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Frenar a los retornados

Frenar a los retornados
Frenar a los retornadoslarazon

Los expertos calculan que el Estado Islámico (EI) tiene en la actualidad entre 35.000 y 40.000 combatientes, 5.000 de los cuales son de origen extranjeros (algunos han podido morir en combate), los llamados FTF.

Ante la hipótesis de una derrota del EI, ¿qué va a ocurrir con todos estos individuos?. Los mismos expertos lo tienen claro: los de origen árabe intentarán huir a otros países de la zona y los extranjeros, harán lo posible por volver a sus puntos de procedencia y se convertirán en los temidos “retornados”.

¿Estamos preparados para conjurar este peligro?. La respuesta, por dura y preocupante que parezca, es que no lo suficiente. Y con los yihadistas, un “no lo suficiente” es asumir un riesgo demasiado elevado.

Sin embargo, precisan, estamos a tiempo para adoptar las medidas necesarias. España, en el caso de que volvieran todos, tendría que controlar, al menos de momento, a 208. Se calcula que la mitad de ellos ingresarían directamente en prisión si se les lograba arrestar. Al resto, habría que tenerlos “monitorizados” (controlados de forma permanente) para saber qué hacen; y es una cifra considerable. Mejor prevenir que curar y, sobre todo, para no tener que lamentar.

Hace unos días, el director de Europol, Rob Wainwright, advirtió del peligro de que se acelere la vuelta de combatientes yihadistas a Europa por la pérdida de terreno del Estado Islámico en Siria e Irak. “El retorno gradual o acelerado de esos combatientes extranjeros a Europa será un desafío de seguridad significativo que tendremos que gestionar durante muchos años”, reconoció, al tiempo que aseguraba que ya se estaban adoptando las medidas necesarias.

Asimismo advirtió de que una derrota territorial no supondrá “necesariamente el fin del terrorismo yihadista”. En este mismo blog, ya se publicó que en ese escenario podríamos tener que enfrentarnos a dos décadas de actividades criminales clandestinas.

Los expertos consultados por LA RAZÓN lanzan la gran pregunta que, de momento, no tiene respuesta: ¿Cómo se “desradicaliza” a un yihadista?. Si se tuviera la fórmula mágica para hacerlo, se habrían ganado muchos puntos en seguridad. Parece complicado. Quienes se han acostumbrado a vivir en combate, a la chulería de imponer sus ideas a sangre y fuego, a lucir sus look de barbudos, kalashnikov en ristre y con esa sonrisa cínica que pretendía aparentar victorias, devolverles a la vida en comunidad, con cumplimiento de las normas y sujetos a las leyes, es algo para lo que no existe manual conocido.

Por ello, como recomiendan los expertos, adoptemos ya las medidas para evitar este peligro real y seamos inflexibles en su cumplimiento.