Sevilla

Espadas, el alcalde de «centro» al que la izquierda coloca en serios apuros

IU, como Participa, da por «roto» el pacto de investidura y sugiere una cuestión de confianza

Juan Espadas participó ayer en la entrega de llaves a emprendedores dentro del plan de empleo de Emvisesa
Juan Espadas participó ayer en la entrega de llaves a emprendedores dentro del plan de empleo de Emvisesalarazon

IU, como Participa, da por «roto» el pacto de investidura y sugiere una cuestión de confianza

Mientras Pedro Sánchez habla sin tapujos del PSOE como un partido de izquierdas, en Sevilla su alcalde, Juan Espadas, se coloca de partida en el «centro» político. Y no le ha ido mal, hasta ahora. Durante dos años ha podido gobernar en minoría sin sobresaltos. La capital hispalense, condenada a esa cápsula del tiempo en la que sólo parecen importar el fútbol, la Feria y la Semana Santa, ha sido una balsa de aceite, con una izquierda que ha pecado de candidez, una derecha «auto-neutralizada» y una emergente formación, Cs, que ha ganado en visibilidad pese a una reducida representatividad municipal. Pero al superar el ecuador del mandato cambia el escenario. Los cinco partidos creen tener un plan con el objetivo puesto en 2019. El primero, Espadas. Con el viento a favor por la reducción del paro generalizado en el país anuncia su intención de «ensanchar» su espacio electoral» desde «el centro, sin radicalismos, y mirando a la izquierda». Sucede que los que fueron sus socios de investidura y colaboradores alternos a la hora de sacar los presupuestos –Participa Sevilla e IU– se han cansado de promesas incumplidas y han colocado al alcalde en una posición política débil, hasta el punto de que Izquierda Unida le sugiere una cuestión de confianza.

La comisión ejecutiva de IU dio por «roto» el acuerdo de investidura. Como en el caso de Participa Sevilla, el violento desalojo sufrido por concejales y miembros del colectivo de ex trabajadores eventuales de Lipasam que protagonizaban un encierro en el Ayuntamiento, «ha sido la gota que colma el vaso». Acusa al Gobierno municipal de un «giro a la derecha» tras obtener el apoyo de Cs en el presupuesto y olvidar los compromisos adquiridos para que el Ayuntamiento se pusiese «al servicio de la mayoría de la ciudad». «Ni planes de empleo, ni cláusulas sociales, ni parque social de viviendas, ni democracia participativa, ni nada de nada», le reprocha IU, que muestra su disposición a «estudiar otras opciones de gobernabilidad para que se cumpla el marco político aprobado en 2015, siempre desde unas posiciones nítidamente de izquierdas» y pregunta a Espadas «si se atreve a convocar un pleno de valoración de su confianza».

Y en la misma línea se expresa Participa, que habla de «situación límite» con el PSOE, porque «ni cumple lo que se aprueba en los plenos, ni lo que firma ¿Qué valor tiene la palabra de Espadas?».

El alcalde, en cambio, asegura que cumple «con creces» sus compromisos. Destaca la «estabilidad» del gobierno, algo que ya existía con Zoido, y advierte que si Participa e IU «se dedican los dos próximos años a bloquear, los sevillanos no les van a perdonar».

En esta coyuntura, el PP opta por colocarse de perfil, como hasta ahora. Los populares, con doce concejales –uno más que el PSOE– soportan que el alcalde diga abiertamente que «no ve el pateo de calles que hacía el PP de Zoido» o que «cuando defina su liderazgo, se verá su línea de trabajo». Y es que a Alberto Díaz se le ve como una figura transitoria. El portavoz popular se limita a esperar si «realmente» la izquierda «retira de modo definitivo su confianza» a Espadas, sin plantearse «nada más allá» y, simplemente, augurando dos años de mandato «muy complicados» con dos presupuestos y dos ordenanzas ficales que aprobar todavía.

Ciudadanos, el aliado «útil» y cómodo del Gobierno local, también endurece la crítica. «Doy sobresaliente en palabrería y venta de humo y suspenso en hechos a Espadas», dijo ayer Javier Millán, que ve al alcalde «incapaz de transformar e impulsar la ciudad». Una Sevilla «sin modelo», de proyectos bloqueados, con «mucho en el debe y poco en el haber» hasta la fecha.

Un modelo evaluable «en dos mandatos»

En minoría, y cerrando vías de posibles pactos, Espadas cree necesario un segundo mandato para evaluar «el proyecto de ciudad solvente que se está construyendo y la reorganización de la gestión». Muchos le recriminan haber seguido el patrón marcado por Zoido, con resultados en las cuentas, y otros limitan su sello a la acertada ampliación de la Feria de Abril.