Internet

Píxeles contra la pederastia

Internet permite a miles de pedófilos intercambiar imágenes. ¿Cómo se combate desde las empresas tecnológicas y las Fuerzas de Seguridad?

El programa PhotoDNA da a cada pixel un valor en una escala de grises para crear una huella dactilar de la imagen
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Internet permite a miles de pedófilos intercambiar imágenes. ¿Cómo se combate desde las empresas tecnológicas y las Fuerzas de Seguridad?

Si bien España ocupa el quinto lugar del mundo en esclarecimiento de casos de pornografía infantil por vía telemática, también se encuentra entre los primeros en cuanto a tráfico. La tecnología, principalmente internet, pero también los smartphones y las redes sociales han hecho que el intercambio de este tipo de material sea más frecuente. De acuerdo con la web especializada en estadísticas, «We are Thorn», más de un 30% de todas las búsquedas realizadas en la red eDonkey P2P (parte de la «deep web» o web oscura, ya que no se obtiene información de sus usuarios) están vinculadas al abuso de menores. Sólo en 2015, el departamento de Seguridad Nacional de EE UU (HSI), analizó más de 7,5 petabytes de datos, equivalentes a 127,5 millones de horas de música. Para el supervisor del grupo cibernético del HSI, Al Deangelus, «ahora es mucho más fácil llegar a los niños usando diferentes nombres, o haciéndose pasar por niños en diferentes aplicaciones». Los pederastas envían entre 500 y 1.000 mensajes al día con la esperanza de conseguir que respondan uno o dos niños.

Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil tienen grupos dedicados exclusivamente a investigar este tipo de delitos y ya se ha detenido a unas 16.000 personas involucradas en ellos. Estas instituciones trabajan rastreando la web con programas que detectan búsquedas de palabras clave o sospechosas. En la tarea de detección les ayudan programas específicos elaborados por Google y Microsoft.

El gigante de internet cuenta con 16 equipos, un total de 200 personas dedicadas exclusivamente a ello. Gracias a algoritmos específicos, rastrean imágenes en sus servidores (tanto del buscador como de Gmail o YouTube) que resultan investigadas y denunciadas si corresponde. De hecho, desde 2008 utilizan una tecnología de etiquetado que les avisa cuándo una imagen ya denunciada ha vuelto a aparecer en la red, de modo que pueden rastrearla y quitarla. Sólo en 2016, unos 100.000 sitios web sospechosos de contener material de este tipo se han bloqueado de las búsquedas que se realizan en Google. Y cerca de 13.000 términos específicos cuentan con un mensaje de advertencia que recuerda que ese tipo de material es ilegal. Los equipos de Google colaboran con la Interpol en las investigaciones. Junto a Microsoft, Yahoo, Facebook y Twitter, forman parte de la Internet Watch Foundation y comparten los archivos que tengan el mencionado etiquetado para que no puedan compartirse.

Microsoft, por su parte, ha ido un paso más allá creando, junto al Dartmouth College, una tecnología llamada PhotoDNA (ADN fotográfico). Si Google puede identificar material que se corresponda al 100% con fotografías ilegales, PhotoDNA es capaz de encontrar aquellas que ya han sido denunciadas, pero que luego se han modificado. Da a cada pixel un valor en una escala de grises para crear una huella dactilar de la imagen; si se encuentra una huella, aunque sea parcial, se disparan las alarmas.

Para Susana González Ruisánchez, abogada especialista en el universo digital y responsable de Hiberus Legal Tech, «el problema es siempre previo, la prueba que aportamos a la hora de denunciar, y además hay que presentar prueba no impugnable, teniendo en cuenta que es prueba de hechos en soporte tecnológico fácilmente manipulables y que, por tanto, precisan de la asistencia de un abogado experto en derecho digital para poder configurar la prueba con certificados con sello en tiempo real reconocidos. Además, otra dificultad es obtener y presentar la prueba del paradero de la persona a denunciar. De nada nos sirve denunciar un hecho si no podemos decir a quién denunciamos, y detrás de un perfil anónimo en una red social puede estar tan sólo un desconocido ilocalizable».

Consejos para padres

¿Qué podemos hacer los padres para evitar que nuestros hijos caigan en estas redes? Detectar conductas de ansiedad relacionadas al móvil (si está todo el tiempo pendiente, si se asusta cuando suena la señal de un mensaje, etc.). También enseñarles a desconfiar de perfiles sin nombre en redes sociales, en los que no se registre la edad o el lugar de residencia del usuario. Además deben aprender a no tomarse siquiera fotos comprometedoras y menos aún compartirlas.