. Tienen colores llamativos, amarillo, rosa o naranja, y un pequeño cartel con unas sencillas instrucciones que permiten a cualquiera en sólo unos munitos cogerla, trasladarse por la ciudad y dejarla prácticamente en cualquier lugar. Es el «bikesharing» o alquiler de bicicletas compartido, que ha aterrizado recientemente en Madrid y que, como ha sucedido en el resto de ciudades del mundo en las que se ha establecido, ha conquistado a madrileños y turistas casi con la misma rapidez que ha generado problemas.

El problema es que son invasivas; es decir, en muy poco tiempo, las ciudades a las que han llegado se han llenado de bicicletas sin apenas tener infraestructuras y viales para su funcionamiento. Además son fácilmente «abandonables» en cualquier lugar, por lo que es frecuente encontrarlas atadas a bancos, árboles o tiradas en la calle. Para la Administración también es un problema porque no exige una norma que las regule.

En Madrid han comenzado a operar varias compañías de alquiler de bicicletas compartidas en septiembre, lo que ha llevado al Ayuntamiento de Manuela Carmena a estudiar cómo regular el funcionamiento de estas compañías que vienen de distintas partes del mundo, como Dinamarca, China o Singapur. Las bicicletas no son eléctricas (como las públicas BiciMad), por lo que no necesitan un anclaje especial. Pueden dejarse aparcadas en cualquier lado y se bloquean o desbloquean para su uso con una aplicación móvil.

Estos sistemas de alquiler de bicicletas sin estaciones o «free-floating» son iniciativas privadas que cuentan con una flota de bicis equipadas con un sistema de localización GPS y una app móvil que permite a los usuarios localizarlas y desbloquearlas. Con el mismo procedimiento que los servicios de «carsharing» como Car2go o Emov, pero en versión bicicleta.

La primera empresa que comenzó –en enero– a operar en Madrid fue Donkey Republik. Esta compañía de origen danés funciona ya en varias ciudades del mundo. Su servicio no necesita conexión a internet (sólo bluetooth), ni estaciones de acoplamiento, tampoco requiere llevar efectivo, ni tarjeta de identificación o depósitos, su disponibilidad es 24 horas, los 365 días, por lo que el acceso es muy sencillo. El tiempo mínimo de alquiler son 30 minutos y cuesta 1,88 euros. Un día son 15 euros y una semana, 63 euros.

Donkey Republic ya funciona en Barcelona, y en Madrid tiene más de cien bicicletas, todas de color naranja. Además de ésta, a la capital acaba de aterrizar el gigante chino Ofo, con 110 ejemplares y OBike, desde Singapur, con cerca de 300. Las dos segundas han escogido el amarillo como color comercial y tienen previsto expandirse por el resto de ciudades españolas entre finales de este año y el próximo.

Las de la compañía Ofo, líder en mundial en el sector, son por el momento las más baratas: el precio del alquiler de una de ellas –se paga mediante tarjeta de crédito y también a través de una aplicación móvil– es de 50 céntimos cada 30 minutos. La compañía cuenta con más de 10 millones de bicicletas distribuídas en 180 ciudades del mundo y más de 200 millones de usuarios. España será el decimoquinto país y Madrid ha sido su primer destino después de llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid por el cual iniciará su despliegue de bicicletas repartiendo 50 en Las Tablas, otras 50 en Usera y 10 en Salamanca. Tras esta primera prueba piloto, llegarán el resto de distritos y barrios de la ciudad.

El Ayuntamiento de Manuela Carmena lleva semanas negociando la entrada de hasta seis empresas en la ciudad. Desde el consistorio se asegura que «está abierto a apoyar cualquier nuevo modelo de movilidad que ayude a conseguir una ciudad más sostenible y mejor calidad del aire», pero también subrayan que son conscientes «de los aspectos negativos de la llegada de estos sistemas a otras ciudades». De hecho, explican que en algunos lugares se han prohibido o retirado de forma masiva las bicicletas, por los problemas que ya generaba su ocupación masiva del espacio peatonal y de los aparcabicis.

