Educación

El abandono en Secundaria, una asignatura pendiente

Andalucía fue en 2016 la cuarta comunidad con mayor tasa de estudiantes que no completaron el nivel de esa enseñanza obligatoria

La consejera de Educación de la Junta, Adelaida de la Calle, en el Parlamento andaluz
La consejera de Educación de la Junta, Adelaida de la Calle, en el Parlamento andaluzlarazon

Andalucía fue en 2016 la cuarta comunidad con mayor tasa de estudiantes que no completaron el nivel de esa enseñanza obligatoria

No todos los estudiantes terminan la etapa educativa obligatoria en tiempo y forma. La situación ha mejorado en los últimos años, pero Andalucía continúa en los puestos de cabeza respecto al abandono formativo temprano, entendiendo por éste el porcentaje de la población comprendida en la franja de entre los 18 a los 24 años que no llega a completar el nivel de educación Secundaria –la actual ESO–, la segunda fase, y no sigue cursando ningún tipo de aprendizaje. A la luz de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicada en la página web del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y consultada por LA RAZÓN, en 2016, la comunidad ocupó la cuarta posición en el «ranking» nacional relativo a esa tasa, empatada con la ciudad autónoma de Ceuta. Ambas registraron un porcentaje del 23,1.

A las dos sólo les separó una décima de la tercera región en el listado que fue Castilla La Mancha. Si bien, las que contabilizaron un mayor número de salidas precipitadas de la ESO fueron las Islas Baleares, con un 26,8 por ciento y Murcia, que anotó un 26,4. El mapa que dibujan los datos muestra la existencia de un patrón con diferencias territoriales sustanciales y también por sexos. Si se vuelve a centrar el foco en Andalucía y en relación a la última variable, resulta significativo que al considerar sólo a los alumnos hombres, la comunidad escala al tercer puesto con un 27 por ciento, que desciende hasta el 19, al restringir la mirada al grupo de las mujeres andaluzas.

Estos cálculos responden a la metodología establecida por Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea, y se han basado en medias anuales de datos trimestrales. Al considerar la serie histórica desde 2002 se comprueba que en el caso de la comunidad, se ha producido un descenso en el abandono formativo, con algún repunte intermedio. Una tendencia que se consolidó a partir de 2006, pero que aún no es suficiente para colocarse en los niveles de territorios como el País Vasco, con un 7,9, o Cantabria, con 8,6 por ciento, lo que supone un 15,2 y un 14,5, respectivamente, en relación a Andalucía en el pasado ejercicio. ¿Qué se puede hacer para combatir una situación que resulta un expositor elocuente en materia educativa? Este periódico trasladó esa pregunta al presidente de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA), Javier Puerto, quien apuntó dos claves. Para arrancar explica que el alumnado «llega a Secundaria desde Primaria con poca formación, con una base muy baja que les dificulta realizar los cursos de la ESO de forma adecuada». Y hay otro elemento que, afirma, la organización sindical que coordina «lleva años defendiendo». «Antes los jóvenes tendían dos opciones, podían decantarse por el BUP, el Bachillerato, o por la formación profesional. Ahora la Secundaria es obligatoria y para hacer un ciclo formativo tienen que pasar un filtro de cuatro años y, por muy fácil que se les esté poniendo, hay a quienes se les hace cuesta arriba», dice. En opinión de Puerto, para contribuir a eliminar «estas bolsas de abandono escolar» se debería permitir que «desde primero de la ESO, al que los jóvenes acceden con 12 o 13 años, pudieran elegir itinerarios concretos para encaminarse hacia lo que les motiva desde ahí y no en cuarto, como está fijado». «Algunos tienen planteamientos laborales desde muy pronto y se frustran», remata.