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Trump ofrece al islam una alianza contra el EI

El presidente de EE UU propone a 55 líderes árabes dejar atrás la confrontación y «buscar juntos un futuro mejor». Les pide que echen a los terroristas de «sus lugares de oración, sus comunidades y de Tierra Santa»

Cumbre entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y 55 líderes de países musulmanes
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El presidente de EE UU propone a 55 líderes árabes dejar atrás la confrontación y «buscar juntos un futuro mejor». Les pide que echen a los terroristas de «sus lugares de oración, sus comunidades y de Tierra Santa».

Si bien nada tiene que ver con el discurso al mundo musulmán que ofreció Barack Obama en la Universidad de El Cairo en 2009, la primera gira al exterior de Donald Trump, con su primera parada en Riad, es todo un ejercicio de diplomacia para un presidente estadounidense que había insistido en que «el islam nos odia». En su visita de dos días este fin de semana al reino wahabi, Trump buscó dar un mensaje conciliador para poder cerrar acuerdos millonarios con las monarquías de la zona. Tras reunirse ayer con los jefes de Estado de los países del Consejo de Cooperación del Golfo, el presidente de Egipto, Abdel Fatah Al Sisi y otros líderes árabes para discutir sobre la seguridad en la región, la amenaza iraní y estrechar lazos comerciales, el presidente estadounidense dio su primer discurso en el extranjero ante 55 líderes musulmanes.

El texto, escrito por su asesor Stephen Mille , suaviza el lenguaje para no caer en la retórica islamófoba tan habitual en las declaraciones de Trump. «Esta reunión histórica y sin precedentes de líderes, única en la historia de las naciones, es un símbolo para el mundo de respeto mutuo. A los líderes y ciudadanos de todos los países reunidos aquí hoy, quiero que sepáis que Estados Unidos está ansioso por formar vínculos más estrechos de amistad, seguridad, cultura y comercio», declaró el presidente al inicio de su discurso.

Para ello, Trump llamó a la unidad para la lucha contra el terrorismo, evitando utilizar el término «radical islámico» que sustituyó por «extremismo». En definitiva, lo simplificó con «una batalla entre el bien y el mal» que nada tiene que ver con la religión: «Los terroristas no veneran a Dios, veneran la muerte». «Sólo podemos vencer a esta maldad si las fuerzas del bien están unidas y son fuertes», dijo el neoyorquino. «Nuestra meta es una coalición de naciones que comparten el objetivo de erradicar el extremismo y proporcionar a nuestros hijos un futuro esperanzador que honre a Dios», imploró el inquilino de la Casa Blanca, quien recordó que «el 95% de las víctimas de los ataques terroristas son los propios musulmanes», en su mayoría «inocentes de naciones árabes, musulmanas y de Oriente Medio».

Trump, que no oculta su inquina hacia la república islámica, aprovechó también para responsabilizar a Irán de desestabilizar la región de Oriente Medio y lo acusó de apoyar «los indescriptibles crímenes» del presidente sirio, Bachar al Asad. «Todo lo que está ocurriendo en Siria es culpa del régimen iraní», abundó antes de acusar a la república islámica de «respaldar los crímenes inenarrables cometidos por Asad. «Irán distribuye armas y entrena a milicias que extienden la destrucción y el caos», afirmó delante de su anfitrión, el monarca saudí Salman bin Abdulaziz, con el que cerró el sábado un acuerdo de venta de armas por 110.000 millones de dólares (98.000 millones de euros), calificado como el más alto de la historia de Estados Unidos.

Trump llamó a todas las naciones a cooperar para aislar a Irán. «Hasta que el régimen de Irán quiera ser un socio para la paz, todas las naciones con conciencia deben trabajar juntas para aislarlo y rezar para la llegada del día en que los iraníes tengan un Gobierno justo, que tanto merecen», instó el presidente de EE UU.

En términos generales, Trump describió la región como escenario de un «desastre humanitario y de seguridad» y que el «potencial de la zona» está limitado por la violencia y «el derramamiento de sangre». «Nuestra responsabilidad ante Dios, ante nuestra gente y ante el mundo entero es la de permanecer unidos para combatir las fuerzas del mundo donde quieran que estén, y el régimen iraní representa la punta de lanza del terrorismo global», declaró por su parte el rey Salman, archienemigo de Irán.

Al término de la cumbre entre EEUU y los países árabes, el monarca saudí anunció la creación del Centro Global para Combatir la Ideología Extremista (GCCEI, por sus siglas en inglés), que se dedicará a rastrear la actividad de los terroristas en el espacio cibernético, vigilar su intercambio de mensajes, contrarrestar la propaganda del extremismo, reclutar nuevos miembros y fortalecer el islam tradicional y moderado. En este centro para combatir el terrorismo, con sede en Riad, participarán también los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).

Tras la intervención del presidente ante la audiencia árabe, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, compareció ante los medios para insistir en la necesidad de «unir esfuerzos» para «acabar con las fuerzas del mal». Con esta llamada a la unidad, Trump puso fin a su visita a Riad y puso rumbo a Israel, a los Territorios palestinos, al Vaticano, a Bruselas y a Sicilia, para las cumbres de la OTAN y del G7, donde los aliados europeos esperan obtener compromisos claros.