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Túnez se planta ante el yihadismo

Miles de personas salen a la calle contra el extremismo tras el atentado del Museo del Bardo. Hollande y Renzi acudieron a la marcha en la capital del país para apoyar la transición

Participantes en la manifestación contra el terrorismo yihadista en Túnez
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Efe

Miles de personas salen a la calle contra el extremismo tras el atentado del Museo del Bardo. Hollande y Renzi acudieron a la marcha en la capital del país para apoyar la transición

Miles de tunecinos bajaron ayer a la calle para rechazar el terrorismo y desafiar a los radicales que amenazan la naciente democracia en el país árabe. Un cortejo de banderas rojas con la luna y la estrella blancas marchó en la capital de Túnez, desde Baab Saadun hasta el Museo del Bardo, donde el pasado 18 de marzo tuvo lugar el brutal atentado en el que fallecieron 21 turistas extranjeros, entre ellos dos españoles. Convocados por el Gobierno, con el apoyo de la mayoría de partidos políticos y la sociedad civil, los manifestantes quisieron lanzar un mensaje claro con su presencia y sus lemas: Túnez no se dejará vencer por el extremismo y defenderá los ideales por los que ha luchado desde hace más de cuatro años.

La cuna y el laboratorio de la Primavera Árabe se ha visto sacudido por el ataque terrorista contra el Museo del Bardo, en el que dos jóvenes irrumpieron armados con fusiles de asalto y tirotearon a un grupo de turistas. Ayer, a la puerta de ese museo, el presidente tunecino, Beyi Caid Essebsi, inauguró una placa conmemorativa de las víctimas del fatal incidente, que ha dejado malherida la imagen del único país que ha conseguido establecer una democracia activa después de la revolución de 2011, sin derramar demasiada sangre. A diferencia de otros vecinos árabes, Túnez no se ha visto inmerso en la violencia y el caos, y el islam radical no se ha impuesto en el país. «Túnez es libre» y «fuera terrorismo», gritaron ayer las miles de personas que reivindicaron el carácter pacífico de la revuelta y de la transición tunecina, considerada un modelo en el mundo árabe. Precisamente por ello, varios líderes internacionales quisieron acudir a la marcha, en muestra de apoyo, no sólo frente a la violencia, sino a la democracia tunecina.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, declaró que Italia está junto a Túnez en la batalla por la democracia y contra el terrorismo, y expresó su solidaridad con el Gobierno tunecino. El presidente francés, Francois Hollande, también estuvo presente y los dos mandatarios europeos depositaron una corona de flores por las víctimas –entre las que hay cuatro franceses y cuatro italianos–. Hollande aseguró que el terrorismo quiso golpear el país que es un ejemplo en materia de democracia, pluralismo y derechos de las mujeres. Europa también estuvo representada por el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, y el ministro español de Exteriores, José Manuel García Margallo. Por su parte, el presidente Essebsi aseguró que los tunecinos no cederán ante el extremismo y les dijo que no están solos en esta lucha, tal y como pretendía demostrar la manifestación de ayer, aunque finalmente no participaron muchos líderes árabes ni occidentales.

Desde el partido gobernante, Nida Tunis también han reiterado que el atentado del Museo del Bardo no afectará a la transición democrática ni cambiará la agenda reformista del Gobierno. El director ejecutivo del partido, Bouyima Remily, aseguró a LA RAZÓN que está «comprometido con la democracia» y que seguirá defendiendo «las demandas de la Revolución de los Jazmines y las aspiraciones de los jóvenes», como el empleo. «Que la seguridad sea una prioridad ahora no significa que vayamos a olvidarnos de otras cuestiones fundamentales como los derechos humanos», afirmó, porque eso es precisamente lo que pretenden los terroristas.

Mientras, un abogado pro derechos humanos y antiguo opositor al régimen del ex presidente Zin Al Abidin Ben Ali explicó a este periódico que la democracia no se verá afectada después de lo sucedido. «Tenemos una constitución, unas instituciones democráticas y una sociedad laica que defenderá la democracia», aseguró Zuhair Mahluf, que aun así reconoce la existencia de una corriente radical en Túnez. «Es probable que los derechos humanos se vean recortados un poco y que se den violaciones de las libertades en aras de la seguridad», admite, pero esto no detendrá el camino a la democracia.

España, con la democracia y las víctimas

El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, acudió a la marcha en representación del Gobierno español, que quería «rendir homenaje a las víctimas» y apoyar la transición en Túnez, «el país que más avances ha hecho hacia la democracia, por eso ha sido golpeado». Margallo recordó que «ahora ha sido Túnez, pero antes fue París, Bruselas, Canadá... La comunidad internacional debe reacionar».