Ayuntamiento de Madrid

Vuelta a la vida de barrio

Una iniciativa busca interconectar a voluntarios y personas mayores para reducir la soledad de los últimos y recuperar las relaciones vecinales

La iniciativa Grandes Vecinos se desarrolla en los barrios del centro de la capital, en la imagen Chueca
La iniciativa Grandes Vecinos se desarrolla en los barrios del centro de la capital, en la imagen Chuecalarazon

Una iniciativa busca interconectar a voluntarios y personas mayores para reducir la soledad de los últimos y recuperar las relaciones vecinales

Pilar, 68 años, y Miguel, 77, son vecinos de la zona centro de Madrid. Hace escasos meses que se conocen y su relación se basa en un intercambio muy sencillo, él le ofrece su tiempo y ayuda y, a cambio, ella le brinda su conversación y agradecimiento. Este es un ejemplo de los enlaces entre voluntarios y personas mayores que promueve la asociación Grandes Vecinos, iniciativa organizada por la fundación Amigos de los Mayores, que tuvo su presentación en la mañana de ayer, en el día de la Solidaridad Intergeneracional. Es característica su apertura, pues no hay una edad establecida para participar, tampoco una condición concreta, sólo las ganas de conocer gente nueva y de hacer actividades por el barrio. «Para mí esta ayuda es un cachito de cielo porque no me puedo mover con autonomía», reconoce Pilar, que conoció la idea por un panfleto que le dieron en una peluquería.

Pilar posee una visión limitada, lo que entorpece su rutina diaria. Miguel va con ella al médico o a la compra. «Pero no es sólo eso», añade, «en mi casa estoy sola y es siempre: sota, caballo y rey», a lo que apunta «ahora hay momentos en los que puedo estar acompañada y pasar un buen rato». Miguel interrumpe para aclarar que él como voluntario también se beneficia: «es un trueque», manifiesta, «me voy a casa con el corazón rebosante de satisfacción y duermo plácidamente». Los dos coinciden en que no tiene por qué haber una razón puntual para su encuentro, pueden tomarse un café, acudir a un evento o, simplemente, recibir una llamada para saber cómo están ese día, costumbre que, subrayan, llevan a cabo todas las semanas. Esta conexión vecinal, atípica en el caso de Pilar y Miguel a los que separan menos años que a otras «parejas», es una de las que entreteje la organización, entre las que también se dan: voluntarios que compran el pan y mayores que cuidan mascotas o riegan las plantas, también los hay que comparten hobbies como la fotografía o compañeros de aperitivo a la hora del vermut.

El proyecto comenzó en octubre de 2015, con un objetivo concreto: «prevenir la soledad», dice Mercedes Villegas, directora de Innovación y Desarrollo en Amigos de los Mayores. Ante la cantidad alarmante de personas de más de 65 años abandonadas, optaron por desarrollar una red que conectara a vecinos para recuperar las relaciones de antaño con el barrio como espacio de convivencia y así tratar de impedir esa situación. «La acción que llevamos a cabo en la fundación Amigos de los Mayores es con casos de personas que carecen de movilidad y se encuentran aisladas», reconoce la misma, y contrasta: «en Grandes Vecinos quisimos adelantarnos un paso para para intervenir y evitarlo». El perfil de los mayores que participan son activos, pueden tener familia, vivir con su pareja y simplemente querer sociabilizarse. La forma en la que llegan a ellos es a través de «personas de referencia que les inspiren confianza», explican desde la asociación, «como médicos, profesionales de los centros o comerciales de su entorno». Contactar a los jóvenes es más sencillo, «las redes sociales están teniendo un gran impacto», declara la coordinadora, Irene Gil.