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El EI controla más de la mitad de Siria tras tomar Palmira

El EI controla más de la mitad de Siria tras tomar Palmira
El EI controla más de la mitad de Siria tras tomar Palmiralarazon

El grupo terrorista Estado Islámico (EI) controla ya más del 50 % del territorio sirio, después de hacerse con la mayor parte del desierto central del país, donde se ubica la ciudad monumental de Palmira, tomada ayer por los yihadistas, informaron hoy activistas.

El grupo terrorista Estado Islámico (EI) controla ya más del 50 % del territorio sirio, después de hacerse con la mayor parte del desierto central del país, donde se ubica la ciudad monumental de Palmira, tomada ayer por los yihadistas, informaron hoy activistas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos precisó que los radicales dominan 95.000 kilómetros cuadrados de Siria y está presente en nueve provincias.

La joya arqueológica de Palmira vuelve a estar amenazada por los yihadistas. No hace más de cuatro días que el Ejército sirio repelió un ataque del Estado Islámico en el norte de la ciudad y de nuevo los combatientes extremistas han ocupado esa área poniendo en peligro esta antigua ciudad de 2000 años de historia. Los yihadistas entraron en la urbe tras combates contra las fuerzas del régimen en los barrios del norte. En los enfrentamientos, ambos bandos se intercambian fuego de artillería. Según indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), «combatientes del EI conquistaron la totalidad del norte de Palmira y los soldados del régimen huyeron de esta parte, que representa un tercio de la ciudad». El avance de los yihadistas tuvo lugar después de que tomaran el control de la sede de los servicios de seguridad del Estado y de un retén militar, lo que obligó a los soldados del régimen a retirarse. Ahora las fuerzas de Bachar al Asad se han concentrado en el oeste de la ciudad, cerca del sitio arqueológico histórico.

La televisión estatal, citando una fuente militar, dijo que las Fuerzas Armadas habían enfrentado «al grupo terrorista» cuando éste intentó ingresar en un vecindario en el norte de la urbe. Simpatizantes del EI publicaron en las redes sociales fotografías que mostraban a hombres armados en lo que describían como las calles de Palmira, a unos 240 kilómetros al noreste de Damasco.

Para preservar las antigüedades, funcionarios del Gobierno han estado sacando artefactos del museo cerca de estas ruinas romanas, declaradas Patrimonio de la Humanidad. El jefe de Antigüedades de Siria, Maamoun Abdulkarim, confirmó a Reuters que se trasladaron cientos de estatuas desde Palmira a lugares seguros para evitar su destrucción. «Cientos y cientos de estatuas que nos preocupaba que fueran destruidas y vendidas están ahora en lugares seguros. El temor es por el museo y los grandes monumentos que no se pueden trasladar», advirtió Abdulkarim. «Ésta es una batalla del mundo entero», expresó el jefe de Antigüedades antes de matizar que los combatientes islamistas se están moviendo más lejos, en el norte de la ciudad moderna, y «aún no han llegado al sitio arqueológico».

La pérdida de Palmira sería una atrocidad cultural más grande que la destrucción de los Budas de Bamiyán, destruidos en 2001 por los talibanes. Pero para sus 50.000 habitantes su mayor preocupación no es que los yihadistas saqueen el sitio arqueológico, sino que la ciudad quede bajo el control del Estado Islámico. El miedo a las represalias de los extremistas ha llevado a decenas de miles de personas a huir a los alrededor de Palmira o otras localidades vecinas más seguras.

Desde luego, el interés del EI por Palmira no es ni muy lejos la antigua ciudad arqueológica. Tan siquiera el botín de guerra que podrían conseguir con el lucrativo negocio de la venta ilegal de artefactos. La conquista de Palmira tiene un interés estratégico. El vasto desierto que rodea a esta joya arqueológica limita con la provincia iraquí de Al Anbar. Con la victoria sobre Ramadi el fin de semana, los yihadistas han demostrado que pueden avanzar en varios frentes simultáneamente. Su objetivo ahora es quedarse con la «novia del desierto», ya que con el control de Palmira habrían creado un corredor libre entre Siria e Irak.

Ubicada en un oasis, Palmira fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.

Antes del inicio de la contienda en el país, en marzo de 2011, sus ruinas eran una de las principales atracciones turísticas del país árabe y de la región.

La directora general de la Unesco, Irina Bokova, pidió hoy "un alto el fuego inmediato"en este lugar.

"Estoy muy preocupada por la situación de Palmira. Los combates amenazan a uno de los lugares más significativos de Medio Oriente y la población civil que se encuentra allí", indico Bokova en un comunicado.