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Los tres calambrazos de AC/DC

La banda australiana sigue en la brecha desde los años 70
La banda australiana sigue en la brecha desde los años 70larazon

Los australianos actúan en Barcelona hoy y en Madrid otras dos noches: el domingo y el 2 de junio.

Sólo AC/DC pueden rivalizar en popularidad con los Rolling Stones. Sólo los australianos pueden emular a los ingleses a la hora de llenar grandes estadios haciendo rock and roll de corte clásico, como confirmarán en las tres fechas de su nueva gira por España. Abrirán el 29 de mayo en Barcelona y dos días después tocarán en Madrid, donde repetirán el 2 de junio. Las entradas para el concierto de 31 de mayo en el Vicente Calderón se agotaron en hora y media, todo un hito para una banda con cuatro décadas de historia. Como se suele decir, hubo que buscar a la carrera otra fecha «por demanda popular», por lo que llenarán el estadio del Atlético de Madrid en dos fechas consecutivas. Simplemente alucinante.

Es curioso el fenómeno de AC/DC. Llevan más de 40 años haciendo más o menos lo mismo, y muy bien, pero cada año suben un peldaño más en popularidad, ya de por sí asombrosa. Y todo ello en una época en la que apenas se venden discos por los cauces más o menos clásicos. Pero lo de AC/DC es una cosa diferente. En primer lugar, la banda australiana hace una música que ataca directamente a la percepción. No da tiempo a procesar el impacto de sus «riffs», sino que el oyente siente «algo» inmediatamente, irracionalmente si se quiere. Y le gusta, cómo dudarlo.

Una tribu resistente

Junto a ello, AC/DC reivindica el concepto tribal que tuvo el rock and roll de sus mejores tiempos. Como sucede en el caso de los Stones, acudir a un concierto suyo es una especie de celebración. Te ofrecen algo que te gusta, se elige un lugar de celebración del rito y allí acude una masa uniforme, un grupo de entusiastas devotos de su música que durante dos horas experimentarán similares sensaciones. Por supuesto, AC/DC es mucho más que un fenómeno pasajero. Su mérito está en haber conectado con diferentes generaciones haciendo música más o menos simple, ajustada a los estándares del rock and roll y el blues, pero añadiendo un sentido de urgencia y adrenalina a mansalva. Consiguieron agrupar a fanáticos del rock and roll y a una audiencia dispar que acude a la llamada de la música más discontinuamente. AC/DC se formaron en 1973 en Sydney por el impulso de Angus y Malcolm Young, los grandes motores de la banda. El primero poseía el carisma y la capacidad para tocar muy bien la guitarra, mientras el segundo era el «genio oscuro» de la banda, el principal compositor y hacedor de éxitos. El siguiente logro fue encontrar a un «frontman» descomunal, Bon Scott, quien sería el primer vocalista de la banda. Tras sólidos comienzos, en 1979 llegó su gran bombazo, «Highway to Hell», un disco situado entre los grandes logros de la historia del rock and roll. Vendió un millón de copias y les proporcionó el reconocimiento mundial y la instalación definitiva en el estrellato. Pero poco después llegó la desgracia con la muerte de Bon Scott por intoxicación etílica.

Prácticamente ninguna banda sobrevive a la pérdida de su vocalista, pero AC/DC mostraron un instinto de supervivencia único. Los hermanos Young eligieron a Brian Johnson como sustituto y acertaron de pleno. Desencantado con sus primeros pasos en el mundillo de la música, Johnson meditaba abandonar cuando se encontró con la oferta de los Young y logró la paradoja: hizo de su «anticarisma» su carisma. Lo siguiente fue la música y un álbum como «Back in Black», que hasta la fecha ha vendido más de 50 millones de copias. AC/DC no sólo había conseguido sobrevivir, sino que había llegado para quedarse. Los hermanos Young dieron entonces con la clave del éxito y jamás variarían el contenido de su fórmula mágica. ¿Para qué cambiar lo que funcionaba? Durante los siguientes años seguirían entregando discos completamente satisfactorios para sus millones de fans. Más allá de diferentes problemas personales, AC/DC resistieron el paso del tiempo y el vaivén de las modas. Por ejemplo, y después de trabajos irregulares, en 1990 publicaron «The Razors Edge» para regresar a lo más alto de las listas de éxitos. Su último disco es «Rock or Bust», el motivo para acometer una ambiciosa gira mundial que les está llenando los bolsillos y el ego, si es que necesitan esto último. Para sus conciertos españoles enseñarán más o menos lo de siempre: diversión, electricidad, un gran espectáculo y los trallazos sonoros que proporcionan canciones tan legendarias como «Back in Black», «Play Ball», «High Voltage», «Hells Bells», «You Shook Me all Night Long», «Let There Be Rock» o «Highway to Hell». Será una celebración del rock and roll clásico, la música como vehículo para la diversión y la expulsión tribal de adrenalina gracias a la poderosa conjunción que proporcionan «riffs» pegadizos y voces con sentido de la urgencia. Pocos lo saben, pero AC/DC conocen el secreto y lo enseñan, para celebración de los millones de fans de todo el mundo. Especialmente, los españoles, este fin de semana.