Madrid

10,5 millones, primera factura del BiciMAD municipal

La EMT «compra» el servicio de alquiler de bicicletas, que soporta pérdidas mensuales de 300.000 euros, y asume toda la plantilla

Bicicletas pertenecientes a BiciMAD
Bicicletas pertenecientes a BiciMADlarazon

La EMT «compra» el servicio de alquiler de bicicletas, que soporta pérdidas mensuales de 300.000 euros, y asume toda la plantilla

Era un paso necesario para europeizarse, un requisito indispensable para una capital contemporánea, un reclamo lógico de una ciudadanía que se quiere respetuosa con el medio ambiente y sostenible: Madrid pedía a gritos un servicio de alquiler público de bicicletas. Y como ocurre siempre que algo se espera con demasiado ahínco, el primer día de funcionamiento de BiciMAD fue un desastre, sí, pero más allá del colapso del sistema informático de la prestación, aquel 23 de junio de 2014 los madrileños demostraron con su buena acogida al alquiler de bicis que, efectivamente, era un paso necesario.

Sin embargo, pronto se constató que la buena voluntad de algunos no era suficiente para alcanzar la rentabilidad económica que Bonopark nunca consiguió con esta adjudicación. Tanto es así, que antes de cumplir BiciMAD el año y medio de vida, la empresa se declaró al borde de la quiebra con pérdidas de nada más y nada menos que 300.000 euros al mes. Detrás de estas cifras se escondían –y desgraciadamente se siguen escondiendo– cientos de actos vandálicos que, a diario, hacen del alquiler público de bicicletas un negocio ruinoso y, lo peor, un servicio deficiente para los ciudadanos. Un año después, el Ayuntamiento ha optado por la municipalización de BiciMAD o, como diría la portavoz del Gobierno municipal Rita Maestre, por su «desprivatización».

La pregunta ahora es, ¿cuánto le costará esto a Madrid? Para empezar, el acuerdo alcanzado entre Bonopark y la Empresa Municipal de Transportes (EMT) le supondrá al Ayuntamiento un gasto de más de diez millones de euros que habrá de pagar a la adjudicataria en concepto de indemnización por rescindir el contrato antes de tiempo –concretamente, con nueve años de antelación–. En segundo lugar, Madrid asume desde ya el importe del contrato que «sigue vigente con el mismo importe» y, además, los sueldos de la plantilla de trabajadores, pues «el personal de BiciMAD pasa a ser personal de EMT en las mismas condiciones actuales» –así lo explican fuentes del consistorio–. Y por si fuera poco, debemos tener presente la inversión que exige la situación actual de BiciMAD para paliar las pérdidas económicas, es decir, el coste de las posibles mejoras en términos de seguridad para acabar con los robos de bicicletas y demás frutos del vandalismo.

En este sentido, el gerente de la EMT, Álvaro Fernández Heredia, presentó ayer en rueda de prensa «28 mejoras al sistema» que se pretenden materializar próximamente con el objetivo de reducir al del 20% al 4% el número de incidencias que se registran actualmente. Así, se habló de la incorporación de GPS en las bicicletas y de cámaras de vigilancia en los tótems. No obstante, salta la duda: ¿cuándo estará en marcha el nuevo BiciMAD, el municipal?; y lo más importante, ¿cuándo empezarán a dar sus frutos las mejoras? Porque, hasta entonces, lo que parece evidente es que un cambio en la titularidad del contrato no va a hacer del servicio un negocio rentable. Esto quiere decir que, por mucho que Bonopak asuma «las pérdidas acumuladas» –tal y como advierten desde el consistorio–, en el mejor de los casos, BiciMAD seguirá dando las mismas pérdidas –al menos los primeros meses–: 300.000 euros al mes, o sea, más de tres millones y medio al año.

Eso sí, según afirmó ayer la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, los madrileños no serán en ningún caso los que se vean afectados por este cambio –y estamos hablando de muchos usuarios, ya que son más de 10.000 usos diarios los que se registran actualmente y más de 60.000 los abonados anuales–, pues, según sus propias palabras, «se van a mantener los precios porque esto no se plantea como un negocio».