La lucha por ser segunda fuerza y único líder

Ya no hay tiempo para más. El PSOE cerró ayer su campaña electoral en la Comunidad de Madrid recurriendo a la misma fórmula con la que la inició: sobre el escenario el secretario general, Pedro Sánchez, apoyando a los candidatos Ángel Gabilondo y Antonio Miguel Carmona. Acaban unas semanas «cruciales» para los socialistas en las que han intentado movilizar hasta el final para transmitir al electorado que son «la única alternativa real de izquierdas» a la derecha que gobierna. La localización del mitin de cierre no era baladí, Madrid es uno de los feudos en los que los socialistas medirán su triunfo o fracaso en estos comicios, después de que Sánchez diera un golpe de mano en el PSM e hiciera una apuesta política y personal por Gabilondo como candidato.

El PSOE considera que la «campaña ha funcionado bien» y, a pesar de no contar con datos propios –pues el partido no realiza «tracking» electoral por su elevado coste–, afrontan el 24-M con buenas perspectivas. Durante estos quince días de movilización, fuentes socialistas reconocen a LA RAZÓN que se ha producido «una evolución positiva del PSOE, por un retroceso del PP», lo que les permite aspirar a ser la fuerza más votada en número de votos en «muchos municipios». En el equipo cercano al secretario general existe «satisfacción» por una campaña en la que la movilización ha sido la prioridad y en la que el partido «ha capitalizado el aire de cambio y esperanza» que demanda la sociedad. Asimismo, reconocen «dentro de la prudencia» –ya que las encuestas tienen un amplio margen de error– que obtendrán un mejor resultado a nivel municipal que autonómico. Esta tendencia «en positivo» que encadena el PSOE y que les permite «aspirar a todo» se apoya en un «crecimiento sostenido del partido en los últimos dos meses».

Este «optimismo prudente» de los socialistas se contextualiza en el nuevo escenario político de estos comicios. El PSOE celebra que Podemos acuse el desgaste pero se encuentra a la expectativa de lo que le ocurra a Ciudadanos, a quienes identifican como un partido de derechas. Las alusiones a ambos partidos no han marcado la campaña, pues los socialistas entiende que hay que identificarlos y tratarlos como lo que son: partidos pequeños, a los que no cabe darles mayor importancia. «Son formaciones que pueden participar del cambio pero que no pueden gobernarlo», reconoce Pedro Sánchez. El PSOE asume que su fuga real de votantes es Podemos pero no son capaces de identificar cuánto de ese voto recae ahora en la formación de Albert Rivera.

En el último acto de campaña, el secretario general de los socialistas apeló al voto útil para el PSOE, al que definió como un «partido renovado, comprometido y limpio». En este sentido, Sánchez animó a los asistentes a ponerse «en pie» por la defensa de los trabajadores, por un empleo digno o por las oportunidades de jóvenes y mayores de 45 años. En esta arenga a los votantes, el líder del PSOE pidió «unidad» a aquellos que no les han votado nunca o que sí lo hicieron pero están desengañados. «No es momento de dividirnos, ni de diluir fuerzas sino de unirlas votando al PSOE para ganar al PP», destacó.

La nota de color al mitin la pusieron un grupo de indignados protestando por el Toro de la Vega. Al inicio de la intervención del candidato a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, comenzaron a proferir gritos y a esgrimir pancartas, un «ruido» que los asistentes intentaron paliar coreando consignas como «¡alcalde, alcalde!» o incluso lanzando algún banderín del PSOE a los manifestantes.

Una vez finalizada la campaña y después de más de 25.000 kilómetros y un mes recorriendo España, Sánchez aprovechará hoy la jornada de reflexión para disfrutar del entorno familiar del que se ha visto apartado. Por la mañana temprano se enfundará las zapatilla deportivas para salir a correr y por la tarde disfrutará de una película con sus hijas. También aprovechará también para ver algún partido de la NBA.