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Decenas de muertos en un ataque a un campo de desplazados sirio

El bombardeo junto a la frontera turca ocurre en plena tregua en Alepo. Entre los fallecidos habría mujeres y niños

Imagen sin confirmar del bombardeo sobre un campo de desplazados al norte de siria difundida en la red social Twitter
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El bombardeo junto a la frontera turca ocurre en plena tregua en Alepo. Entre los fallecidos habría mujeres y niños

Mientras, por primera vez, en la castigada ciudad de Alepo el sonido de los bombardeos se apagaba ayer, el rugido de los cazabombarderos y la explosión de los misiles impactaron en un campo de desplazados en la provincia de Idlib. Según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, cerca de treinta personas, incluidas mujeres y niños, murieron durante un ataque aéreo en el campo de Al Camouna, cerca de Sarmada, una zona eminentemente rural donde no operan milicianos.

Los comités de coordinación locales y los llamados «cascos blancos», ambos en el bando opositor, elevaron a 30 los fallecidos. Por su parte, Orient News, que citaba a su vez a la cadena siria SLN, indicó que hay al menos medio centenar de fallecidos y acusó directamente al régimen del presidente Bachar al Asad de bombardear el campo de desplazados de Al Camouna.

Los ataques de aviones no identificados se produjeron muy cerca de la frontera con Turquía. Imágenes en las redes sociales mostraron tiendas destruidas e incendiadas, mientras los equipos de rescate y los Bomberos se afanaban en sofocar las llamas y la evacuación de víctimas. El Observatorio afirmó que entre las víctimas había numerosas personas con heridas de gravedad.

Sarmada, en el norte de Idlib, dista unos 30 kilómetros de Alepo, la capital económica de Siria, donde Rusia y Estados Unidos acordaron este miércoles extender la tregua que rige en el resto del país árabe. La provincia de Idlib está casi controlada totalmente por el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, y sus aliados.

La masacre sobre este campo de desplazados ha indignado a la comunidad internacional. La Casa Blanca advirtió de que «no hay excusa que justifique» el bombardeo sobre el campo de desplazados internos. El portavoz del Gobierno estadounidense, Josh Earnest, incidió en que «no hay justificación para llevar a cabo una acción militar contra personas que están en la situación más desesperada que se pueda imaginar». Earnest explicó poco después de conocerse el ataque que es pronto para afirmar que el bombardeo fue obra del Gobierno de Asad, y añadió que en la zona en la que se produjo el bombardeo no operan aviones de Estados Unidos ni de los países que forman parte de la coalición internacional que luchan para frenar el avance de los yihadistas del Estado Islámico.

La tregua de 48 horas entró en vigor ayer en la ciudad de Alepo, después de que se aceleraran los encuentros diplomáticos con Washington y Moscú para salvar el cese de las hostilidades declarado en toda Siria el 27 de febrero pasado y cuyo futuro peligraba por el estallido de violencia en esa localidad, que en los últimos trece días ha sido la más castigada por los ataques aéreos de los leales al Gobierno de Damasco.

El recrudecimiento de las hostilidades en Alepo desde el pasado 22 de abril, que se ha cobrado tres centenares de vidas, ha arruinado el alto el fuego general acordado desde el pasado 27 de febrero, y ha dejado en punto muerto el proceso de negociaciones de paz que arrancó en enero en Ginebra (Suiza) bajo los auspicios de la ONU, que ha advertido que una mayor presión militar resultará «catastrófica», pues obligaría a huir a 400.000 civiles sirios hacia Truquía, donde ya se hacinan dos millones de refugiados.

No obstante, a pesar del alto el fuego en Alepo, al menos seis personas murieron y docenas resultaron heridas en dos explosiones que sacudieron a un pueblo del centro de Siria. El gobernador de Homs, Talal Barrazi, declaró que las explosiones tuvieron su origen en un coche bomba y un suicida ataviado con un cinturón explosivo que fue activado en la localidad de Mukharam al Fawkani. El pueblo está al este de Homs, la tercera ciudad del país.

Ningún grupo se atribuyó la autoría de los ataques. En los últimos meses, el grupo extremista Estado Islámico reivindicó atentados similares en la provincia de Homs que dejaron decenas de fallecidos. El Observatorio Sirio, por su parte, señaló que diez personas perdieron la vida en las dos explosiones que, además, habrían causado 40 heridos.

Desde el pasado sábado, las armas se han silenciado en dos frentes activos –Guta Oriental, en la provincia de Damasco, y el norte de Latakia, en la costa mediterránea–, aunque el martes se produjeron enfrentamientos en el bastión rebelde cercano a la capital siria.