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Un camión de butano secuestrado y a la fuga sobresalta Barcelona

Un sueco de 32 años circula a la huida desde Drassanes a la Ronda Litoral y la Policía lo detiene tras siete disparos

El camión circulaba en dirección contraria por la Ronda Litoral de Barcelona
El camión circulaba en dirección contraria por la Ronda Litoral de Barcelonalarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@7594fd9f

Un sueco de 32 años circula a la huida desde Drassanes a la Ronda Litoral y la Policía lo detiene tras siete disparos.

El impactante suceso duró unos diez minutos y se alargó durante casi tres kilómetros. Joakim Robin Berggren, un joven sueco de 32 años con antecedentes psiquiátricos, robó ayer por la mañana un camión de bombonas de butano e inició una conducción temeraria desde la calle Vila i Vilà, en la zona del Paralelo, hasta la salida 22 de la ronda Litoral, que tomó contra dirección. Condujo de forma temeraria perdiendo durante el trayecto unas 90 bombonas y causando un total de tres heridos leves. Siete disparos efectuados entre los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana –seis los primeros y uno los segundos– consiguieron neutralizar al ladrón del camión, que acabó detenido y con el vehículo estampado contra un muro.

Teniendo en cuenta antecedentes como los de Niza y Jerusalén, con atentados mortales cometidos con camiones, se sembró el pánico en el recorrido del vehículo. Sin embargo, el comisario de los Mossos Joan Carles Molinero; el intendente de la Guardia Urbana Evelio Vázquez; y el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, desvincularon del todo el suceso del terrorismo, pese a la similitud del tipo de vehículo utilizado.

Conducción obsesiva

El detenido recorrió un buen tramo de Barcelona, conduciendo de forma «obsesiva», según los cuerpos policiales, aunque sin la intención de atropellar a los transeúntes. Este hecho, su falta de antecedentes policiales y sus aparentes problemas mentales, parecen descartar la hipótesis del terrorismo.

Berggren lleva pocos días en Barcelona, no tiene domicilio fijo y ayer aún se desconocía el móvil del suceso, aunque todo apunto a un trastorno mental agravado por drogas. Después de ser detenido, el joven pasó al Hospital del Mar, donde fue sometido a una evaluación, y de ahí pasó a un centro médico, donde pasó la noche. No había consumo de alcohol, pero posiblemente sí de drogas, según informaron fuentes de la investigación. Una vez descartado el móvil terrorista, todo apunta a un desequilibrio.

Molinero detalló que el hombre «conducía obsesivamente hacia adelante», sin voluntad de atropellar a nadie, pese a que las bombonas de butano iban cayendo una detrás de otra, hasta 90. El problema es que impactaron contra algunos de los coches y transeúntes. El detenido avanzó impetuosamente, sin hacer caso a los agentes, que no tuvieron más remedio que efectuar disparos para reducirlo. Condujo «sin evitar los vehículos que le venían de cara, sin ninguna acción evasiva», según aseguraron los cuerpos policiales en rueda de Prensa, pero tuvo diversos impactos laterales con varios coches con los que se topó de frente. Hubo hasta ocho vehículos dañados, informó la Guardia Urbana.

Todo comenzó sobre las 10.30 horas. El detenido robó el camión, que tenía las llaves puestas, en el barrio del Poble Sec, y empezó a conducir a toda velocidad por el Paralelo, donde empezó a perder parte de la carga. En la plaza Carbonera, los Mossos le dieron el primer alto para que parara el camión, pero el caso fue omiso.

Siguió perdiendo bombonas mientras de dirigía al Moll de la Fusta. En la plaza Pau Vila fue cuando el arrestado recibió los primeros disparos por parte de los Mossos y de la Guardia Urbana.

Al verse perseguido por la Policía, empezó a circular contra dirección hasta llegar a la calle Doctor Aiguadé, donde se intentó incorporar a la ronda litoral por la salida 22, momento en el que chocó contra tres vehículos. Estas colisiones, junto a los disparos de los agentes, que fueron dirigidos hacia el capó, una rueda y la visera del camión, provocaron que el conductor perdiera el control del vehículo, que finalmente quedó empotrado en el muro lateral de la rampa de salida 22 de la ronda Litoral.

Para arrestar al conductor, que opuso resistencia, fue necesaria la intervención de tres agentes. Falta por ver ahora el destino definitivo del detenido, teniendo en cuenta sus antecedentes psiquiátricos.

Respecto a las personas heridas, que son de carácter leve, una es un agente de la Guardia Urbana, y los otros dos son peatones que recibieron el impacto de las bombonas. Ningún caso es grave.

Se quedó en un gran susto pero es una muestra de hasta qué punto el Estado Islámico, con las matanzas que ha perpetrado en Europa, ha logrado introducir el miedo en nuestra sociedad. Era un ciudadano sueco con trastornos psíquicos pero podía haber sido un terrorista. El escenario recordaba a lo ocurrido en Niza y Berlín, cuando militantes (actores solitarios) del Estado Islámico se hicieron con camiones de gran tonelaje y causaron auténticas masacres. La amenaza de un atentado de este tipo sigue vigente ya que los cabecillas de la banda yihadista publicaron las instrucciones a seguir en su «boletín oficial», el «Rumiyah” («Roma» en árabe por aquello de conquistar Roma y destruir el Vaticano).

