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La baronesa Thyssen pide un régimen fiscal que no la perjudique

El acuerdo de cesión gratuita de su colección privada se renovó ayer por un periodo de tres meses, aunque las negociaciones con Cultura siguen abiertas. Desea exponer sus obras fuera de España y que no se le ataque fiscalmente

La baronesa Carmen Thyssen posa junto a la obra "Bañistas: dos desnudos en un paisaje exótico", de Jean Metzinger"
La baronesa Carmen Thyssen posa junto a la obra "Bañistas: dos desnudos en un paisaje exótico", de Jean Metzinger"larazon

El acuerdo de cesión gratuita de su colección privada se renovó ayer por un periodo de tres meses, aunque las negociaciones con Cultura siguen abiertas. Desea exponer sus obras fuera de España y que no se le ataque fiscalmente

Una espada de Damocles es la que pende cada cierto tiempo de la cabeza del ministro de Cultura de turno cuando toca hablar de la renovación del acuerdo de cesión gratuita de la colección de Carmen Thyssen-Bornemisza. La tormenta parece que esté a punto de desencadenarse, los malos presagios se ciernen como negros nubarrones sobre la Casa de las Siete Chimeneas y después, poco después solo, las aguas vuelven a su cauce. Así sucede desde 2013. Ayer expiraba el plazo de seis meses, prorrogado por la interinidad ministerial. Y volvió a suceder este eterno «dèja vu». El ministro de Educación, Cultura y Deporte anunciaba poco antes de las siete de la tarde la prórroga del acuerdo de cesión por un periodo de tres meses para –durante este tiempo– poder llegar a un acuerdo: «Existe buena disposición entre ambas partes y hemos quedado en seguir hablando. Hoy, ya lo hemos firmado».

Durante esos noventa días ambas partes tendrán tiempo de «pensar, hablar y matizar» –según Méndez de Vigo– los puntos del acuerdo, que básicamente se centran en dos, como aseguró ayer a LA RAZÓN Carmen Thyssen (y posteriormente subrayó en un comunicado): su deseo de «que la colección siga en España, porque yo no me quiero ir de aquí, que quede claro. No deseo un alquiler ni vender, sino que las cosas estén claras de cara al futuro. Mi colección aporta anualmente a la Comunidad de Madrid nueve millones de euros y lo que pido es orden». En el citado comunicado reafirmaba su deseo de no mover los cuadros de su propiedad de suelo español «siempre y cuando tenga un marco legal que esté bien hecho y que respete y proteja el valor de esta colección única, que garantice la accesibilidad y movilidad de las obras para poder llevar a cabo exhibiciones en todo el mundo y para dotar a la colección de una mayor visibilidad en el exterior», es decir, que tenga más vida. Ahí reside una de las novedades más importantes que destaca Carmen Thyssen: quiere que sus cuadros se vean en otros museos del mundo como sucedió, así lo ha subrayado ella, en la etapa en que Tomás Llorens fue director artístico de la colección: «Con Llorens he hecho unas 37 exposiciones por todo el mundo, con una media de unos 60 o 65 cuadros, incluso inauguramos el museo de Sanghay. Y preferiría poder seguir haciendo esto y no prestar cuadros para exposiciones temporales, que es lo que está haciendo Guillermo Solana», señala a LA RAZÓN. Según personas cercanas al patronato, éste sería uno de los puntos de fricción de Cervera con la actual dirección artística, «ya que existe cierto descontento y malestar sobre la política de exposiciones internacionales que se están haciendo actualmente, de ahí que la baronesa haya decidido apostar de una manera firme por volver a la fórmula de la exhibición internacional de su colección», extremo que también apuntó hace poco más de una semana el responsable del museo Carmen Thyssen de Andorra, Guillermo Cervera.

