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Iglesias: del «asalto a la Moncloa» a frenar la caída

El exdirigente de Podemos, Juan Carlos Monedero, junto al secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón durante el mitin de cierre de campaña
El exdirigente de Podemos, Juan Carlos Monedero, junto al secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón durante el mitin de cierre de campañalarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

Podemos nació para ser la alternativa de gobierno al PP. La convocatoria de las andaluzas y las municipales junto a las autonómicas truncó esa carrera hacIa La Moncloa que Pablo Iglesias se marcó después de las europeas. Podemos tuvo que pasar de las palabras a los programas y surgieron en el seno de la nueva formación las primeras divergencias, que llevaron a Juan Carlos Monedero a abandonar. Las altas expectativas electorales que marcaban los sondeos se truncaron en Andalucía y hoy las encuestas dibujan un buen panorama para la formación morada pero muy lejos de ser la soñada alternativa. Las candidaturas de unidad popular que preconizó Iglesias apenas han cuajado. Excepto Madrid, Barcelona y un puñado de ciudades más, la unidad popular se ha quedado en entelequia. En la mayoría de municipios se presenta por separado de Izquierda Unida. Además, su marca electoral ha tomado diferentes formas. Podemos son los Pokémon de la política española. Según el lugar, toma una imagen y desarrolla candidaturas con alianzas variopintas. En el ámbito autonómico, Podemos no lidera ninguna coalición unitaria de la izquierda situada a la izquierda del PSOE. Ni una, por la resistencia de Izquierda Unida que sólo ha entregado armas y bagajes en Barcelona.

Podemos inició con fuerza la campaña erigiéndose en la alternativa al PP . El PSOE era el adversario ninguneado y Ciudadanos ni tan siquiera existía. A medida que han pasado los días el discurso viraba sustancialmente hasta requerir al PSOE como compañero de viaje para conseguir su ansiado desalojo del PP de las instituciones, mientras arremetía con dureza contra Rivera.

Con sondeos en la mano, Podemos tiene buenas expectativas en Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón y Asturias, junto a la ciudad de Barcelona. Sin embargo, no parece que en ninguno de estos lugares tenga posibilidades de llegar primero a la meta aunque puede influir decisivamente en los gobiernos regionales. Tampoco parece que pueda desbancar al PSOE como segunda fuerza en la mayoría de comunidades aunque sí puede marcar un sorpasso en algunas ciudades.

Por tanto, el primer objetivo de la formación de convertirse en la gran alternativa al PP y de relegar a los socialistas queda a una cierta distancia. Además, Podemos no se presenta en la gran mayoría de municipios, sobre todo, porque desde la dirección del partido se ha intentado evitar una proliferación de candidaturas incontrolables, y esto le va a restar prestancia a sus resultados. Además, en la estrategia que diseñó Pablo Iglesias, las municipales y autonómicas son un inconveniente. Y si se consigue la victoria, este inconveniente puede crecer exponencialmente porque la entrada de Podemos en algún gobierno siempre significará desgaste en la carrera que tiene su meta final en las generales de finales de año. Quizás la retirada de Iglesias en la campaña pueda tener relación con esta situación. Pokémon ha decidido mantenerse en un segundo plano golpeando en algunas localidades pero guardando fuerzas hasta el golpe final: La Moncloa.