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Cómo funciona la política del odio

Cómo funciona la política del odio
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1.- El dirigente de turno (populista) selecciona el objetivo, el cual encarna al enemigo nacional o de clase que él quiere destruir y que creen un obstáculo en la reconstrucción de su comunidad nacional o proletaria (la gente - la no gente/ el pueblo - el no pueblo). Que no vamos a odiar por que sí. El odio es rentable en política porque vivimos en una sociedad infantilizada y en una democracia sentimental, hija del consenso socialdemócrata. El odio es una emoción que moviliza. Es un recurso de los populistas, como se ve en Europa o en América.

Por ejemplo, periodistas opinan o tienen programas en televisiones públicas o privadas. Y no gustan al populista. Entonces suceden cosas como ésta:

2.- Nada más señalar el objetivo a batir, se pueden producir, en paralelo o separadamente, dos tipos de acoso de violencia posmoderna.

- Acoso físico, más conocido como escrache y/o performance. Depende de la edad de los “activistas".

- Acoso en Redes Sociales. Empieza por denigrar la profesión, pasa a la humillación personal y por supuesto, si tienen los datos, a la familiar. Esto lo llevan a cabo trolls profesionales y no profesionales e incluso robots creados por empresas contratadas por la formación política o el movimiento de turno.

@Jorge_Vilches @okdiario ¿Y tú eres profesor de universidad? ¿Permites dar bombo a estas noticias manipuladas? ¿Q dicen tus alumnos?

3.- Los periodistas y tuiteros afines repiten las consignas de los políticos o justifican el acoso físico o virtual, como si el motivo fuera “el cansancio de la gente"(frente a la no gente que representa el objeto de la ira). O se dan imágenes falsas de acontecimientos. Aquí abajo se puede ver a un conocido caradura haciéndose pasar por militante del PSOE, protestando frente a Ferraz por el cese de Pedro Sánchez.

Así son las nuevas Tropas de Asalto (SA) del siglo XXI.

¿Hay que responder a la campaña de acoso en redes? No. Ignórelos. Lo único que el troll (político) no soporta es la indiferencia. El resto, a comisaría. Hay que pedir que cambien la legislación para pillar las IP de los acosadores o que actúe la fiscalía. Si se puede hacer en casos de bullying (esa “kultura,” multicargo Espinar), que se haga también para quienes usan perfiles falsos para denigrar a quien piensa diferente.