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El asesino de Oza, tras mostrar a la Policía el cadáver de su hijo: «A ver si terminamos pronto, que estoy cansado»

El hombre confesó haber matado al niño, de 11 años, y haber abandonado el cuerpo en un monte. La madre lo denunció cuando éste no le devolvió al menor tras pasar con él el fin de semana

Imagen de presunto parricida escoltado por dos agentes
Imagen de presunto parricida escoltado por dos agenteslarazon

El hombre confesó haber matado al niño, de 11 años, y haber abandonado el cuerpo en un monte. La madre lo denunció cuando éste no le devolvió al menor tras pasar con él el fin de semana.

«¡Lo va a pagar... Lo va a pagar!», cuentan que repetía con insistencia José Miguel sobre su ex pareja. La Policía le andaba buscando desde el domingo, cuando su ex mujer acudió a comisaría de La Coruña para denunciar que José Miguel no había acudido al punto de encuentro para devolverle a su hijo de 11 años, justo el Día de la Madre. Los agentes le localizaron ya por la tarde noche del lunes en un hostal del barrio coruñés de Labañou. Allí acabó confesando que había asesinado a su hijo, de 11 años. Poco después acompañó a la Policía al lugar donde había abandonado el cuerpo del niño. El cadáver se encontraba en un monte de eucaliptos en La Barra, en la parroquia de Rodeiro de Oza.

Fuentes próximas a la investigación aseguran que el menor falleció después de recibir un golpe con un objeto contundente, que podría ser una pala que se encontraba justo al lado del cuerpo, que se hallaba a la intemperie. De ahí que los agentes dedujeran que el padre tenía interés en que el cuerpo fuera encontrado.

Los investigadores creen que José Miguel asestó a su hijo el golpe mortal al salir del coche, en una cuneta, y después lo arrastró unos 20 metros hasta abandonarlo en medio de una pista forestal en La Barra.

El padre no derramó ni una lágrima cuando se halló en el monte con la Policía ante el cadáver de su hijo en descomposición. «A ver si terminamos pronto, que estoy cansado», dijo con tranquilidad pasmosa y ante la estupefacción de los agentes que presenciaban el macabro escenario. A las 4 de la madrugada del lunes el juez procedía al levantamiento del cadáver. No obstante, el lugar donde ha sido hallado el cadáver del niño ha sido acordonado por las Fuerzas de Seguridad, que siguen investigando los hechos. El padre ayer permanecía detenido en dependencias policiales y, al cierre de esta edición, no estaba previsto que pasase a disposición judicial.

Ayer, el cuerpo de psicólogos de la Agencia de Emergencias Gallega (Axega), se movilizó para prestar asistencia a los familiares del menor.

El Juzgado de Instrucción número 7 de La Coruña, que se encontraba de guardia cuando la madre presentó la denuncia de la desaparición, se encarga de las diligencias. El juez ha decretado el secreto de las actuaciones.

La madre del pequeño asesinado trabaja como conserje en el colegio de San Francisco Javier de La Coruña, el mismo centro en el que estudiaba el niño 6º curso de Primaria. Ayer el centro escolar no ocultaba su consternación por lo ocurrido y evitó hacer declaración alguna sobre el caso.

La pareja estaba separada desde hacía años y existe constancia de dos denuncias previas por parte de la mujer. Una de ellas en 2008, que terminó con una sentencia condenatoria por un delito de coacciones, y otra en 2013, por amenazas a través de las redes sociales. Fue sobreseída después de que no se pudiese acreditar que José Miguel fuera el autor de los hechos denunciados, según el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

Ayer se supo que la madre recibía amenazas constantes por parte de su ex pareja, aunque no figura ninguna denuncia reciente de la mujer. El asesinato del menor a manos de su padre es «un claro caso de violencia machista», dijo ayer la concejala de Igualdad y Diversidad del Ayuntamiento de La Coruña, Rocío Fraga. «Algunos padres utilizan a los hijos para atacar a las madres». Es lo que las asociaciones de mujeres llaman «violencia vicaria».

El alcalde de Oza-Cesuras, donde vive la familia del padre del niño y de donde también es oriunda la madre, ayer no podía ocultar su dolor por lo ocurrido. «Vamos a decretar dos días de luto y mañana –por hoy– guardaremos un minuto de silencio por la tragedia», dijo a LA RAZÓN. «Es horrible que te despierten por la mañana con la noticia de que han asesinado a un niño de 11 años y que encima el asesino sea su propio padre».

La organización gallega Ve la Luz, que se mantiene en ayuno acampada en la madrileña Puerta del Sol, recordó que 44 mujeres han sido asesinadas por sus parejas en lo que va de año y otros 5 menores. La organización denunció que el 70 por ciento del total de denunciados por violencia machista siguen manteniendo la patria potestad, la custodia o el régimen de visita de sus hijos.

Miguel Lorente, forense y ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género cree que «el objetivo de estos agresores es hacer daño y para ello aprenden a utilizar estrategias que causa más dolor que el golpe o el homicidio de la mujer los que matan a un hijo para dañar a su mujer. No sienten arrepentimiento porque asumen su conducta, creen que han hecho lo que tenían que hacer. Es su respuesta».