- Ni venta ni alquiler

Lo que está sobre la mesa, según el entorno de la negociación, es «un nuevo acuerdo en el que no se contempla ni la venta ni el alquiler, sino la cesión gratuita pero con cláusulas y una orientación diferente que está claramente expresada en los tres puntos del comunicado firmado por Carmen Thyssen y que aluden a la visibilidad, la seguridad de las obras y, sobre todo, al regimen fiscal», este último uno de los puntos básicos de la negociación: «La baronesa no está buscando nada especial, simplemente que no se la ataque. Lo que deseamos es un regimen fiscal que no le perjudique y del que fiscalmente no se beneficie. No se está pidiendo un trato especial», aseguran desde el entorno a LA RAZÓN. ¿Cómo se pondría esto negro sobre blabnco? Mediante la Ley de Rentas, en cuyo articulado se especifica que si alguien realiza un servicio público pueda acogerse a un regimen de fiscalidad especial. A Carmen Thyssen le preocupa seriamente la indefinición jurídica que rodea a su colección desde 2013, de lo que deja claramente constancia en el comunicado: «Tras finalizar en 2013 el convencio que regulaba la cesión gratuita al Museo Thyssen de esta colección, el futuro de la misma ha entrado en una situación de inseguridad jurídica, sometida a renovaciones anuales cortoplascistas (...)» y se refiere a las prórrogas celebradas desde el convenio suscrito en febrero de 2002 como «obsoletas y que requieren una actualización que contemple la cesión de la colección de una forma global».

Para paliar esta situación, la baronesa solicitó el pasado diciembre la creación de una mesa conjunta formada por tres patas: el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la dirección general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural y el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, además de la Fundación Thyssen-Bornemisza. La solicitud cayó en saco roto, hecho que ha disgustado sobremanera a la coleccionista, «lo que me ha obligado a solicitar a Cultura la puesta en marcha de mecanismos para iniciar el traslado de mi colección a otras sedes o países», reza el texto enviado ayer.

- Una reunión grata

Méndez de Vigo se mostró esperanzado y destacó la buena disposición por ambas partes: «La reunión ha sido muy grata, pero no olvidemos que ella es titular de una colección privada y puede hacer lo que considere oportuno con ella, aunque desea que las obras no se muevan de España. Les hemos dicho a sus abogados que sean ellos los que se pongan en contacto con el Ministerio de Cultura. Vamos a estudiar todas sus condiciones y sus peticiones para ver el modo de actuar que sea mejor para todos». De hecho, fue el titular de Cultura quien a primera hora de la mañana de ayer hizo saltar las alarmas al asegurar en el transcurso de un desayuno que Carmen Cervera «no pedía cambios en las condiciones económicas». La coleccionista desea que lo tocante al regimen fiscal se resuelva cuanto antes sobre todo de cara al futuro de sus tres hijos, Borja Thyssen y las mellizas María del Carmen y Guadalupe Sabina, sus tres herederos.

Veinticinco años de un museo único

Este es un año para celebrar y a la baronesa no se le habrá pasado por alto pues se cumplen en 2017 veinticinco de la inauguración del Museo Thyssen-Bornemisza en octubre de 1992. Un año después el Estado español adquiría la colección del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza después de unas negociaciones que arrancaron en 1998, cuando se firmó un contrato de préstamo para que España acogiera las obras de la colección del barón. Fue en 1999 cuando se anunció que Carmen Thyssen había decidido ceder gratuitamente la colección de obras de su propiedad por un periodo de once años. Así se ha hecho hasta 2016, cuya prórroga fue de medio año debido al que el Gobierno estaba en funciones. El primer director artístico de la colección fue Tomás Llorens (actual director honorario del museo), a quien sucedió el crítico y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Guillermo Solana. El 18 de febrero (hasta el 28 de mayo) se inaugurará «Obras maestras de Budapest. Del Renacimiento a las Vanguardias», y el 4 de abril será el turno de Rafael Moneo, encargado de la remodelación de la sede del museo y que este año celebra su ochenta cumpleaños. A ésta le seguirán «El Renacimiento en Venecia. Triunfo de la belleza y destrucción de la pintura» (junio a septiembre) y Sonia Delaunay-Terk. Arte, diseño y moda», de julio a octubre.

Una mujer apasionada por el arte

«Siendo como soy, una coleccionista privada, lo que no he hecho nunca es tener los cuadros para mi disfrute personal, al contrario, siempre me ha gustado compartirlos con el público. Los pintores, para mí, no pintan para uno sólo. Mi pasión es el arte y mi deseo es que mi colección pueda exhibirse en España siempre que esté amparada en un marco legal, justo y global». Así se expresaba ayer Carmen Thyssen sobre su amor por el arte. Su colección está formada por 430 obras, entre la que destacan obras de maestras de Gauguin, Tolousse-Lautrec. Brueghel, Picasso y Edward Hopper, entre otros. Las de su propiedad también se pueden ver en el museo malagueño que lleva su nombre y en marzo, exactamente el día 16, se inaugurará un nuevo centro en Andorra que exhibirá 26 lienzos de la colección privada de Tita Cervera y que colgarán del nuevo museo durante once meses.