Región de Murcia

La detención de un ex concejal de Cs en Totana fractura la estabilidad del partido

Ciudadanos sufre en los últimos meses un reguero de bajas en diferentes ayuntamientos de Murcia

El ex concejal de Totana, Asensio Soler, durante la pega de carteles de las últimas elecciones municipales
El ex concejal de Totana, Asensio Soler, durante la pega de carteles de las últimas elecciones municipaleslarazon

Ciudadanos sufre en los últimos meses un reguero de bajas en diferentes ayuntamientos de Murcia

Los militantes de Ciudadanos ven cómo la formación no cumple con las expectativas, provocando que en la corta vida de la formación varios cargos políticos hayan tenido que dejar las filas del partido naranja, bien por discrepancias con la cúpula o bien por haber abusado del poder del sillón. Tras conocer esta semana que un edil del Ayuntamiento de Murcia decidía pasarse al grupo mixto por «desavenencias» con el ideario de su formación, ayer el ex concejal de Totana, Asensio Soler, era detenido por cometer un fraude relacionado con empresas que nada tenían que ver con su actividad política. Soler dejó su acta en abril por, según excusó, «motivos personales».

Pero la vida de la formación naranja ha visto cómo en los últimos meses se plagaba de irregularidades y confrontaciones entre cargos. Hace justo un año, la dirección regional expedientaba a uno de sus concejales en Fortuna, Miguel Romero, por entrar en el equipo de Gobierno del PSOE en la localidad; a otros cinco concejales de Molina de Segura se les expulsó por «incumplir la disciplina del partido» al no mantener las directrices marcadas por la formación que obligaba a apoyar a la candidata socialista a la Alcaldía; otro edil de San Javier, Carlos Jiménez, solicitó la baja del partido para continuar como no adscrito al ver cómo la formación «perdía el espíritu del movimiento cívico-político con el que nació»; y en San Pedro del Pinatar, Pedro Fenol abandonó pocos días después que su compañero en San Javier.

Pero el escándalo de Asensio Soler en Totana ha llevado a los grupos políticos en la Región ha hacer un ejercicio de reflexión, y fue precisamente el vicesecretario de Acción Política del PP regional y diputado nacional en el Congreso, Francisco Bernabé, quien recordó que «la corrupción política va con las personas, y no con los partidos».

Dijo que la formación naranja está sufriendo dos fenómenos de forma simultánea. «Por un lado, una desbandada masiva de muchos de sus concejales en múltiples municipios y, por otro, los casos de corrupción, fraude y estafa continua que no le son ajenos».

Igualmente, fuentes del PP apuntaron que Ciudadanos se está convirtiendo, no sólo en la Región sino en el panorama nacional, en el «partido de la descomposición». Según las continuas bajas voluntarias de los propios cargos políticos, desde la formación se da a entender que muchos de los concejales y miembros no comparten las directrices que se dan desde la dirección nacional, lo que provoca que muchos militantes vean cómo se quiebra el partido «por el que tenían tantas expectativas».

Las mismas fuentes señalan la «incoherencia» demostrada en otras Comunidades autónomas, «donde todos están cortados por el mismo patrón y un día pueden negociar una cosa y, al siguiente, cambiar de opinión».

Para el Partido Popular, la formación naranja estaba condenada a la descomposición, dado que se trata de un partido compuesto por «retales de otras fuerzas, de gente que formaba parte del PP, PSOE y UPyD que en muchos casos fueron expulsados porque querían imponer sus propias reglas por ocupar los famosos sillones».