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Cifuentes, en manos de Rivera

La apuesta de Rajoy en la Comunidad de Madrid logra mantenerse como la fuerza más votada con once diputados más que el PSOE. Podrá gobernar si consigue el apoyo de Ciudadanos

La candidata del PP a la Comunidad, Cristina Cifuentes, acudió a mediodía a votar a su colegio electoral en el distrito de Moncloa-Aravaca
La candidata del PP a la Comunidad, Cristina Cifuentes, acudió a mediodía a votar a su colegio electoral en el distrito de Moncloa-Aravacalarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@40deb465

Cristina Cifuentes fue nombrada casi in extremis a apenas dos meses de las elecciones. Tenía frente a sí una más que previsible pérdida de votos en la Comunidad de Madrid. Ex diputada regional y delegada del Gobierno en Madrid hasta que fue nombrada candidata, Cifuentes ha calcado los pronósticos que auguraba el último barómetro del CIS, obteniendo 48 diputados, lejos de la mayoría absoluta, que está en 65 escaños, pero con la posibilidad de gobernar si logra un aliado. Frente así, una pinza de Damocles que sostiene Ciudadanos y bajo la que están la propia Cifuentes, el PSOE y Podemos.

Con el 99,96 por ciento escrutado, la suma de C’s y PP alcanzaba la mayoría absoluta necesaria por encima de PSOE y Podemos, que necesitarían de un «tripartito» con los de Albert Rivera para poder gobernar. En este sentido, la formación naranja tiene en sus manos cumplir con su algarada electoral y dejar gobernar, aunque sea en minoría, a la lista más votada, que es la de Cifuentes que ha obtenido once diputados más que ex ministro de Educación, Ángel Gabilondo, la apuesta más arriesgada de Pedro Sanchez para las elecciones de ayer.

Pase lo que pase a partir de hoy, lo cierto es que no queda claro si Cifuentes ha frenado o ha acelerado la caída que se auguraba al PP en Madrid, que logró con Aguirre en 2011 un total de 72 escaños, la mejor cifra de su historia–, debido al desgaste del partido en el Gobierno y a los escándalos de corrupción vinculados a ex miembros populares que participaron en la gestión de la Comunidad de Madrid. En los últimos días de campaña, la candidata del PP confíaba en remontar los últimos sondeos y lamentaba no haber tenido más tiempo para presentar su programa electoral, ya que, en caso de haber sido así, estaba convencida de que alcanzaría una mayoría más amplia.

A su favor tiene una excelente relación con Albert Rivera, lo que facilitaría un acuerdo con Ciudadanos para que permita su investidura y evitar así un complicado «menage a trois» entre PSOE, Podemos y C’s, la llamada «mayoría de los perdedores». Pero también tiene buen trato con Ángel Gabilondo, con quien ha llevado una campaña de «fair play» sin enfrentamientos y marcando las distancias con los de Pablo Iglesias, que no se han acercado a ninguna fuerza política de cara a posibles pactos.

Cifuentes logró menor porcentaje de votos que su tándem en el Ayuntamiento, Esperanza Aguirre (32,97% frente al 34,54% de la candidata municipal) pero consiguió una ventaja más holgada que Aguirre frente a la seguda fuerza más votada, lo que le da más posibilidades de gobierno y de liderar al PP en Madrid.

Un diputado marca la diferencia entre un pacto a dos y la necesidad de un tripartito. Los once escaños de diferencia entre la mayoría de Cristina Cifuentes y el segundo más votado, Ángel Gabilondo, obligan a éste a forzar una «mayoría de perdedores» si quiere superar al PP. Con 37 diputados, lo que mejora en uno los obtenidos por Tomás Gómez en 2011, el PSOE no puede alcanzar la presidencia regional sin el apoyo total de Podemos y Ciudadanos. José Manuel López e Ignacio Aguado, han obtenido 27 y 17 escaños respectivamente, por lo que sólo sumando las tres fuerzas se podría alcanzar la mayoría absoluta. La alternativa es hacer una «pinza» entre socialistas y Podemos, o entre el PSOE y Ciudadanos para votar en contra de la investidura de Cifuentes como presidenta regional, lo que llevaría a una situación similar a la existente en el parlamento andaluz.