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La emotiva despedida de los aficionados del Calderón bajo la lluvia

A pesar de la derrota frente al Madrid y de caer eliminados, los hinchas colchoneros no abandonaron la grada y siguieron animando al atlético

Los jugadores del Atlético de Madrid aplauden a su afición tras el partido de vuelta de semifinales de la Liga de Campeones que Atlético de Madrid y Real Madrid jugaron hoy en el estadio Vicente Calderón, en Madrid
Los jugadores del Atlético de Madrid aplauden a su afición tras el partido de vuelta de semifinales de la Liga de Campeones que Atlético de Madrid y Real Madrid jugaron hoy en el estadio Vicente Calderón, en Madridlarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@40deb465

A pesar de la derrota frente al Madrid y de caer eliminados, los hinchas colchoneros no abandonaron la grada y siguieron animando al atlético

El Atlético intentó una remontada épica en el que fue el último partido de Champions en el Calderón, y durante los primeros 20 minutos, con un resultado favorable de dos goles a cero parecía posible soñar con Cardiff. Todo ello contra el mejor rival con el que se podía soñar; El Real Madrid.

Todo se vino abajo tras el gol de Isco con un pase magistral de Benzema. O casi todo. Los aficionados rojiblancos sacaron pecho ante la adversidad y siguieron alentando a sus jugadores a pesar de que su pase a la final fuera más un sueño que una difícil remontada.

Y llegó la segunda parte. Las ocasiones se sucedían bajo los palos de Navas y o bien por acierto del meta, o porque el destino quiso que fuera el conjunto de final el finalista, el resultado no se movió. Algo que no importó a los aficionados, pues no dejaron de cantar tras el pitido final del árbitro.

Por un momento parecía que el equipo del Manzanares era el finalista, pues como si de una victoria se tratara, nadie se movió de su asiento y siguieron coreando al equipo bajo una fortísima lluvia que tampoco pareció importunarles, pues quizá fueran las lágrimas de Neptuno lo que caía sobre sus cabezas, pensando que no volverá a ver otro derbi ni otro partido europeo en la Ribera del Manzanares.

Lo que nadie duda, independientemente de los colores que se defiendan, es que fue una noche en la que brilló el fútbol en estado puro, desde los que estaban en el césped -vistiendo a rayas o de negro- hasta los que estuvieron en la grada.