Videos

Los barones vetarán a Sánchez la «vía 170» con los independentistas

Destacan que no se puede buscar una alternativa de Gobierno con los independentistas. El secretario general del PSOE lanza un mensaje a los críticos y asegura que sólo «rinde cuentas a sus votantes»

Los presidentes de Aragón, Javiér Lambán, y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page
Los presidentes de Aragón, Javiér Lambán, y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Pagelarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@69f48aa5

Los presidentes de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y Aragón, Javier Lambán, se han posicionado este viernes en contra de que el PSOE fije su próximo congreso en diciembre -con unas primarias el 23 de octubre-.

El Comité Federal del 28 de diciembre delimitó las negociaciones postelectorales del PSOE con dos líneas rojas: «Votar en contra de Rajoy y del PP» y no entablar conversaciones con quienes no renuncien de manera previa a la defensa de «la autodeterminación, el separatismo y las consultas». Si bien Pedro Sánchez aboga por un escrupuloso cumplimiento del primer postulado, su diligencia flaquea si en sus aspiraciones internas y de gobierno se interpone el segundo. La información adelantada ayer por este diario en la que se apuntaba que el secretario general de los socialistas explora una vía alternativa a la de las «fuerzas del cambio» que –ante el taxativo «no» de Ciudadanos– pasaría por apoyarse en formaciones soberanistas, provocó una cascada de reacciones en el seno del partido, donde la defensa de la unidad de España está profundamente enraizada.

Fueron los presidentes de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y Aragón, Javier Lambán, quienes alzaron la voz para cegar la «vía 170». Una entente que –explotando el sentimiento «anti-Rajoy»– permitiría a los socialistas, junto con Podemos, PNV, Convergència y Coalición Canaria, igualar los apoyos que obtuvo el candidato popular en su investidura fallida, imponiéndose en un voto al bloque del «no» de PP y Ciudadanos (169 escaños). Desde estos territorios se sostiene que es «preceptivo» cumplir el veto a los separatistas que se estipuló en diciembre «hasta las últimas consecuencias», porque «tan íntegro y coherente como el ‘‘no’’ a Rajoy es el ‘‘no’’ a los independentistas». De esta forma los barones socialistas rechazaban en público la tentativa de Sánchez de articular un «gobierno alternativo» a través de los secesionistas y también la abstención al PP, que algunos sí defienden en privado, «para que no nos metan en ningún lote».

En esta línea, el presidente castellanomanchego abogó por no restablecer el diálogo con Cataluña a través de una relación de «dependencia» y en un claro mensaje a su secretario general defendió que «la estabilidad de un país no puede depender de quién quiere romperlo». Esto es, ni apoyo tácito ni expreso, ni siquiera cabe la abstención, porque «no nos podemos plantear un pacto ni en A ni en B». Ante estas voces, la dirección del PSOE se vio obligada a garantizar que no «pactará» con los soberanistas, aunque sin concretar si estaría dispuesta a aceptar el apoyo de estos partidos sin contrapartidas, como adelantó este diario.

En una etapa de convulsión interna sin precedentes, en la que las decisiones de la dirección se adelantan a golpe de portada, porque la comunicación con los territorios está totalmente desactivada, una alianza con las fuerzas soberanistas se considera en estas federaciones «la gota que colmaría el vaso». Tanto es así que fuentes territoriales consultadas por LA RAZÓN advierten de que si se llegase a materializar semejante alianza se «desataría la guerra». Una «guerra» tantas veces pospuesta, porque los críticos temen acabe fortaleciendo a Sánchez frente a la militancia, quien –en última instancia– debe dirimir el futuro liderazgo del partido en el 39º Congreso. La amenaza de un posible adelanto del mismo a la medida de Sánchez, lanzada desde la dirección a través de los medios de comunicación –que adquiere más visos de farol que de estrategia real–, también tuvo contestación por parte de las federaciones, que no ahorraron en calificativos. «Atropello», «absurdo», «incoherente» o «incomprensible» fueron algunos de los que le dedicaron a la posibilidad de que las cuitas internas de los socialistas y «el sillón de Ferraz» se interpongan y antepongan a los intereses de los españoles y a los tiempos institucionales.

Desde los territorios se recurrió con acierto a reproducir el compromiso y las palabras del propio Sánchez que, cuando la convocatoria del congreso le era adversa, no dudó en posponerlo bajo el argumento de: «Primero España y luego el PSOE». «Yo confío plenamente en la coherencia, la palabra y el acuerdo dado por el partido», remachó el castellanomanchego con intención. De la misma manera, Lambán advirtió de que sería una «arbitrariedad» y una «irresponsabilidad» por parte de Sánchez «desdecirse de sus propias palabras y decisiones», y se mostró convencido de que al secretario general «en ningún caso se le va a pasar por la cabeza convocar un congreso antes de que se resuelva la gobernanza de este país».

Esta exhibición sin tapujos de la cuestión interna por parte de la dirección federal en plena campaña electoral –que sin duda se hubiera utilizado por Idoia Mendia (PSE-EE) y Xoaquin Fernández Leiceaga (PSdeG) como recriminación, ante unos malos resultados electorales, si hubiera venido de mano de los críticos– se ha vuelto en contra del propio líder socialista. Ayer Lambán no dudó en tildar de «desafortunado» el debate, abierto a escasos tres días de la celebración de los comicios en Galicia y el País Vasco. «Esto a las opciones de los socialistas gallegos y vascos no les favorece en absoluto», sentenció con certero diagnóstico.

Ferraz reconoce «maniobras» para sobrevivir políticamente

La pugna por el liderazgo del PSOE trasciende en cada movimiento interno de los últimos meses; sin embargo, estas «maniobras» siempre se han vestido como una estrategia para salvaguardar los intereses del PSOE y de España, y se renegaba de que atendieran a una campaña para garantizar la supervivencia política de Pedro Sánchez al frente del partido. Eso cambió ayer, cuando el experto económico de Ferraz, Jordi Sevilla, reconocía a través de su cuenta de Twitter que las últimas jugadas de la dirección, como filtrar la convocatoria del Comité Federal y que valoran consultar a la militancia o adelantar el congreso, corresponden a una «maniobra» para «evitar» que otros sectores, ya sean del PP o del PSOE, se «carguen» a Sánchez.