Una placa recordará a Aleixandre en su casa

Carmena recuerda a Cifuentes que no ha convocado la mesa para salvar la vivienda del poeta en la que colocará un distintivo en su honor.

Velintonia, como popularmente se conoce a la casa en la que vivió Vicente Aleixandre los últimos 57 años de su vida, no tiene valor arquitectónico, pero es una leyenda literaria. Entre sus paredes se escribieron la mayoría de los versos del poeta y su puerta se abrió a los más grandes: Miguel Hernández, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Pablo Neruda, Dámaso Alonso o Luis Cernuda. En el año en el que se cumplen los 40 años de la concesión del Nobel de Literatura se ha puesto sobre la mesa la necesidad de proteger este pequeño chalet, situado en Metropolitano, en la antigua calle Welintonia, castellanizada como Velintonia por el propio poeta, y bautizada como calle Vicente Aleixandre. La propiedad cuenta con un nivel 3 de protección medioambiental –el mínimo que puede obtener un inmueble–, lo que significa que podría ser demolida en cualquier momento si se presenta un proyecto arquitectónico que mejore el actual. Y eso no es difícil. En la actualidad la casa, cuya propiedad está dividida entre los cinco herederos del poeta, tiene dos pisos y un pequeño jardín de entrada y está totalmente abandonada, en ruinas desde hace años y con un cartel que anuncia su venta.

La portavoz socialista de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid, Mar Espinar, llevó el caso ayer a la Comisión del ramo en el consistorio lo que obligó a la alcaldesa y titular de Cultura, Manuela Carmena, a pronunciarse. Explicó que el Ayuntamiento ya aceptó el pasado marzo a la Comunidad de Madrid a su invitación a participar en una mesa, en la que también estará sentado el ministerio, en la que se buscará la fórmula para elevar su protección e intentar realizar allí alguna actividad cultural que dé sentido a su permanencia.

A la espera de que la Comunidad convoque esta mesa de trabajo, el Ayuntamiento, según adelantó ayer a LA RAZÓN, instalará en octubre una placa en la vivienda –dentro del Plan de Memoria Histórica– en reconocimiento al autor y a las actividades literarias e históricas que albergó. Un señalamiento con el que cuentan decenas de viviendas de personajes ilustres de Madrid y que carecía la de Aleixandre.

El futuro de la casa sigue en vilo y a la espera de que la mesa –en la que están presentes todas las administraciones competentes– se reúna con lo que parecen tener un objetivo común: salvar la casa para dar cumplimiento a iniciativas aprobadas en el Pleno municipal y lograr así el objetivo de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre que pide desde hace años convertirla en la Casa de la Poesía: un proyecto para hacer de ella un centro de estudio y documentación de la poesía del siglo XX, que el grupo municipal socialista a apadrinado.

No obstante, sólo mediante un acuerdo entre las administraciones y los herederos para, en primer lugar adquirir el inmueble, se podrá salvar la casa, elevar su nivel de protección y evitar su venta o demolición y además obtener fondos públicos para poder llevar a cabo el proyecto cultural. Según explicaron fuentes municipales hay dos maneras de «blindar» el inmueble. Elevar el nivel de protección medioambiental, del 3 que tiene actualmente, al 2; o catalogarla como Bien de Interés Cultural o Patrimonial (BIC o BIP) en la categoría de Hecho Cultural; un nivel de protección que contempla el Artículo 3.4 de la Ley 33/2013 de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid para el patrimonio cultural inmaterial. Carmena recordó ayer la necesidad de crear la mesa de trabajo conjunto –cuya creación se aprobó el pasado mes de febrero– y aseguró que una vez se dé este paso se podrá en marcha un plan especial para protegerla, para lo cual los socialistas proponen incluirla en el catálogo de elementos protegidos de Madrid.