Desde el Ejecutivo de Ahora Madrid asumen que la regulación de estas compañías es competencia suya en cuanto porque es quien tiene la obligación de regular el espacio público de forma equilibrada para todos los usuarios. Por este motivo, y ante las experiencias que se han vivido en otras ciudades, el Ayuntamiento de Madrid afirma que está trabajando en «una regulación especial para el caso de las flotas de bicicletas en alquiler sin base fija». En este sentido, el Ayuntamiento de Manuela Carmena explica que ha pedido a las empresas que su implantación se realice de acuerdo a la regulación en la que está trabajando su equipo, que en breve quiere aprobar una Ordenanza de Movilidad Sostenible en la que, según añaden, «podrían incorporar limitaciones al uso de estas bicicletas de alquiler en los aparcamientos de bicis privadas» y acordar la responsabilidad de la empresa en caso de estacionamientos indebidos en estos puntos, o ancladas a elementos vegetales. Hasta la puesta en marcha de esta nueva ordenanza, estas compañías deberán estar sujetas a la actual que prohibe que sean aparcadas en los espacios reservados para motos. Así, especifica que sólo si los aparcabicis públicos están llenos pueden ser estacionadas «en la calzada junto a la acera en forma oblicua a la misma y ocupando una anchura máxima de dos metros». Para poder ser aparcadas en la acera, ésta debe tener más de tres metros de ancho. Además añade que los árboles no pueden usarse para anclar la bici.

Bicimad y el «trampolín» del abono transportes

Aunque el sistema municipal de alquiler de bicicletas, BiciMAD no pasa por su mejor momento: ha perdido miles de usuarios y su coste para el Ayuntamiento (que lo municipalizó hace una año) es altísimo, lo cierto es que se espera que en breve comience a beneficiarse de la posibilidad de acceder al servicio con la Tarjeta de Transporte Público o Tarjeta Multi. Ser poseedor de la tarjeta no da acceso al servicio; sin embargo desde la semana pasada, el servicio de bicis podrá abonarse con ésta. Es decir, aquellos usuarios de BiciMAD pueden alquilar una bici con la tarjeta de transporte o el antiguo abono, eliminando la necesidad de llevar dos tarjetas, aunque el coste de ambos servicios es independiente y deberá ser abonado por igual. Para poder unificar estas dos tarjetas es necesario que el abonado seleccione esta opción en la web www.bicimad.com. Tras su solicitud, se activará en su tarjeta el servicio de bicicleta pública y su anterior tarjeta de BiciMAD dejará de estar operativa. Aunque no hay fecha prevista para la integración total de ambos servicios (el pago conjunto), desde el Ayuntamiento aseguran que se trabaja para conseguir la combinación total de los transportes públicos, incluida la bicicleta.

Así funciona

App móvil

El funcionamiento es similar a Car2go o Emov. El primer paso para poder coger una bicicleta de alquiler compartido es bajarse la aplicación móvil de una de las empresas que las comercializan y darse de alta, para lo que se facilita un número de cuenta corriente. En Madrid hay al menos tres: Donkey Republic, Ofo y OBike.

Localización

La aplicación funciona sin necesidad de internet y tiene un sistema de localización de bicicletas (dotadas con GPS) mediante bluetooth. Cuando el usuario necesita coger una, sólo tiene que abrir la «app» y mirar en el mapa dónde hay una bici disponible.

Desbloqueo

La propia aplicación permite desbloquear el sistema de candado o cerradura inteligente de la bici escogida escaneando un código QR que tiene cada vehículo.

Tarifa

El coste del servicio (va desde 30 minutos a una semana) varía según la compañía. La más barata cuesta 0,50 euros media hora.

Estacionamiento

Cuando termina el servicio, la bici se bloquea con el móvil y se deja en la vía pública.