Comunidad de Madrid

Ni unidad, ni integración

Sara Hernández cambia de nombre al partido, de PSM a PSOE-M, y aprueba una Ejecutiva sin contar con su rival. La nueva dirección sólo obtuvo el respaldo del 55% de los delegados, menos apoyo del que logró el domingo la secretaria general

La nueva secretaria general de los socialistas madrileños presentó la nueva Ejecutiva con la que dirigirá el partido, que ayer cambió de nombre al pasar de PSM a PSOE-M
La nueva secretaria general de los socialistas madrileños presentó la nueva Ejecutiva con la que dirigirá el partido, que ayer cambió de nombre al pasar de PSM a PSOE-Mlarazon

Por mucho que en boca de todos sus protagonistas estuviese la palabra «unidad» y que el lema del congreso extraordinario del PSM fuese «Sumando Fuerzas», al final los militantes han vuelto a irse por peteneras y han demostrado que la federación socialista madrileña está tan convulsa y dividida como siempre. Basta observar las cifras de las votaciones para comprobar que la nueva Ejecutiva de la secretaria general Sara Hernández tan sólo tiene el apoyo de los suyos, porque ninguno de los comités, ni el Federal, ni el regional, ni el de ética ni la Comisión Ejecutiva han logrado más que un 58% de los votos de los 541 delegados presentes en el congreso. Es más, la votación del equipo de Gobierno del PSOE-M –la nueva denominación que han dado al PSM, PSOE de la Comunidad de Madrid– fue la más multitudinaria, con 501 votos, y en la que menos respaldo obtuvo Hernández, con un 55,49% de apoyos frente a 222 sufragios en blanco.

Sin embargo, salvo el burdo intento de pucherazo en la votación sobre la reducción de representantes delegados de las agrupaciones, nadie se ha tomado por sorpresa el ninguneo de la líder socialista y su equipo con su oponente en primarias, Juan Segovia, a quien venció con apenas el 57% de los apoyos de la militancia. «Se veía venir, porque durante toda la semana no ha mostrado el más mínimo interés por reunirse con el representante de la mitad de los afiliados», aseguraron desde el entorno de Segovia. Al parecer, apenas hubo una conversación de un minuto hasta la pasada madrugada, cuando Hernández convocó al diputado regional a Getafe para hablar de su integración y la de algún miembro de su candidatura en la Comisión Ejecutiva.

Al respecto, Segovia explicó a su llegada al congreso extraordinario que había decidido no formar parte de los órganos de dirección del partido, puesto que la secretaria general no había aceptado ni una sola de sus propuestas sobre regeneración, participación de la militancia, democratización y cambio. «No quiero negociar ni cambios, ni nombres, ni sillas, sino propuestas», afirmó a primera hora, y aseguró que votaría a favor de la nueva dirección para contribuir a la unidad del partido. En cambio, los militantes que le apoyaron en las primarias prefirieron expresar su malestar con la alcaldesa de Getafe con su voto en blanco.

No en vano, la líder socialista no sólo no había buscado a Segovia durante toda la mañana, sino que pasadas las dos de la tarde y cuando ya se habían filtrado los componentes de la nueva Ejecutiva –entre la que se encuentran los alcaldes que apoyaron a Hernández durante su campaña, como David Lucas, de Móstoles y Javier Rodríguez, de Alcalá de Henares– llamó a su oponente para hablar de su participación en la misma. «Eso no es voluntad de unidad ni de integración», criticaban. «Es una ejecutiva terminal y vamos a salir muy fracturados», protestaba otro de los militantes.

En las redes sociales el enfado iba en aumento, especialmente después de comprobar cómo, una vez repetida la controvertida votación de la reducción de delegados, todos los votos que «sobraban» se restaban a los partidarios de la misma. «Mucha gente se ha indignado y ha abandonado el congreso, especialmente los representantes de las agrupaciones más pequeñas que se quedan fuera de los órganos de decisión», contaba un afiliado, que añadía que muchos se acercaron a Sara Hernández para protestar por lo sucedido, a lo que ella respondió saliéndose por la tangente y asegurando que no sabía nada de esa reforma. También en las redes sociales varios militantes denunciaban el pucherazo y lamentaban que la nueva secretaria general no hiciese más por unir que por separar.

