Los disfraces con los que te juegas el Carnaval

Consumo realizó el pasado año 143 intervenciones en 2016 y se incautó de 6.000 prendas que incumplen la normativa de seguridad

Este fin de semana se celebra el Carnaval; una fecha para divertirse y disfrutar, no para tener un disgusto. Si han pensado en disfrazarse o es su hijo quien lo va a hacer, cuidado, no todos los artículos y disfraces que se venden son seguros. Según explicó a LA RAZÓN la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid, durante todo el año pasado, se retiraron del mercado más de 75.000 unidades de productos clasificados como «juguetes peligrosos». Si hablamos de disfraces esta cifra se encontraría en torno a 6.000 atuendos infantiles retirados del mercado porque presentaban algún tipo de riesgo.

La Dirección General de Consumo se incautó de este material después de un millar de inspecciones de oficio y de un total de 143 intervenciones, de las cuales 40 se debieron exclusivamente a denuncias por disfraces peligrosos, una cifra bastante elevada teniendo en cuenta que son muy pocos los periodos en los que se suelen utilizar: Navidad, Carnaval o Halloween. Además, los inspectores también actuaron en 585 ocasiones para operaciones de ámbito nacional y 313 europeo. De todas las sanciones que interpuso Consumo el pasado año, el 31,78 por ciento (unas 125.000) se debió a productos peligrosos.

Para que los más pequeños de la casa puedan disfrutar de esta emocionante fiesta, sin acabar con algún rasguño (o algo más grave), es importante que sus disfraces cuenten con la etiqueta CE, Conformidad Europea, que acredita que el artículo comprado cumple con todos los requisitos de seguridad. Además, debe aparecer el nombre y la dirección del fabricante, las advertencias de uso y un código con el que identificar el producto para poder retirarlo del mercado en caso de tener algún problema.

Igualmente, hay que asegurarse de que el atuendo para los más pequeños de la casa no presente lazos o cordones (como los que aparecen en los disfraces de las fotos) que puedan lesionar o asfixiar al menor. Es importante que tampoco cuente con partes punzantes o fácilmente arrancables para evitar posibles atragantamientos. El tejido de los disfraces también debe tenerse en cuenta antes de adquirirlo, ya que una tela que no sea natural puede provocar al menor desde pequeñas reacciones alérgicas en la piel hasta quemaduras muy graves si el traje entran en contacto con alguna llama, como podría ser la de un cigarro.