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Cómo detectar a un jefe manipulador y no convertirse en su víctima

La agresión se produce de forma sutil, sin pruebas claras y sólo se percibe a través de sentimientos de incomodidad

Suelen ser nerviosos, hiperactivos, y tener argumentos para todo
Suelen ser nerviosos, hiperactivos, y tener argumentos para todolarazon

La agresión se produce de forma sutil, sin pruebas claras y sólo se percibe a través de sentimientos de incomodidad

«Las personas manipuladoras no son fáciles de detectar, porque utilizan tácticas sutiles para envolver a sus víctimas del mismo modo que una araña teje su tela para atrapar a sus presas». Así los define Juan Carlos Cubeiro, «head of Talent de ManpowerGroup» y autor del libro «Liderazgo innovador». Hay personas que por intuición o por aprendizaje, han desarrollado una personalidad manipuladora, mediante la que consiguen que los demás hagan lo que ellos quieren. Un rasgo de personalidad denominado «maquiavelismo», en referencia a Nicolás Maquiavelo, autor de «El Príncipe». «Aunque existen en todas las personas, algunos individuos lo poseen en un grado muy desarrollado y lo aplican en sus relaciones familiares, laborales y sociales», explica Cubeiro. Distingue tres tipos de manipuladores: los que por estrés hacen algo de lo que no se sienten orgullosos; los que estratégicamente les ha ido bien manipular y tienen un punto de no retorno, y, por último, gente poco empática que tiende a manipular para conseguir sus objetivos. «Muchos empiezan desde niños porque se les permite conseguir sus caprichos con estas tácticas: se llama “síndrome del pequeño emperador”», añade Juan Carlos Cubeiro.

¿Cómo opera?

El manipulador convierte a su presa en víctima sin que ésta sea consciente de ello, de forma que la persona agredida tarda mucho en reconocer su condición y a veces ni lo consigue. «La presa resulta engañada porque la agresión es sutil, no hay pruebas claras y objetivas del ataque y sólo se percibe a través de sentimientos de incomodidad, de inseguridad, que muchas veces no sabe explicar, de forma que puede creer que es demasiado suspicaz», explica Cubeiro. El manipulador suele presentarse como la parte perjudicada, dolido, como quien pone todo de su parte sin recibir nada a cambio, vulnerable, haciendo que la víctima se sienta culpable y corte la relación. En opinión de Daniel Gutiérrez, vocal de la junta directiva de la Asociación Centro de Dirección de RR HH, para poder identificar a un jefe manipulador debemos ver si éste realiza promesas que luego no cumple con el fin de que hagamos una serie de tareas o, si vemos que ataca nuestras emociones con el fin de que hagamos lo que nos pide. «Los jefes manipuladores empiezan con halagos, ofreciendo favores (aspectos de poco valor para ellos) pero que generan un sentimiento de “estar en deuda” con él/ella».

¿Cuándo surge el liderazgo manipulador? Cuando a éste le falta una parte ética. «Donde la dignidad humana prevalece no tienen cabida. Por eso es importante que el verdadero líder sea justo, igualitario, equitativo, respetuoso con los derechos de los demás, que no abuse de su poder. Ser una persona ética es imprescindible para lograr credibilidad y sin credibilidad no es posible liderar, explica el autor de la obra «Liderazgo innovador».

A pesar de la proliferación de estos personajes, las empresas se preocupan ahora más que antes por detectar este perfil de trabajador porque repercute negativamente en la reputación de la compañía. Según Camilla Hillier-Fry, socia de People Matters, el «hecho de que hoy en día las organizaciones sean más planas, lo que las lleva a una mayor colaboración, más transparentes y más reguladas, pone en tela de juicio la manipulación».

Discutir con él servirá de poco ya que el ser manipulador requiere de cierta habilidad. «Es importante que el empleado no entre en el juego emocional, base su trabajo en hechos, en datos, en la transparencia y en la colaboración», aconseja la socia de People Matters. Daniel Gutiérrez sugiere que ante este tipo de situaciones se utilice la «asertividad» para mostrar al responsable el impacto que sus actuaciones tienen en uno y reducir la manipulación.

Resultados intangibles

La prestigiosa Harvard Business Review viene valorando desde 2015 a los mejores CEO del mundo no sólo por los resultados en términos financieros sino también por los resultados intangibles, por los conocidos como factores ESG (medio ambiente, sociales y de gobierno), factores relacionados con cómo se gestiona la organización. Aunque estos resultados se miden sólo en un 20%, por debajo de los términos financieros, todo apunta a que seguirán expandiéndose, subraya Hillier-Fry. «Esperamos que los manipuladores tengan los días contados».

Mientras tanto Cubeiro da algunos consejos útiles para reconocerlos de forma que podamos estar prevenidos.

-Confiar en nuestra intuición y en los sentimientos íntimos de rechazo que nos despiertan ciertas personas, aunque no sepamos por qué, ya que es probable que su lenguaje gestual los delate.

-No discutir con él, para lo cual hay que cultivar la asertividad, la autoafirmación. Decir aquello que queremos decir y no dar pie al debate.

-No culparnos por sentirnos mal cuando tratamos con una persona manipuladora, no nos asignemos el papel de verdugo; al revés, somos la presa.

-Aprender a decir «no», a rechazar a aquellas personas que nos contagian emociones negativas, que no «suman» sino que notamos que nos «restan» optimismo, energía, buen humor.

-Diferenciar la adulación del justo reconocimiento, porque si sabemos que no somos maravillosos, no debemos creernos al primero que nos lo dice.

-No confiar en el arrepentimiento ni en las súplicas de perdón: el manipulador no se corrige, sólo está armándose para ser más fuerte y seguir conduciéndose igual.

-También es recomendable practicar la introspección, conocernos bien a nosotros mismos para saber de nuestras debilidades y no permitir que alguien las explote, algo que puede muy bien ocurrir si intentamos ocultarlas.

-No es malo ser suspicaces ni dosificar la confianza que otorgamos a los demás, dándola sólo cuando haya pruebas de que la merecen.

En cuanto a si conviene denunciarlos, Gutiérrez recomienda trasladar al departamento de personal las situaciones que se produzcan en la empresa que puedan tener un impacto negativo.