Elecciones en Francia

Macron o el equilibrismo político

El primer ministro francés, Èdouard Philippe (dcha.) saluda afectuosamente a su antecesor, Bernard Cazeneuve
El primer ministro francés, Èdouard Philippe (dcha.) saluda afectuosamente a su antecesor, Bernard Cazeneuvelarazon

Once hombres y once mujeres forman el primer Gobierno de la era Macron. El Gabinete I del primer ministro Édouard Philippe es un ejemplo de los malabarismo del nuevo presidente francés por aunar experiencia y renovación en su proyecto para reformar el país vecino. A menos de un mes de la primera vuelta de las legislativas, el Ejecutivo no tiene tiempo que perder. Su primera tarea será convencer a los franceses para que le den la confianza en la urnas y pueda llevar a cabo la agenda de Macron. De no conseguir una mayoría gubernamental suficiente en la próxima Asamblea Nacional, el Ejecutivo anunciado ayer tiene los días contados. Una victoria del partido conservador Los Republicanos (LR), al que pertenece Philippe, abocaría al presidente a una incómoda cohabitación.

Pese a su juventud e inexperiencia política, el inquilino del Elíseo parece ser un maestro para manejar los tiempos a su antojo. Retrasó un día el anuncio del Gobierno para verificar que sus miembros tuvieran un expediente fiscal intachable y no incurrieran en conflictos de intereses. No repetir, en definitiva, los errores de François Hollande que vio con estupor que su ministro de Presupuesto, Jérôme Cahuzac, tenía cuentas en Suiza.

Precisamente, la lucha contra la corrupción y la moralización de la vida pública fue uno de los ejes de campaña del candidato de En Marcha. De ahí que el centrista François Bayrou, nuevo ministro de Justicia, tenga como prioridad absoluta presentar antes de las legislativas una ley en este sentido.

Como prometió, su equipo de Gobierno aglutina a una pluralidad de tendencias políticas. Hasta seis partidos están representados en el Consejo de Ministros, que celebra hoy su primera reunión en el Elíseo. Pesos pesados socialistas ocupan las carteras de Exteriores (Jean-Yves Le Drian) e Interior (Gérard Collomb), mientras que la gestión de la Economía recae en Bruno Le Maire (Economía) y Gérarl Darmanin (Hacienda), dos hombres de LR, que ayer los expulsó de formar fulminante del partido junto al propio Philippe. Y es que la “revolución Macron” amenaza con llevarse por delante el tradicional sistema político de la V República. El jefe de Estado abjura de la división entre derecha e izquierda y prefiere diferenciar entre los progresistas y los conservadores que, según su opinión, existen en todos los partidos. Macron se quiere rodear de los primeros para reformar Francia y presentarse como el unificador de un país polarizado tras la campaña más dura que se recuerda, como la única alternativa a los extremistas de derechas (Marine Le Pen) e izquierdas (Jean-Luc Mélenchon). El viejo sistema bipartidista ha muerto. Ha nacido la era Macron...

pgarcia@larazon.es