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Matadero: El último agravio de Mayer, sin reparar

Los carteles con los nombres de Aub y Arrabal no han sido restituídos en las salas pese a que Carmena enmendó su retirada. El primer montaje del nuevo director pincha en taquilla: ayer sólo vendió 80 de las 452 entradas.

Los nombres de Aub y Arrabal fueron retirados de las vigas que dan entrada a las Naves 10 y 11 un día antes de que se presentara la nueva programación
Los nombres de Aub y Arrabal fueron retirados de las vigas que dan entrada a las Naves 10 y 11 un día antes de que se presentara la nueva programaciónlarazon

Los carteles con los nombres de Aub y Arrabal no han sido restituídos en las salas pese a que Carmena enmendó su retirada. El primer montaje del nuevo director pincha en taquilla: ayer sólo vendió 80 de las 452 entradas.

Aunque de forma oficial continúa siendo la delegada de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer ya no ejerce como tal. El pasado viernes, eludió comparecer en la comisión ordinaria del ramo. La alcaldesa, Manuela Carmena, ha asumido temporalmente sus competencias y el adiós de Mayer no se hará efectivo técnicamente hasta que no se apruebe el cese, al que seguirá su posterior nombramiento como delegada de Igualdad. De hecho, en la web de Transparencia del consistorio –también en el perfil de Twitter de la propia edil– sigue figurando como responsable del área de Gobierno de Cultura y Deportes.

Su destitución se consumó la pasada semana tras una nueva polémica en la gestión de los espacios teatrales municipales. Dio el visto bueno a la propuesta de retirar los nombres de Max Aub y Fernando Arrabal de las dos salas de Matadero que han pasado a integrar el Centro Internacional de Artes Vivas bajo la dirección de Mateo Feijóo. La alcaldesa rectificó a Mayer, y el Ayuntamiento, tras el aluvión de críticas recibido, informó de que las salas no serían finalmente rebautizadas.

Sin embargo, al menos al cierre de esta edición, los letreros que homenajeaban a Aub y Arrabal en Matadero –y que servían, además, como localizador de las salas en la explanada de este recinto cultural de Arganzuela–, aún no han sido restituidos. En la web de Matadero, la rectificación tampoco se ha hecho efectiva: las salas Max Aub y Fernando Arrabal siguen siendo la Nave 10 y la Nave 11, respectivamente. Cualquier vecino de la ciudad o turista que quiera comprar una entrada a través de este canal también puede comprobar cómo los espacios no han recuperado las denominaciones que el Gobierno de Ana Botella (PP) les otorgó en 2015 con objeto de rendir tributo a los dramaturgos ahora agraviados.

Los letreros con los nombres de Aub y Arrabal fueron retirados de Matadero el pasado 6 de marzo. Al día siguiente, Mayer y Feijóo presentaron la programación de las dos salas para los próximos meses. El acto sirvió para evidenciar las contradicciones que han marcado los 20 meses de Mayer al frente de la concejalía: ante las preguntas de los medios de comunicación, la edil aseguró que la polémica por el nombre de estos espacios escénicos se debía a un error de interpretación y que ambas salas mantendrían sus nombres pese a que en la programación repartida allí mismo se mencionaban expresamente las nuevas nomenclaturas –Naves 10 y 11– y a que el día anterior los letreros habían sido «borrados». Tal y como informó este diario, la retirada de los carteles por parte de los operarios del consistorio se produjo en presencia de Elena Aub, hija del escritor.

Al margen de la polémica por los nombres de las salas, no parece que la nueva etapa que ha arrancado en las Naves de Matadero bajo el nombre de Centro Internacional de Artes Vivas y la batuta de Mateo Feijóo cuente con el respaldo del público. Este fin de semana, del viernes al domingo, ha tenido lugar el primer espectáculo de pago programado por la nueva dirección. Se trata de la propuesta de danza urbana «Ray Lee + Co-Lapso», en la que, según el programa elaborado por el consistorio, se ha reunido por primera vez a la «la élite del break en nuestro país» con el objetivo de «poner en valor la calidad artística de una danza obviada institucional, laboral y académicamente».

El espectáculo, sin embargo, ha pinchado en hueso en taquilla. Ayer, el último de los tres días con esta propuesta en cartel, apenas se habían vendido poco más de 80 entradas en una sala con un aforo para 452 personas, o lo que es lo mismo, sólo un 17% de las butacas disponibles. En el horizonte más inmediato, varios espectáculos de danza y teatro servirán para saber si el nuevo rumbo de las Naves es capaz de captar a más espectadores o no. Este mismo mes llegará la producción de Manuel Fernández Valdés «Angélica (Una tragedia)» y el «Atlas Madrid» de los portugueses Ana Borralho y João Galante. En la presentación de esta programación, Feijóo incidió en el «nuevo análisis» que sus propuestas plantean: «Si no lo hacemos, estaremos perdiendo el tiempo como sociedad, como individuos y como país. En el terreno artístico lo realmente importante es la búsqueda, la investigación, el proceso».