Sevilla

La Carbonería alega a su declaración BIC en defensa de la “unidad” del enclave y contra el “cambio de usos”

“El monopolio de la actividad hotelera es incompatible con la continuidad de las actividades culturales”, exponen las alegaciones

La Razón
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“El monopolio de la actividad hotelera es incompatible con la continuidad de las actividades culturales”, exponen las alegaciones

El administrador de la emblemática taberna flamenca La Carbonería ha formulado alegaciones al expediente relativo a la declaración de dicho negocio como bien de interés cultural (BIC), defendiendo respecto a la actual situación del espacio que “el patio y el antiguo almacén de carbón conforman una unidad indisociable”, toda vez que “el cambio unilateral de usos acometido en parte del conjunto atenta contra la integridad del BIC, fracturándolo y desvirtuándolo”.

Recordemos que La Carbonería, una histórica taberna flamenca enclavada en un requiebro de la calle Levíes, en pleno casco histórico de Sevilla, cerró parcialmente sus puertas en julio de 2016. La sociedad limitada Hotel de los Mercaderes, la empresa que ostenta la titularidad del inmueble en el que funcionaba esta popular taberna, había decidido no continuar con el contrato de arrendamiento del número 18 de la calle Levíes, supuestamente con la intención de vender el espacio ocupado por la emblemática taberna.

Aunque el negocio, administrado por Pisco Lira, habría logrado continuar con su actividad en el patio anexo al antiguo almacén de carbón, en el número 21 de la calle Céspedes, se trataba de otro duro golpe para la cultura de la ciudad de Sevilla.

Por aquel entonces, “artistas, poetas, gentes del pensamiento, la literatura, la danza, la pintura, la docencia y la música, muy especialmente del mundo del flamenco”, promovían un manifiesto recogido por Europa Press y en el que mostraban su “repulsa” a este “acto de atropello que denota una vez más la falta de sensibilidad hacia el patrimonio cultural y sentimental de la vida sevillana”.

“Es lamentable que en la ciudad de Sevilla no sólo no se debata, sino que se permita el desahucio de uno de los establecimientos con más historia y, al tiempo, más querido por sus habitantes y visitantes”, señalaba el manifiesto, recordando el carácter “emblemático” de La Carbonería y llamando a “preservar los comercios y bares históricos” de Sevilla.

Pocas semanas antes del cierre del negocio y la adaptación de su actividad al patio anexo al número 18 de la calle Levíes, la Consejería de Cultura anunciaba, por cierto, la incoación de un expediente administrativo, para declarar a La Carbonería como bien de interés cultural (BIC), en la categoría de “lugar de interés etnológico”.

Pues bien, lo cierto es que a partir de entonces, el mencionado expediente estuvo entre marzo y abril de este año en periodo de información pública, es decir de consulta y alegaciones al contenido inicial del procedimiento.

En este marco, el administrador del emblemático negocio ha formulado una serie de alegaciones al expediente. En sus alegaciones, recogidas por Europa Press, Pisco Lira defiende que “la localización de La Carbonería en el eje de las calles Levíes y Céspedes, así como su propia estructura irregular, constituyen un reflejo claro y paradigmático de un barrio de origen medieval”, con lo que se trata de “un conjunto que no se debe disociar”.

“El espacio compuesto por el jardín, el patio y el antiguo despacho y almacén de carbón conforman una unidad indisociable”, alega Pisco Lira, señalando la “singularidad de la planta” del enclave en su conjunto.

“El cierre de la comunicación entre el viejo almacén de carbón y el patio segrega artificialmente el BIC, rompe la unidad del inmueble y desvirtúa la continuidad de los usos tradicionales”, señalan directamente estas alegaciones, exponiendo que “el cambio unilateral de usos acometido en parte del conjunto (...) atenta contra la integridad del BIC, fracturándolo y desvirtuándolo”, al “desgajarle una parte fundamental que durante décadas ha constituido el centro simbólico del bien, donde tradicionalmente se ha generado una atmósfera muy propicia para la expresión artística, musical y literaria”.

Por último, las alegaciones avisan de que “la sustitución de los usos tradicionales por otros mercantiles atenta contra el valor etnológico del bien”. “El monopolio de la actividad hotelera es incompatible con la continuidad de las actividades culturales, así como del papel de La Carbonería como centro de sociabilidad y asociacionismo”, concluyen las alegaciones.