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Balas contra la «madre de todas las marchas» en Caracas

La violencia se cobra la vida de dos jóvenes venezolanos, asesinados por un tiro en la cabeza a manos de milicianos chavistas

La Guardia Nacional Bolivariana corta el acceso a los manifestantes por las calles de Caracas.
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La violencia se cobra la vida de dos jóvenes venezolanos, asesinados por un tiro en la cabeza a manos de milicianos chavistas.

Dos muertos por herida de bala en la cabeza, decenas de asfixiados, miles de perseguidos y al menos 30 detenidos es el parte de las manifestaciones contra el Gobierno de Maduro que se vivieron ayer en Caracas y gran parte de Venezuela. La situación en la «madre de todas las marchas» se tornó tensa desde muy temprano, pues la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a una movilización por toda la capital para exigir la convocatoria de elecciones y que se restituya el hilo constitucional tras la decisión del Supremo de suspender la inmunidad parlamentaria y de robarle competencias a la Asamblea Nacional. Miles de personas decidieron acatar el llamamiento, pero se encontraron con los piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana y de la Policía Nacional Bolivariana, que sacaron todos sus instrumentos de represión para impedir que los opositores llegaran hasta la Defensoría del Pueblo, situada en el centro de la capital.

Carlos José Moreno, de 17 años de edad, falleció en Caracas después de recibir un disparo en la cabeza por parte de grupos civiles armados (Colectivos) que pasaron atacando desde motos. El joven murió en el quirófano cuando los médicos intentaban salvarle la vida. Sus familiares se encontraban consternados y aseguraron que Moreno había salido a un entrenamiento de fútbol cuando se topó con la manifestación. También una mujer, de identidad desconocida al cierre de esta edición, resultó herida de gravedad en la cabeza cuando desde un edificio le lanzaron una botella. Su estado es delicado.

No obstante, la segunda víctima fatal de las manifestaciones fue Paola Ramírez,de 23 años, quien recibió un disparo en la cabeza mientras se resguardaba de la represión policial en una plaza de San Cristóbal, en Táchira.

La violencia tomó protagonismo de manera intermitente en Caracas, porque mientras la PNB y la GNB lanzaban gases lacrimógenas contra los marchistas, algunos respondían a los ataques con piedras, palos y basura. El temor se apoderó de algunas personas que buscaron resguardo en edificios del este de la capital para evitar ser víctimas de los ataques. Otros tuvieron que huir al Río Guaire (el río más sucio de Caracas) para evadir los perdigones de plástico que disparaban los efectivos militares y policiales.

Asdrubal Parra, de 32 años, salió ayer a manifestar porque quiere que haya elecciones en el país. Resultó asfixiado por los gases lacrimógenos, al punto que se desmayó y en ese momento lo robaron. «Eran muchísimos los gases, la Policía disparaba los cartuchos de lacrimógenas a la gente, pero igual las devolviamos. Ya estaba muy ahogado y de repente perdí el conocimiento. Me desperté porque otros manifestantes me llegaron a resguardarme a un edificio, pero me di cuenta al despertar que me robaron el celular [móvil] y la cartera», dijo.

Francis Rengifo aprovechó que en Venezuela era feriado, a propósito de la firma del acta de independencia, y salió junto a toda su familia a marchar contra el régimen de Maduro. Su madre, de 72 años, sufrió asfixia. «Lo único que queríamos era expresar nuestro descontento, pero eso acá no se puede. No respetan a los ciudadanos y esto es represión y ataques contra el que piense distinto», sentenció.

Horas antes de la manifestación, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, activó un plan llamado Zamora con el que buscaba, según dijo, proteger a la nación. «Estamos en horas cruciales para nuestra patria. Aquí la derecha apátrida, conjuntamente con EE UU, quiere dar un golpe de Estado. Así lo digo, así lo denuncio ante el mundo». El Gobierno chavista respondió con una manifestación alternativa a «la madre de todas las marchas» que contribuyó a un aumento de la tensión en las calles, pues en diferentes puntos de Caracas confluyeron chavistas y opositores entre insultos y algunos ataques personales.

Quienes acompañaron a la MUD en la protesta se encontraron con escenarios no previsibles. Al menos 33 personas sufrieron traumatismos, 14 tuvieron alzas de tensión y desmayos; y al menos 10 sufrieron asfixia crónica y pese a que la manifestación se dispersó pasadas las tres de la tarde, los disturbios continuaro. Mientras la seguridad reprimía a los ciudadanos en diferentes puntos de Venezuela, Maduro llamaba al diálogo aseguraba estaba ansioso por ir a elecciones y «derrotar a la derecha».