Violencia de género

Segunda degollada en 48 horas

El cadáver de Johana Salazar fue hallado ayer por su cuñado en su casa de Alcorcón. La Policía investiga a su último inquilino y posible pareja como principal sospechoso del crimen.

Los servicios funerarios bajaron el cadáver sobre las 19:00 horas para llevarla al Anatómico Forense.
Los servicios funerarios bajaron el cadáver sobre las 19:00 horas para llevarla al Anatómico Forense.larazon

El cadáver de Johana Salazar fue hallado ayer por su cuñado en su casa de Alcorcón. La Policía investiga a su último inquilino y posible pareja como principal sospechoso del crimen.

Eran las 11:30 horas de la mañana. Desde el cuarto piso, Johana gritaba, pedía auxilio y trataba, con todas sus fuerzas, de intentar que alguien la escuchara y avisara a la Policía. Los gritos se oían desde la calle pero todo el que escuchó algo dio por hecho que era una discusión más de una pareja de etnia gitana muy conocida en el barrio porque discuten casi a diario y las broncas son monumentales. Por eso a nadie le extrañaron ni los gritos ni que a eso de las 15:30 horas de la tarde dos coches de policía estuvieran aparcados frente al portal: era una escena demasiado habitual en el portal 3 de la calle Matadero de Alcorcón.

Fue su cuñado el que dio la voz de alarma al ver que no cogía el teléfono. La echaron en falta porque había quedado a comer con unas amigas y no llegaba. Su cuerpo sin vida, a los 36 años, estaba en el cuarto de baño, en la primera estancia de la vivienda nada más entrar, a la derecha. Estaba boca arriba, al lado del bidé, con el pijama puesto y en medio de un gran charco de sangre. Tenía una puñalada en el pecho y otra, la más grave, en el cuello que posiblemente fuera la mortal.

La discusión habría comenzado en el pasillo de la vivienda, el 4ºA, y finalizó en el baño, según fuentes policiales. Había un barreño con agua y lejía, probablemente porque el autor quiso limpiar la escena del crimen o quizás, por casualidad, Johana justo se disponía a limpiar antes de que todo comenzara. Por el momento, hay varias hipótesis abiertas en torno al autor material. Sus familiares aseguran que no tenía pareja actualmente. Johana, de nacionalidad colombiana, llevaba viviendo tres años en ese piso, antes compartido con una compatriota y ahora, al parecer, con un inquilino que se ha convertido en uno de los sospechosos para la Policía. Se desconoce si, como piensan algunos vecinos, les unía una relación sentimental. Su ex marido y padre de su hijo, de 17 años, habría fallecido, según fuentes cercanas a la familia. Los investigadores trataron durante las primeras horas posteriores al hallazgo del cadáver de ponerse en contacto con él para autorizar el registro de la vivienda pero no habría respondido a las llamadas. Al parecer, tendría una licencia de taxis. También andaban ayer los investigadores analizando unas supuestas amenazas por parte de gente de Marruecos que habría denunciado hace tiempo. A la gran bronca, según algunos testigos, le siguió el silencio absoluto. Un vecino vio por la mirilla salir del piso del crimen a un hombre y bajar las escaleras pero, a simple vista, no le pareció que se tratara de la persona que suele vivir con ella que era, al parecer de la misma nacionalidad pero bastante más oscuro de piel. No le constaban antecedentes policiales de ningún tipo, según las mismas fuentes.

Después de encontrar el cuerpo sin vida de su familiar, el cuñado de Johana, visiblemente afectado por la grotesca imagen, llamó a los servicios de Emergencias. La llamada al 112 entró a las 15:22 horas y un médico del Summa acudió al lugar para certificar la muerte de la joven. Apenas manipularon el cuerpo, a la espera de que la comisión judicial autorizara el levantamiento del cadáver. Se encontraba en mitad de un gran charco de sangre pero ésta ya estaba bastante saca, por lo que dedujeron que el suceso se había producido horas atrás. Ya pasadas las 16:00 horas, llegaron al lugar los agentes del Grupo VI de Homicidios la Brigada Provincial de Policía Judicial y de la Brigada de Policía Científica, que estuvieron toda la tarde recogiendo vestigios en el lugar de los hechos y tratando de avanzar en la investigación, si bien aún no había logrado dar con el principal sospechoso. No obstante, ayer tampoco se descartaban otros móviles distintos a la violencia machista.

Hasta el lugar del suceso se acercó también al alcalde de la localidad, David Pérez, quien aseguró que «todo apunta» a que se trate de un nuevo caso de violencia de género. Pérez convocó para hoy cinco minutos de silencio a las 11:00 horas para «reafirmar» el compromiso de la sociedad de Alcorcón contra de la violencia machista. El regidor puso a disposición de sus familiares toda la ayuda que puedan necesitar en cuestión de trámites con la embajada de Colombia ya que querrían repatriar el cuerpo a su país de origen. Hoy tiene previsto convocar una reunión de la Junta de Portavoces para proponer tres días de luto oficial en el municipio. La presidenta regional, Cristina Cifuentes, por su parte, también condenó ayer las muertes violentas de dos mujeres asesinadas esta semana en Getafe y Alcorcón. Y es que la muerte de Johana se produce sólo 48 horas después de la de Raquel, vecina de Getafe de 63 años, que murió también degollada a manos de su ex pareja en su vivienda. Su asesino, de 71 años, se entregó en la comisaría de la localidad un día después de matarla. El Grupo VI de Homicidios lo tuvo fácil en esta ocasión al tener a un asesino confeso. Con el suceso de Alcorcón, sin embargo, aún hay mucho que investigar. La Comunidad aseguró que se va a personar en ambos casos como acusación popular.