Región de Murcia

Desmantelada una red criminal que explotaba mujeres en Molina de Segura

Las víctimas eran encerradas en un chalet de lujo en Molina de Segura a modo de prostíbulo

Los agentes de la Policía Nacional investigaron durante meses las actividades ilícitas de un chalet de lujo
Los agentes de la Policía Nacional investigaron durante meses las actividades ilícitas de un chalet de lujolarazon

Las víctimas eran encerradas en un chalet de lujo en Molina de Segura a modo de prostíbulo

Explotación sexual, tráfico de armas, delitos contra los trabajadores, falsedad documental y tráfico de drogas son algunos de los crímenes que se les imputan a trece personas que ayer fueron arrestadas por la Policía Nacional por pertenecer a una organización criminal dedicada a la prostitución de mujeres extranjeras en la Región.

Un francés, ocho colombianos y cuatro españoles fueron los detenidos acusados como presuntos autores de delitos a la prostitución tras retener contra su voluntad a las esclavas sexuales en un chalet de lujo situado en Molina de Segura.

Las investigaciones se iniciaron a partir de una denuncia presentada en 2015 en la que se dio cuenta de las condiciones abusivas a las que estaban siendo sometidas un grupo de mujeres que ejercían la prostitución en un establecimiento de Molina. Fue entonces cuando, desde el primer momento, los agentes de la investigación enfocaron su atención en lo que sucedía en el chalet, ubicado en una zona residencial y rodeado de un alto vallado, utilizado a modo de prostíbulo.

Tras identificar a los responsables del local, la investigación reveló que, además de dedicarse a la explotación sexual de mujeres, contaban con numerosos antecedentes policiales por traficar con drogas, lo que dio lugar a destapar una organización criminal.

Asimismo, también se conoció que los responsables del prostíbulo se dedicaban a blanquear los ingresos ilegales a través de un entramado de empresas como locales de ocio y discotecas situadas en la provincia de Alicante.

La clave para destapar el entramado criminal surgió cuando los agentes de la Policía Nacional constataron que los miembros de la banda sometían a las mujeres a jornadas intensivas y abusivas, reteniendo a todas ellas porcentajes muy elevados de dinero de los servicios sexuales realizados. Incluso, les cobraban por alojamiento, limpieza y «multas» por incumplimiento de las normas.

Una vejación continua que mermaba la confianza de las mujeres y las obligaba a someterse a la voluntad de los dueños del chalet, sin medios económicos con los que mantenerse que provocaba una dependencia absoluta de los proxenetas.

Los cinco registros domiciliarios se llevaron a cabo en las localidades de Molina de Segura, Alguazas y Murcia, donde se intervinieron más de 14.000 euros en efectivo, cuatro vehículos, sustancias estupefacientes y de corte, varios dispositivos electrónicos y abundante documentación relativa a la explotación sexual y al entramado empresarial articulado por esta banda criminal.