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El Madrid aguanta el empuje atlético

Saúl y Griezmann, de penalti, adelantaron a los rojiblancos y el Calderón soñó con la remontada. Una genialidad de Benzema permitió a Isco marcar al filo del descanso en un partido intenso.

El centrocampista del Real Madrid Isco Alarcón celebra su gol, primero del equipo frente al Atlético de Madrid.
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Saúl y Griezmann, de penalti, adelantaron a los rojiblancos y el Calderón soñó con la remontada. Una genialidad de Benzema permitió a Isco marcar al filo del descanso en un partido intenso.

Ganó el Atlético y pasó el Madrid, que estará en la final de Cardiff por merecimiento, porque ha sido superior en la eliminatoria y porque tiene mejores mimbres en su cesto. El partido sirvió para que los rojiblancos se reconciliasen con su gente, después de una semana movida, y para que Zidane tenga el reconocimiento que se merece. Al francés le espera un apasionante duelo ante su ex equipo, la Juventus, y a Simeone agarrarse al tercer puesto liguero, objetivo obligado que pide la entidad rojiblanca.

Simeone apostó por Giménez en el lateral y el Atlético salió como un torbellino. Arrolló al Madrid en el primer cuarto de hora, marcó dos goles y puso patas arriba el Calderón. Con el Madrid dormido, sin desperezarse, fueron Carrasco, Griezmann y Torres los encargados de iniciar una presión alta que dio el balón al Atlético y le permitió crear ocasiones. Saúl, Koke y Gabi apretaban. Danilo veía tarjeta, hubo una acción de Sergio Ramos sobre Godín que pareció penalti. El partido era trepidante. Y Oblak metió una mano providencial a cabezazo de Casemiro. El primer aviso del Madrid encontró respuesta con el gol de Saúl, cabezazo perfecto a la salida de un córner, y el penalti transformado por Griezmann. Varane derribó a Torres y el francés no perdonó desde los once metros. Debió repetirse el lanzamiento porque resbaló el rojiblanco y tocó dos veces el balón.

Dos goles, la remontada en el horizonte y un Madrid que se desperezaba con Isco, muy bien su juego entre líneas, y con Modric. El partido había cobrado una intensidad y un interés desorbitados, pero Simeone mandó parar. El Atlético se replegó, dio el balón al rival y esperó en su campo una contra. Tres córners seguidos del Madrid, mayor presencia en campo rojiblanco y un juego más combinativo hicieron que el juego se voltease. Sin encontrar espacios, sin inquietar a Oblak porque faltaba rapidez en la transición se imponía la calidad madridista. Cristiano no aparecía; Benzema, en cambio, se retrasaba unos metros para asociarse con Marcelo, Kroos e Isco. Sin alardes, creció la versión de los de Zidane y se encogió la de los de Simeone. Llegaron las faltas, las interrupciones, el fútbol canchero ante la permisividad del turco Çakir. Rascaba el Atlético y el Madrid no se asustaba. Muchas tarjetas, poco juego y Simeone esperando al descanso para buscar otras soluciones.

No contaba el técnico rojiblanco con que tres de sus jugadores –Carrasco, Giménez y Godín– permitieran a Benzema hacer la jugada de la noche. En una baldosa, pegado a la línea de fondo, se fue de los tres y mandó un pase hacia atrás. Kroos disparó con fuerza, Oblak despejó como pudo desde el suelo para que Isco, sin oposición, empujase el balón a la red y convirtiera la remontada en una quimera. Error mayúsculo de los defensores. Los pequeños detalles deciden. Sobresaliente para Benzema y suspenso para los rivales.

El Real Madrid había pasado el Rubicón y el Atlético, al menos, lo había dado todo en busca de un resultado imposible. Su imagen era muy distinta a la del Bernabéu. Un despiste le dejó sin vida y en la segunda parte el panorama fue distinto. Hacer tres goles era misión imposible, pero Simeone lo buscó con Gameiro y Thomas. En el Madrid imperó la tranquilidad. Un excelente Benzema fue el que más daño hizo entre líneas. Isco mantuvo su criterio y Modric, con calidad individual, fue creciendo en su juego. No sufría en defensa y sólo Danilo pasaba apuros cuando le encaraba Carrasco.

El partido era de ida y vuelta. El Atlético quería despedirse del Vicente Calderón europeo con un triunfo. Y cuando estuvo cerca del gol apareció Keylor Navas –muy acertado toda la noche– para evitar el doble remate de Carrasco y Gameiro. El belga lo tuvo todo de cara y falló. El francés no pudo enmendar su error y el meta le ganó la acción. Después volvió a lucirse ante Griezmann. Lo mismo que hacia Benzema en el área rival. Cuando se juntaba con Isco llegaban las ocasiones frente a Oblak.

Se trataba sólo de ganar el partido. El Atlético quería sentirse ganador, demostrar que, siendo inferior al Real Madrid, podía irse de la Champions por la puerta grande. Apareció Correa por Koke. Zidane tiró de Asensio y Lucas como en el Bernabéu. Los madridistas celebraban la clasificación y los rojiblancos aplaudían el esfuerzo de los suyos. Pesó mucho el borrón del Bernabéu. Lo de ayer era misión imposible.

2 - Atlético de Madrid: Oblak; Giménez (Thomas, m. 55), Savic, Godín, Filipe; Carrasco, Gabi, Saúl, Koke (Correa, m. 75); Griezmann y Torres (Gameiro, m. 55).

1 - Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Varane, Ramos, Marcelo; Kroos, Casemiro (Lucas Vázquez, m. 75), Modric; Isco (Morata, m. 87), Benzema (Asensio, m. 75) y Cristiano Ronaldo.

Goles: 1-0, m. 12: Saúl cabecea un saque de esquina de Koke. 2-0, m. 16: Griezmann, de penalti. 2-1, m. 42: Isco aprovecha un rechace de Oblak a una magnífica parada al tiro de Kroos.

Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía). Amonestó a los locales Savic (m. 6), Gabi (m. 36) y Correa (m. 85) y al visitante Danilo (m. 3).

Incidencias: partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 55.000 espectadores. Lleno.

Así fue el partido minuto a minuto