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La piel y los tejidos masculinos, protagonistas de la MBFW

Aristocrazy.
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La capa española y la piel, junto a la sastrería y los tejidos masculinos han vertebrado abrigadas y confortables propuestas para el próximo otoño-invierno, según las colecciones presentadas hasta el momento en la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid.

La sastrería es el epicentro de la colección de Etxeberría. Su objetivo es hacer prendas atemporales, además de experimentar con la moda masculina. Los materiales siguen siendo la base principal de la colección. La napa, el astracán, el potro y la cabra son algunas de las pieles elegidas para confeccionar abrigos y pantalones masculinos, materiales que se han mezclado en perfecta armonía con lanas, fieltros, rayas diplomáticas o patas de gallo.

Los mosaicos como expresión abstracta son el punto de partida de la colección de Devota& Lomba. Piezas con volúmenes modernos, muy trabajados hasta crear espacios novedosos dentro de los ya existentes. La prenda estrella ha sido la capa. Los colores marrón, azul tinta, beige y verde agua dan vida a una serie de prendas que juegan con los cortes hasta encontrar nuevas formas.

Rebuscando en una antigua mercería madrileña de 1911, Juan Duyos encontró una serie de mantones de manila, piezas que le han servido para vertebrar su colección, «Número 15», nombrada así porque lleva quince años en el mundo de la moda y porque quince han sido los mantones de manila que han inspirado la colección. Los bordados del mantón de manila se contraponen a la ligereza de las sedas en siluetas que combinan las líneas rectas con las «evasé». Duyos se ha deleitado con las pieles y ha recuperando una líneas y símbolos de cierta nostalgia, que ha bañado con una paleta de colores que transitaba desde el nude hasta el negro, pasando por el caramelo, el rosa palo y el café.

La firma de joyería Aristocrazy presentó dos tendencias: una, minimalista y sobria, de estética industria y en colores neutros. Otra, «destinada a una mujer ecologista,de gran personalidad en la que el águila es la estrella».

Amaya Arzuaga presentó una colección onírica de gran belleza, esculpida a base de hermosos volúmenes e inspirada en la tradicional capa española, mientras que Roberto Verino prefirió ofrecer cálidas capas y prendas terrenales y abrigadas que invitaban al confort.

Miguel Palacio optó por vestidos ligeros vestidos, adornados con aplicaciones negras a modo de flores, todos ellos coloreados en verde y magenta.

Elena Martín, directora creativa de la firma Martin Lamothe, compone una colección con estampados propios. Esta firma también trabaja la piel de formas diferentes: napa de cordero laminada, sella o desteñida y piel de cabrito oxigenada. Martin Lamothe ha traído a la pasarela madrileña una serie de prendas inspiradas en mujeres brujas y sacerdotisas, medievales y guerreras y románticas y futuristas. Así, se han visto propuestas muy sexys que se convertían en un estilismo monacal por culpa de botas altas hasta la ingle y otras impregnadas con un halo bizantino y helénico, piezas que se acompañaban de austeros sobreros de gran tamaño.

Ailanto se ha inspirado en La Shirley Sherwood Gallery of Botanical Art, galería dedica al arte botánica, para crear unos estampados contemporáneos, muy personales, con motivos vegetales y sutiles mariposas. Sobre la pasarela han abundado prendas de abrigo, entre ellas trencas, tabardos marineros, parkas y americanas que daban cobijo a sutiles vestidos con largo midi, camisas y blusas de crepe o seda entallados. La nota más divertida ha llegado con un impermeable transparente cuajado de lentejuelas.

La ruta de la seda es el punto de partida de Francis Montesinos, un viaje en el que trabaja los tejidos para dar coherencia a la colección. De tal modo, aparecen sedas brocadas en gris y rojo azafrán que recrean la cultura oriental. Chilabas femeninas y masculinas que representan al país africano y estampados de pavo real, en tonos azules y verdes, que imbuyen en la cultura mediterránea.

Por su parte María Barros ha presentado una serie de vestidos inspirados en el lenguaje cinematográfico surrealista que expresaron Luis Buñuel, Germaine Dulac y Jean Cocteau. Una colección marcada por el vestido con volúmenes asimétricos. Lanas y sedas tintadas en azul, rosa y naranja con sutiles pinceladas beige, han dado vida a unos vestidos ceñidos con largo midi y otros con más movimiento y una pequeña cola, conjuntados con unos divertidos botines que llevaba estampados los huesos del pie.