Madrid

Primero las prohibiciones, luego las soluciones

El Ayuntamiento restringirá el paso a los residentes en el centro en 2018, pero no empezará a construir los aparcamientos disuasorios hasta 2019

La Razón
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El Ayuntamiento restringirá el paso a los residentes en el centro en 2018, pero no empezará a construir los aparcamientos disuasorios hasta 2019

Para facilitar la movilidad de aquellos que verán afectados sus trayectos diarios por las restricciones, el Ayuntamiento de Madrid también se ha autoimpuesto deberes dirigidos al fomento del transporte público y la reducción de las emisiones de las flotas municipales. El problema es que medidas fundamentales como la red de aparcamientos disuasorios, que lleva prometiendo el consistorio desde hace años, no estarán terminados hasta mucho después de la puesta en marcha de las restricciones.

Así, el año que viene, Manuela Carmena ya pondrá en marcha algunas de las limitaciones al tráfico previstas en su Plan de Calidad del Aire, como la creación de la llamada «Área Central Cero Emisiones», en la que se integrará la Gran Vía, y en la que sólo se permitirá la circulación por el distrito a los residentes y, por tanto, se multará con 90 euros a los vehículos que pasen por Centro sin el distintivo del SER de residente, salvo para entrar en los aparcamientos de rotación.

¿Qué harán por tanto los madrileños que viven en la periferia para poder moverse? Una de las soluciones que funcionan en otras ciudades son los aparcamientos disuasorios. Sin embargo, los planeados por Carmena en su nuevo Plan de Calidad del Aire no estarán disponibles hasta el año 2019, ya que el año que viene el Ayuntamiento sólo tiene previsto redactar el proyecto de estos aparcamientos llamados en el nuevo Plan «aparcamientos intermodales». En concreto serán doce y sumarán 9.570 plazas que se añadirán a las 4.767 existentes. Se construirán parkings en superficie o en altura (hasta 3 plantas) y estarán a una distancia máxima de 200 metros a un punto de acceso del transporte público. Su uso será gratuito o tendrá un coste máximo de 0,50 a 1,50 euros al día en función de la demanda de las plazas en cada zona.

Carmena lanzó ayer su nuevo Plan sin ofrecer apenas alternativas a los madrileños que necesitan el coche, más que cambiar su vehículo a uno no contaminante (los catalogados como CERO o ECO), y sin tener en cuenta al Gobierno central y de la Comunidad de Madrid a pesar de que algunas de las medidas requieren de su visto bueno, puesto que no son de competencia municipal. Es el caso de la creación de carriles Bus-VAO en las vías de acceso a la capital, la reducción a 70 kilómetros por hora de la velocidad en las vías de acceso a la ciudad desde el anillo de la M-40 o los incentivos fiscales para la renovación de la flota, ya que en este último caso el Ayuntamiento de Madrid sólo gestiona el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica.

El Plan de Calidad del Aire presentado ayer y que ahora deberá recibir la aprobación del Pleno municipal –donde Ahora Madrid no tiene mayoría absoluta, pero con toda probabilidad contará con el apoyo del PSOE–, también obliga al Ayuntamiento a realizar varias actuaciones más allá de esta legislatura. Así, el partido de Carmena se compromete a ampliar y renovar al 100% la flota de la EMT mediante un programa que se inicia este año y que terminará en 2020 y que supondrá la adquisición de 750 nuevos autobuses de gas natural, híbridos y eléctricos. Además se darán incentivos al taxi para la transformación total de este servicio con subvenciones (1,5 millones en 2017), ya que a partir de 2018 sólo se autorizará la sustitución con vehículos CERO o ECO y desde 2025 no les permitirá circular por Madrid si no es con un coche con distintivo «verde».