El Euroblog

Hacia un «hung Parlaiment»

El primer ministro británico, David Cameron, participa en un programa de la BBC
El primer ministro británico, David Cameron, participa en un programa de la BBClarazon

A tres días de que Reino Unido acuda a las urnas para elegir un nuevo Parlamento, conservadores y laboristas permanecen empatados a los sondeos con alrededor del 33% de los votos. Probablemente, cuando cierren las urnas el jueves por la noche sabremos quién habrá ganado las elecciones, pero no quién va ocupar el número 10 de Downing Street durante los próximos cinco años. El tradicional bipartidismo británico no está muerto, pero presenta evidentes síntomas de debilitamiento. Como ocurrió en los comicios de 2010, los grandes partidos dependerán para gobernar de las pequeñas formaciones, las grandes perjudicadas por un sistema electoral mayoritario en el que el partido más votado se lleva el escaño.

El papel de partido bisagra o hacedor de reyes que desempeñó el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg se lo diputará ahora Nicola Sturgeon, la primera ministra de Escocia y líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP). De confirmarse los las previsiones, el SNP desbancará como tercera fuerza política en Westminster a los “lib dem”, que podrían perder la mitad de sus actuales 56 diputados. Pero a diferencia de Clegg, que se convirtió en 2010 en viceprimer ministro británico tras pactar una inédita coalición con los “tories” de David Cameron, Sturgeon no desea formar parte del Gobierno, sino influir en la política nacional mediante su apoyo parlamentario a un eventual Gobierno laborista. El líder de estos últimos, Ed Miliband, sin embargo, se niega a aceptar el regalo envenenado del nacionalismo escocés, que exige, a cambio, acabar con la política de austeridad aplicada por el Gobierno liberal-conservador. Cameron, en cambio, ha aprovechado para recurrir al voto del miedo frente a una oposición laborista que estaría dispuesta, según el “premier”, a romper Reino Unido para llegar el poder.

Lo cierto es que desde que perdieran el referéndum de independencia de septiembre, los nacionalistas escoceses no han dejado de crecer en intención de voto e influencia. El SNP ya suma más de 100.000 militantes y ha arrebatado al Partido Laborista la hegemonía electoral en Escocia, donde podría hacerse con la totalidad de los 59 escaños en juego.

Así las cosas y a la espera de que se conozcan los resultados oficiales definitivos la mañana del viernes, se perfilan seis posibles escenarios. 1. La reedición de la actual alianza entre “tories” y liberal demócratas. 2. Un Gobierno conservador en minoría. 3. Un Ejecutivo laborista en coalición con los “lib-dem”. 4. Miliband como primer ministro con apoyos puntuales de los nacionalistas escoceses. 5. Un Ejecutivo laborista en minoría. 6. Una gran coalición entre los dos grandes partidos británicos.

Pase lo que pase, el 7-M supondrá un punto de inflexión en la política de Reino Unido, que hasta hace cinco año pasaba por ser el único país de la UE, junto a España y Malta, que nunca había sido gobernado por una coalición de partidos. Las mayorías absolutas parecen haber quedado para los libros de historia.

pgarcia@larazon.es