Guardia Civil

La Guardia Civil desarticula una organización dedicada al tráfico de seres humanos

La organización introducía a inmigrantes ilegales en Melilla, vía marítima y terrestre, previo pago de grandes cantidades de dinero

La Guardia Civil desarticula una organización dedicada al tráfico de seres humanos
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La organización ha podido introducir de forma ilegal a 166 personas, todas ellas de procedencia subsahariana por los que habrían obtenido unos ingresos superiores a los 300.000 euros.

La Guardia Civil en el marco de la operación “Jabal” ha desarticulado una organización dedicada al tráfico de seres humanos que introducía en la Melilla a inmigrantes ilegales de origen subsahariano, vía marítima (en embarcaciones de alta velocidad) y a través de los pasos fronterizos (ocultos en dobles fondos de vehículos).

En la operación han sido detenidas ocho las personas entre los que se encuentra el líder de la organización en Melilla, un varón de nacionalidad española de 31 años de edad y el enlace de la trama en Marruecos, un varón, de 38 años y nacionalidad marroquí. Los otros detenidos, son tres varones, uno menor de edad, y una mujer, todos ellos de nacionalidad española y con residencia en la ciudad.

Asimismo, se han podido constatar el pase ilegal a Melilla de 166 las personas por los que la organización habría obtenido unos ingresos superiores a los 300.000 euros. La operación se inició a finales del pasado mes de septiembre cuando la Guardia Civil pudo constatar un aumento de entradas de inmigrantes ilegales. Continuando con las investigaciones, los agentes localizaron a una organización diversificada en Marruecos y Melilla que estaba utilizando dos vías para la entrada de estas personas.

Entradas por vía marítima

Utilizaban un método novedoso, consistentes en aproximarse muy rápido con embarcaciones de alta velocidad al espaldón del puerto comercial donde descargaban a los inmigrantes y los ocultaban entre las rocas.

En cada trayecto de la embarcación traían a diez personas. Una vez en tierra los iban sacando de forma escalonada, andando por las escolleras para no levantar sospechas.

Asimismo, utilizaban fuertes medidas de seguridad utilizando para ello vigilantes en las escolleras, en varios puntos del puerto y en Melilla La Vieja y poder dar aviso en caso de avistar patrullas policiales marítimas y terrestres. Igualmente, utilizaban personas que hacían de lazarillo (normalmente menores de edad) para indicar a los inmigrantes el camino que debían seguir.

Una vez que los inmigrantes estaban fuera de la zona de las escolleras, los formaban en pareja (hombre y mujer de la mano) para aparentar que paseaban por la ciudad. De esta manera llegaban hasta las inmediaciones del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), lugar al que accedían también de forma escalonada, para no levantar sospechas, alegando que habían entrado a la ciudad en dobles fondos de vehículo.

Los agentes han podido constatar que la organización ha realizado por vía marítima 13 pases de embarcaciones llegando a cobrar a cada inmigrante alrededor de 1.500 euros.

Los inmigrantes eran introducidos en Melilla en dobles fondos de vehículos de media o gama alta. Para dar apariencia de normalidad, venían ocupados por personas que conformaban una unidad familiar, compuesta por hombre y mujer y menores en los asientos traseros. Normalmente, la red elegía los días y las franjas horarias que menos hacían recelar a los guardias encargados de los registros selectivos. Para rentabilizar los pases solían introducir en cada vehículo a tres personas cobrándoles a cada uno de ellos por ello 4.200 euros. Igualmente, la Guardia Civil ha constatado que organización ha podido utilizar hasta 6 vehículos diferentes. Una vez en la Melilla el vehículo se dirigía a un garaje, que se comunicaba con una vivienda, donde tenían a los inmigrantes por espacio de unas 24 horas.

Al igual que en la mecánica utilizada en la vía marítima, los inmigrantes iban saliendo de la vivienda de forma escalonada y los dejaban en las inmediaciones del CETI u otra zona próxima, para no levantar sospechas. La operación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número Tres de Melilla.