Violencia de género

El ex marido le ofrece casa en Italia y custodia compartida

Francesco Arcuri dice ahora que «está arrepentido» de aceptar la condena por maltrato y defiende que lo hizo por ver a sus hijos

Francesco Arcuri, en Granada
Francesco Arcuri, en Granadalarazon

Francesco Arcuri dice ahora que «está arrepentido» de aceptar la condena por maltrato y defiende que lo hizo por ver a sus hijos.

De nada ha servido el recurso de amparo que de forma desesperada presentaron ayer los abogados de Juana Rivas ante el Tribunal Constitucional (TC) para paralizar la devolución de sus dos hijos a su padre, Francesco Arcuri, acusado de maltrato en 2009, pues el Alto Tribunal decidió ayer no admitirlo a trámite. Así, Juana sigue estando obligada a presentase en los juzgados de Granada para responder a la denuncia interpuesta por su ex pareja, residente en Italia, por el secuestro de los dos menores, a los que se llevó su ciudad natal hace un año y se niega a devolver para «protegerlos».

Aunque Arcuri aplaudió la decisión del TC, se mostró «muy triste». «Aquí no gana nadie, hay dos niños», dijo tras conocer la resolución. Tal y como reveló a LA RAZÓN se siente «agotado» por la «presión mediática» que ha suscitado este caso, del que asegura que no se ha contado la verdad.

Así, «por el bien de los niños», está dispuesto a negociar con su ex pareja la custodia compartida de los dos menores en Italia, país en el que están escolarizados, así como una casa y pensión mensual para la madre, tal y como reveló ayer a la agencia Efe. Su abogado, Adolfo Alonso, reiteró que la intención es llegar a «un pacto formal» con Juana Rivas para acabar con un asunto que «jamás debió haber sido llevado hasta aquí» y que «sólo está generando dolor» a todas las partes.

Porque la versión que ha dado Francesco Arcuri difiere mucho de la revelada por la madre de sus hijos. Él asegura que «nunca he puesto la mano encima a ninguna mujer» y que en 2009, «aceptó» ser condenado por lesiones en el ámbito familiar por una discusión que ambos mantuvieron cuando convivían en Granada, como única vía para poder seguir viendo a su entonces a su único hijo con Juana Rivas. «Hoy me arrepiento muchísimo de haber aceptado esa condena. Quise quitarle tensión a la situación para poder ver a mi hijo. Tras dos meses estábamos otra vez viviendo juntos y, tiempo después, se vino a Italia y tuvimos otro hijo», explicó. Una vez retomada la relación en Italia años después, Juana regresó por vacaciones con sus hijos a España y, en julio de 2016, lo volvió a acusar de malos tratos a través de una denuncia que sigue pendiente de ser tramitada ante la justicia italiana. Aunque Arcuri reconoce que la relación con Juana «no estaba bien», cree que ella interpuso esa denuncia como una forma de lograr la custodia de los menores. Tras no poder comunicarse con ellos desde noviembre de 2016, «me he se visto obligado a denunciar la sustracción de mis hijos», defiende.

Pese al recurso de amparo que presentó ayer Juana ante el TC y que finalmente ha sido desestimado, el italiano asegura que mantiene su voluntad de negociar la custodia compartida. Aunque, de momento, el entono de Juana rechaza la oferta que se hizo «en una conversación de buena fe» entre ambas partes. Según defiende el letrado de Arcuri «es una oferta asumible en el contexto de desobediencia a la justicia en el que está incurriendo la madre».