El suceso comenzó alrededor de las 11 de la mañana, en el barrio de Poble Sec, cuando el ciudadano sueco, al que no le constan antecedentes penales ni relaciones con el terrorismo yihadista, robó un camión cargado de bombonas de butano y comenzó a conducir de forma «compulsiva», según informaron los Mossos d’ Esquadra, cuyos agentes junto con los de la Policía Municipal, lograron controlar lo que, en cualquier caso, era un peligro para la ciudadanía.

El comisario de la Policía Autonómica informó de que, tras el robo del vehículo, el individuo condujo de forma temeraria a lo largo de unos tres kilómetros durante unos diez minutos, sin esquivar a los vehículos que le venían de frente, con el consiguiente peligro para los policías que le seguían. Además, no hacía nada para apartarse cuando se le cruzaban transeúntes aunque en ningún momento intentó atropellar a nadie. En su recorrido, parte del cual hizo por dirección prohibida, perdió casi un centenar de bombonas, una de las cuales impactó en una mujer, que sufrió contusiones en una pierna. Al final, los agentes tuvieron que realizar una serie de disparos y lograron reducir al conductor, que opuso resistencia.

El conductor, natural de la región sueca de Götaland y que llevaba pocas horas o días en Barcelona, ha sido trasladado tras su arresto a un centro médico y posteriormente a un psiquiátrico, donde permanece ingresado para evaluar su estado mental, según han informado a Efe fuentes cercanas al caso.

El hombre, detenido después de que agentes de los Mossos y de la Urbana que lo perseguían hayan hecho siete disparos al camión que conducía, ha circulado de forma temeraria sin esquivar a los vehículos que le venían de frente y poniendo en peligro a los policías que le seguían, según Molinero.

El comisario de los Mossos ha destacado que el detenido “conducía obsesivamente”, sin voluntad de apartarse cuando se le cruzaban transeúntes, aunque en ningún momento de su recorrido se ha dirigido intencionadamente a ellos con el propósito de arrollarlos o de causar “un gran daño”.

A la espera de los resultados de las pruebas de alcohol y drogas al detenido, los Mossos han desechado la hipótesis de que esté relacionado con el terrorismo, ya que según Molinero no encaja con “ese perfil”, ni se han hallado indicios que así lo apunten.

El detenido, que carece de antecedentes en España y no llevaba armas consigo, no cuenta con domicilio fijo en el país, y la policía catalana trabaja con la hipótesis de que llegó a Barcelona hace unos días o incluso unas horas, con un pasaporte legal.

En su recorrido a toda velocidad cuando huía de la policía, el detenido ha perdido unas 90 bombonas de butano que llevaba el camión, que tenía las barreras de seguridad de la carga bajadas después de que lo había robado cuando su responsable estaba repartiendo y había dejado las llaves puestas.

Una mujer y un hombre han resultado heridos leves al recibir el impacto de una de las bombonas desprendidas, mientras que un agente de la Guardia Urbana también ha resultado lesionado leve cuando ha tenido que saltar para evitar que le embistiera el camión.

El hombre ha robado hacia las 10.30 horas el camión en el barrio barcelonés del Poble Sec,

Ha conducido a toda velocidad perdiendo parte de la carta en el trayecto, hasta que en la plaza Carbonera los Mossos d’Esquadra le han dado el primer alto para que se detuviera, a lo que el detenido ha hecho caso omiso.

Tras circular por la rotonda de la plaza Carbonera, donde el camión ha seguido perdiendo bombonas de butano, el conductor se ha dirigido a una vía de servicio situada en el Moll de la Fusta, uno de los epicentros de las visitas turísticas a Barcelona por su proximidad a las Ramblas y al Barrio Gótico de la ciudad.

En la plaza Pau Vila, el camión que conducía el detenido ha recibido los primeros disparos por parte de la Guardia Urbana y de agentes del cuerpo de servicios especiales ARRO de los Mossos d’Esquadra.

Al verse perseguido por la policía, el conductor ha empezado a circular contradirección hasta llegar a la calle doctor Aiguadé, donde se ha intentado incorporar a la ronda Litoral por la salida 22, momento en que ha chocado con tres vehículos que pretendían abandonar la vía rápida.

La colisión con esos tres vehículos, unida a los disparos que los Mossos d’Esquadra han dirigido al capó y a la visera del camión, ha provocado que el conductor perdiera el control del tráiler, lo que ha facilitado su detención.

Para arrestar al conductor, que ha opuesto resistencia, ha sido necesaria la intervención de tres policías.

Al parecer, el conductor, que aún no ha podido ser iÎterrogado por la policía, no ha emprendido la marcha contradirección de forma intencionada, sino que lo ha hecho para esquivar a las patrullas policiales que le iban a la zaga.