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La extraña charla de Trump y Putin al final de la cena

La Casa Blanca no informó de una segunda conversación entre ambos en el G20. EE UU cede ante Moscú y deja de armar a los rebeldes sirios.

Donald Trump y Vladimir Putin, durante la cumbre
Donald Trump y Vladimir Putin, durante la cumbrelarazon

La Casa Blanca no informó de una segunda conversación entre ambos en el G20. EE UU cede ante Moscú y deja de armar a los rebeldes sirios.

El presidente de EE UU, Donald Trump, mantuvo una segunda conversación con su homólogo ruso, Vladimir Putin, durante la cumbre del G20 el pasado 7 de julio, un encuentro que hasta ahora no había salido a la luz y que fue confirmado por la Casa Blanca a varios medios estadounidenses. En plena cena con los líderes de las grandes potencias, Trump se levantó de la mesa y se fue adonde estaba Putin, una escena que siguieron con la mirada el resto de comensales.

Algo que en un principio se podía interpretar como un encuentro casual no ha hecho más que añadir controversia sobre la figura del magnate y su pretendida cercanía con el líder ruso. Es cierto que su conversación se produjo delante de los demás líderes, pero resulta llamativo que la Casa Blanca no incluyera este encuentro en sus comunicados a los periodistas.

Dicha conversación representa, además, una ruptura total del protocolo, ya que el republicano fue solo. Simplemente un intérprete ruso estuvo con ellos dos ante la atenta mirada del resto de los aliados, que expresaron su malestar en privado porque el presidente de Estados Unidos hiciese diferencias entre ellos. ¿Es una nueva muestra más del caos que impera en la Casa Blanca con el empresario de Nueva York al frente o es un síntoma de una maquinación del presidente de Estados Unidos?

La confirmación oficial del encuentro llegó poco después de que Ian Bremmer, un experto en geopolítica y presidente del Grupo Eurasia, informara en una entrevista televisiva de esa segunda conversación en persona entre los dos mandatarios. Según Bremmer, ese segundo encuentro duró una hora. «Resulta que hay (un encuentro de) una hora esa tarde del que nadie había oído hablar hasta ahora. Está claro que a Trump no le importa lo que tengan que decir los medios sobre su deseo de tener una relación cercana y personal con el presidente ruso», afirmó Bremmer.

De momento, el republicano se ha defendido en Twitter con sus habituales comentarios: «La noticia falsa de la cena secreta con Putin es de enfermos. Todos los líderes del G20 y sus esposas estaban invitados por la canciller de Alemania. La Prensa lo sabía». «Incluso una cena con los 20 líderes más importantes en Alemania les parece siniestra», criticó Trump ante las sospechas de su segundo encuentro con Putin, que incrementa las sospechas sobre las interferencias de Moscú en las elecciones presidenciales americanas de 2016 y las reuniones comprometidas que hubo entre los miembros de su campaña y representantes de Rusia.

La Prensa norteamericana informó ayer de que el Gobierno de su país ha decidido retirar el programa de la CIA utilizado para armar y entrenar a los rebeldes moderados que luchan contra el dictador Bachar al Asad en Siria. Rusia lleva buscando esta decisión desde hace tiempo, y no pocos en EE UU ven esta decisión como una concesión hecha por Trump a su homólogo Putin.

El programa de la CIA en Siria fue aprobado bajo la presidencia de Obama en 2013, pero ha sido criticado incluso por sus defensores debido a la falta de eficacia, sobre todo después de que Moscú decidiera enviar militares sobre el terreno sirio, decantando la batalla del lado de Asad, viejo aliado de los rusos. Según funcionarios citados por «The Washington Post», esta nuevo paso del Gobierno refleja las intenciones de Trump de trabajar conjuntamente con Rusia. Al mismo tiempo, supone reconocer que echar al Asad del poder ya no es una prioridad para la administración estadounidense. Hace tres meses, el presidente ordenó un ataque a una base aérea siria desde la que supuestamente salieron los aviones que usaron armas químicas contra la población civil.