Hospitales

«No puedo entender que si había sospechas hace un año no hiciesen nada»

«Hay bastantes más guardias jurados que un día normal», explicaba un sanitario mientras apuraba nervioso su cigarrillo a las puertas del centro

La Razón
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«Hay bastantes más guardias jurados que un día normal», explicaba un sanitario mientras apuraba nervioso su cigarrillo a las puertas del centro.

Las personas que ayer recorrían los silenciosos pasillos del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares se debatían entre tres sensaciones: la tensión, la incredulidad y el miedo.

La primera atenazaba a los trabajadores. «Hay bastantes más guardias jurados que un día normal», explicaba un sanitario mientras apuraba nervioso su cigarrillo a las puertas del centro. La presencia de los guardias no buscaba garantizar la seguridad, sino impedir la entrada a cualquier persona ajena al hospital –una medida enmarcada dentro del «silenzio stampa» con la que la dirección del hospital trataba de sortear la polémica–. Una controversia que, sin embargo, las compañeras de la detenida no han dejado pasar. Y es que las conversaciones de todo el personal del Príncipe de Asturias giraba en torno a la encarcelación de su ya ex-compañera. «Yo la ví hace poco y no noté nada raro», comentaba una trabajadora. «No puedo entender que si ya había sospechas hace un año y medio nadie hiciese nada», remachó afectada. «A partir de ahora, hay que cubrirse las espaldas, hay que determinar bien las funciones de cada uno» apuntaló su monólogo, «imagínate que le doy yo la pastilla equivocada aunque no sea mi trabajo, a un paciente y pasa algo... Se me caería el pelo», concluyó.

Entre los pacientes la sensación era otra bien diferente. La incredulidad y el miedo marcaba sus caras. «No sé como alguien que tiene la vida de gente en sus manos no pase un test psicológico, pero si ya está detenida me quedo más tranquila aunque el asunto es gravísimo», afirmaba angustiada una paciente a este periódico.