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Los partidos del “futuro” solo miran al pasado

Los partidos del “futuro” solo miran al pasado
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El balance de la labor del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea de Madrid durante los 21 meses de esta legislatura debe iniciarse dejando constancia de su gran complejidad y poniendo en valor el esfuerzo que han debido hacer todos los diputados. La complejidad ha derivado de la aritmética parlamentaria, puesto que, tras muchos años de mayoría absoluta, se ha pasado a una situación en la que se precisa el apoyo parlamentario de Ciudadanos y, pese a esto, sólo existe un voto de diferencia respecto de la suma de los de PSOE y Podemos. En este escenario, las votaciones han sido muy ajustadas y las decisiones necesariamente consensuadas y negociadas.

Otro elemento que ha añadido complejidad ha sido el revisionismo absoluto que han practicado los nuevos partidos respecto del Reglamento de la Asamblea y los procedimientos parlamentarios. Desde su bisoñez, querían cambiarlo absolutamente todo, pero el tiempo y los esfuerzos de nuestro grupo han moderado ese revisionismo y se ha conseguido hacerles ver que esas normas tenían su sentido y que permiten un debate rico en el control al gobierno y los procedimientos legislativos. Como siempre hay cosas que mejorar, estamos ultimando la reforma del Reglamento, pero de una manera constructiva y racional.

También ha complicado nuestra labor la forma de actuar del nuevo partido político Ciudadanos. Mientras PSOE y Podemos desarrollaban la actitud de clara oposición que se preveía, Ciudadanos actuaba de una forma diferente a la que se podía esperar, teniendo en cuenta su presunta ideología, sus actuaciones en otras comunidades autónomas y que era un socio de investidura.

Todo lo que he explicado ha afectado a las funciones más importantes de la Asamblea: el control al Gobierno y los procesos de elaboración de normas. De esta forma, en las proposiciones no de ley y en las mociones ha existido, a la hora de votar, un frecuente tripartito de los partidos de la oposición que ha conseguido que salieran adelante muchas propuestas de la izquierda. Buena parte de ellas con un alto contenido populista y oportunista. Ante esto, hemos intentado llevar la cordura a este proceso en todo lo posible y no hemos apoyado iniciativas inconstitucionales, ilegales, improcedentes o contrarias a nuestros principios.

En la tarea legislativa, nuestro Grupo ha hecho también un buen trabajo. Se han presentado 22 proyectos de ley por parte del Gobierno y 33 proposiciones de ley por los grupos o por iniciativa popular. De ellas, se han aprobado 17 leyes y se han rechazado o decaído 10. Por tanto, nuestros diputados han participado o están participando en la tramitación de 55 proyectos normativos. La mayor complejidad en esta materia ha surgido por el hecho de que los proyectos de ley, propuestos por el Gobierno, han sufrido transformaciones a raíz de las frecuentes enmiendas de los tres grupos opositores, que han unido sus votos para introducir cambios que, generalmente, han supuesto una gran pérdida de rigor. Ante esto, el Grupo Popular se ha esforzado para que los cambios fueran razonables en el fondo y en la técnica normativa y, afortunadamente, hay que reconocer que hemos tenido éxito en los asuntos más importantes.

Dentro del terreno legislativo ha destacado la tramitación del Presupuesto, que también ha sido complicada. Así, en 2016 fue absolutamente caótica por la inexperiencia o frivolidad de los otros grupos, sin embargo, una vez más, nuestro grupo logró que no se desdibujase, en esencia, el buen proyecto que había elaborado el Gobierno.

Otro elemento complejo en la legislatura han sido las fallidas Comisiones de Investigación de la Corrupción y de Estudio del Endeudamiento. Sinceramente creo que la posición del Grupo Popular ha sido la única correcta: no oponernos a que se pueda analizar el pasado, pero exigiendo que los trabajos se hicieran con seriedad. Desde luego, los grupos de la oposición, capitaneados por Ciudadanos y Podemos, han impuesto su mayoría de votos y han hecho caso omiso de cualquier rigor y, por eso, sus actuaciones han sido caóticas, sin plan de trabajo ni procedimiento. En todo caso, estas comisiones están cosechando gran fracaso parlamentario y mediático porque no están aportando absolutamente nada.

Como puede deducirse de los anteriores párrafos, en la Asamblea de Madrid hemos asistido a grandes dosis de populismo y oportunismo en los debates parlamentarios: continuas propuestas de creación órganos, consejos o foros; como si eso lo resolviera todo. Innumerables iniciativas de mayor gasto, que no habría presupuesto que lo resistiera. ¡Será esto la nueva política!

Frente a populismos y oportunismos, el Grupo Parlamentario Popular, presidido por Cristina Cifuentes, ha aportado sentido común, solvencia y experiencia de gobierno. Hemos luchado para aplicar los valores y principios del Partido Popular, estando siempre abiertos a las nuevas ideas, propuestas o necesidades. Y todo esto lo hemos hecho desde el convencimiento de que, con ello, trabajábamos en favor de los madrileños.

Esta ha sido nuestra labor durante estos 21 meses. Aunque ha sido complicada estamos muy satisfechos de ella porque, mientras confrontábamos ideas con el populismo y el oportunismo en sede parlamentaria, el ejecutivo de Cristina Cifuentes ha realizado un esfuerzo enorme y ha desarrollado una acción de gobierno que ha mantenido la recuperación económica y la creación de empleo en Madrid, ha mejorado los servicios públicos y ha prestado una especial atención a aquellos que más han sufrido la crisis económica.