Castilla y León

Secarral

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Ya en 1912 el gran Antonio Machado, sevillano pero siempre con Castilla al frente, decidió alabar y cantar a una musa: el campo castellano. Campos de Castilla, tal y como se concibe esta tierra hoy en día, presiento que hubiera sido motivo de guerra y lucha entre los más castellanos y menos leoneses o viceversa. Las tierras y campos que se deslizan a lo largo y ancho de la región han sido -y son, aunque en menor medida- base y sustento de multitudes, y es que el 20% del PIB de la Comunidad lleva su nombre. Pero el medio rural ya no se concibe como antes, acaso como lugar de retiro espiritual cuando el calor aprieta entre los grandes bloques de hormigón urbanitas. En los meses de verano el ‘me vuelvo al pueblo’ cotiza al alza.

Este año la sequía que está soportando el campo de Castilla y León no deja indiferente a nadie y los agricultores cifran las pérdidas en 1.500 millones de euros. El panorama y el clima no parecen alentadores. En Valladolid ciudad salieron tractores y gentes del campo para pedir lo que es suyo, que el Gobierno nacional y autonómico «han vendido humo» y todo son «falsas promesas». Las calles han pasado del ‘No hay pan para tanto chorizo’ al ‘Ay, Tejerina, Tejerina... el campo se arruina’. Las proclamas se suceden una detrás de otra y cada vez son más ingeniosas, lo triste es que no lo sean las ayudas.