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Micrófono oculto en el despacho del ministro o teléfono «zombie»

La agenda del titular de Interior será clave para saber quién grabó.

El director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, durante la entrevista que ha mantenido con Efe.
El director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, durante la entrevista que ha mantenido con Efe.larazon

La agenda del titular de Interior será clave para saber quién grabó.

El Director de Apoyo Operativo (DAO), Eugenio Pino, ordenó ayer a la Comisaría General de Policía Judicial (CGPJ) una investigación sobre cómo pudo producirse la grabación, en 2014, en el despacho oficial del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, de la conversación que mantuvo con el director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso.

En la citada Comisaría, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación, se ha designado un equipo, «formado por los mejores agentes con los que cuenta la unidad», para que, con carácter inmediato, establezca las líneas de actuación. Se subraya que se trata de hechos que ocurrieron hace dos años, lo que va a dificultar las pesquisas.

Otras fuentes policiales, una vez escuchada la grabación, trabajan con dos hipótesis sobre la forma en que se realizó: la primera es que alguien hubiera logrado introducir en el despacho oficial un micrófono, que debía estar oculto en algún lugar no muy lejos de donde se sentaron ambas personas. Existen en el mercado artilugios de unas dimensiones muy pequeñas, que permiten grabaciones de una alta calidad, como la que fue difundida por un medio digital.

La otra es que se hubiera instalado en el teléfono del director la OAC un programa «zombie», que consiste en, mediante un mensaje o llamada perdida, convertir el teléfono en una grabadora que, a su vez, emite lo que ha recogido a través de las ondas hasta otro terminal que archiva todas las conversaciones que se puedan producir, aún cuando se agote la batería. Parece un asunto muy complicado pero lo cierto es que este tipo de programas, tipo Cleaner, están disponibles en internet. Expertos en la materia mantienen que los teléfonos, por más seguros que parezcan, presentan «vulnerabilidades críticas que permiten el control total, tanto de forma local como remota, de todas las funciones». Daniel de Alfonso, que ha desmentido rotundamente que fuera el que grabara la conversación, ha admitido esta última posibilidad.

En cualquier caso, según las citadas fuentes, un dato vital para poder desentrañar este complicado asunto es saber si la entrevista con el director de la OAC estaba prevista con mucho tiempo en la agenda del ministro del Interior y quiénes tenían conocimiento de su celebración. Si fue convocada sobre la marcha, el número de personas se reduce de forma drástica.

Ni las fuentes de la investigación ni las policiales se han querido pronunciar sobre el autor o autores de la grabación que, queda claro, la conservaron para que fuera difundida en el «momento oportuno».

Algunos medios, en cualquier caso, creen que este asunto es un capítulo más, con evidentes intenciones electoralistas, de la «guerra policial» que se vive en los últimos meses en el Cuerpo Nacional de Policía y cuyos principales protagonistas son los comisarios José Manuel Villarejo y Marcelino Martín-Blas.

Se cree que existen más grabaciones por lo que esta primera sería algo así como un mensaje amenazador de alguien que, por las circunstancias que sean, cree encontrarse en una situación de dificultad y de falta de apoyo de quienes piensa que debían respaldarle en estos momentos.

Aun así, reconocen que no deja de ser una especulación y que habrá que esperar al final de las investigaciones, si es que se llega a algo consistente, para saber qué fue lo que realmente ocurrió y quién o quiénes han sido los autores de lo que, a todas luces, es una grabación ilegal.

Asimismo, pusieron de relieve la irresponsabilidad de quien, por indudables fines personales, electoralistas y políticos, ha difundido la grabación, uno de cuyos interlocutores es el ministro del Interior, departamento directamente implicado en la guerra contra el terrorismo yihadista. La falta de seguridad interna que supone la difusión de la conversación habrá sorprendido a los responsables de Interior occidentales que conceden una extraordinaria importancia a que toda la información sobre este problema se mantenga dentro del más absoluto secreto.