Demasiado deprisa

Por su parte, y recién nombrado presidente del PSOE-M, el alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles, lamentaba que Segovia no se hubiese sumado a la Ejecutiva por «ir demasiado deprisa». «Planteaba algunos temas que o tocan ahora porque tienen que ver mucho con el ámbito del futuro congreso federal», señaló, y aseguró que la regidora getafense había «hecho todo lo posible» para llegar a este acuerdo. Con el ambiente ya enrarecido y una hora y media de retraso llegó el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a cerrar el congreso regional calificando a la nueva Ejecutiva del PSOE-M de «toda una garantía de éxito» que en estos momentos se está escribiendo «las páginas más brillantes» del socialismo madrileño.

Un optimismo que no logró mantener Sara Hernández pese a que así lo enarbolaba al inicio del congreso respecto a la posibilidad de integrar a Segovia en la nueva dirección y que tampoco logró transmitir en su discurso de clausura, cuando le costó pronunciarse sobre su fracaso al «sumar fuerzas». «Este Congreso debe ser el fin de pugnas internas que nada tienen que ver con ideologías», clamó y trató de convencer a la otra mitad de la audiencia, la que no ha votado a su favor, de que la Ejecutiva no ha sido elegida «por equilibrios de poder o cuotas, sino por el reto de la renovación». Igualmente, llamó una vez más a la necesidad de que en Madrid haya un PSOE dotado de una mayoría sólida, para lo que reclamó «grandes dosis de responsabilidad, pero también de generosidad y de creatividad política».

El cuarto cambio de nombre

La Agrupación Socialista Madrileña fue fundada con esta denominación en 1879 por el mismísimo Pablo Iglesias y así se mantuvo hasta el Congreso Regional de 1977, en el que se cambió el nombre por primera vez a Federación Socialista Madrileña (FSM). Veintisiete años después y tras el escándalo del «tamayazo», el entonces secretario general del partido, Rafael Simancas, decidió que los socialistas madrileños dejaban atrás la federación y se convertían en el PSM, el Partido Socialista de Madrid. Esta vez, sin embargo, el nombre no ha durado tanto tiempo y apenas once años después de nuevo Rafael Simancas, esta vez de retirada de la dirección efímera de una gestora, ha alumbrado otro nombre: PSOE-M, Partido Socialista Obrero Español de la Comunidad de Madrid. Esta vez el cambio coincide con la renovación del logo del Partido Popular.

EL NUEVO PSOE-M

presidencia:

Manuel Robles.vicesecretaría: David Lucas.vicesecretaría:Javier Rodríguez.secretaría de organización:Enrique Rico.s. administración:Isaura Leal.s. igualdad y diversidad: Ángeles Álvarez.s. institucional y coordinLa nueva secretaria general de los socialistas madrileños presentó la nueva Ejecutiva con la que dirigirá el partido, que ayer cambió de nombre al pasar de PSM a PSOE-M

ación de políticas sectoriales:Carmen López.s. coordinación municipal: Javier Corpa.s. acción electoral:Daniel Viondi.s. coordinación madrid ciudad:Purificación Causapié.s. participación y movimientos sociales:Manuel Osuna.s. coordinación territorial:Natalia de Andrés.s. economía y empleo:Pilar Fernández.s. de formación:Lucía Casares.s. política autonómica:Agustín Vinagre.s. educación: Soraya Valcárcel.s. programas, calidad democrática y transparencia: Pedro Barrero.s. cultura: Cristina Vélez.s. ordenación del territorio y sostenibilidad: Rafael Gómez Montoya.s. cooperación y migración: Carlota Merchán.s. sanidad: Matilde Díaz.