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«Dimensión gigantesca»

Florentino y Benítez arropan a Ronaldo en la entrega de su cuarta Bota de Oro, el único con tantas, tras las palabras del representante de Bale

Cristiano Ronaldo con su familia y las cuatro Botas de Oro que ha conseguido a lo largo de su carrera
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Florentino y Benítez arropan a Ronaldo en la entrega de su cuarta Bota de Oro, el único con tantas, tras las palabras del representante de Bale

En el último acto de homenaje a Cristiano Ronaldo en el Bernabéu, su hijo se presentó con calcetines blancos y su padre se lo reprochó, en broma, públicamente. Ayer, en el Hotel Palace de Madrid, cuando Cristiano Júnior se acercó al estrado para hacerse fotos con las cuatro Botas de Oro, su padre le miró los calcetines. Eran negros. Todo correcto, le dijo.

Saber vestir no está reñido con ser buen futbolista, pese a las palabras del representante de Bale, en las que menospreciaba al portugués por sus anuncios de moda. Eso había enrarecido un poco la semana del Madrid, como si no fuese suficiente con las lesiones que han sufrido sus futbolistas. Ayer Ronaldo era feliz, luciendo un moreno que brillaba, y sin dejar de sonreír mientras recibía la cuarta Bota de Oro, como máximo goleador europeo. El trofeo se lo entregó Florentino Pérez y al acto asistió Benítez. Los mandos del club, con el futbolista; mientras que, según Libertad Digital, se ha avisado a Bale para que diga a su representante que tenga más cuidado con sus palabras.

Ronaldo cerró la Liga pasada con 48 goles su récord personal, inalcanzable para cualquier otro futbolista en el continente. «Estoy muy contento. Es un momento bonito en mi vida deportiva. Nunca me había planteado ganarla cuatro veces. A lo mejor una o dos sí, pero cuatro nunca. Ser el primero en lograrlo en la historia me hace estar aún más orgulloso». Se le veía radiante en el Hotel Palace, en el centro de Madrid, acompañado de su madre, de su hijo, y del Madrid. «Estamos ante un futbolista único y excepcional. Es el máximo goleador de la historia del club y estamos aquí para celebrar su cuarta Bota de Oro. Es el único que lo ha logrado y su dimensión es gigantesca. Para el madridismo es un honor y un privilegio que sea leyenda indiscutible del fútbol mundial», dijo Florentino en su discurso, antes de entregar la Bota de Oro a Ronaldo. Últimamente el presidente y la estrella del equipo se encuentran mucho en actos para homenajear al futbolista.

De bota en bota va Cristiano Ronaldo, recogiendo los premios a los goles de la temporada pasada. Nunca ha escondido que le gusta pasar a la historia por los trofeos que consigue, pero esta temporada, cada vez que recoge uno, insiste en que tienen que llegar más, colectivos e individuales. «Prometo», dijo el portugués en un vídeo que grabó en los pasillos y que colgó en las redes sociales, «prometo trabajar muy duro para ganar más trofeos colectivos e individuales». Es lo mismo que había dicho antes, cuando recogía la Bota: «Este trofeo es muy importante para mí y tengo que agradecer a mis compañeros y a toda la gente que me ha ayudado. Es un momento especial. No estoy satisfecho, quiero ser más. Quiero la quinta y la sexta, si es posible. Sé que es difícil. Queremos ganar la Liga, la ‘‘Champions’’ y la Copa. Nos vemos, espero, el próximo año».

Su gran temporada no se vio reflejada en los títulos colectivos o al menos no a partir de enero. El Real Madrid ganó la Supercopa de Europa y el Mundialito y después, tanto el portugués como el resto del equipo sufrieron de una melancolía incurable, un bajón del que no pudieron rehacerse. Para evitar otro año así, llegó Rafa Benítez. «Este año va a ser muy bueno para nosotros tanto a nivel colectivo como individual. Estamos trabajando bien y aún creciendo. Estoy convencido de que va a ser un buen año», dijo Ronaldo, ayer rebosante de optimismo. Según los datos que maneja el entrenador blanco, pocas veces el portugués se ha encontrado en un estado de forma como el actual. En febrero cumple 31 años y, cada vez que suma más de dos encuentros sin marcar, se sospecha acerca de su ocaso. Pero no dicen eso los datos ni su optimismo.