Aeropuerto de El Prat

Aeropuertos secuestrados

La Razón
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La gestión del conflicto laboral de El Prat por parte de Aena y por parte del Gobierno ha sido un completo desastre desde el comienzo. Aena es un monopolio público que ha optado por subcontratar parte de sus servicios internos a compañías que apostaban por los bajos costes a expensas de la calidad. El resultado ha sido que las (previsibles) controversias salariales de los empleados han terminado bloqueando el servicio que había sido negligentemente subcontratado por la propia Aena. Sin embargo, por mala que haya sido su administración hasta la fecha, la escalada oportunista y chantajista que acaban de protagonizar los sindicatos –llamando a una huelga de 25 días en todos los aeropuertos españoles – resulta del todo injustificable e indefendible. Lo que los sindicatos en realidad están haciendo es amenazar con secuestrar los aeropuertos españoles –y, en consecuencia, gran parte de la economía española– a menos que el Ministerio ceda ante sus pretensiones.

Y quiero remarcar el verbo «secuestrar» dado que ése es exactamente su plan: escudarse en el derecho de huelga para impedir el funcionamiento de unas infraestructuras claves para el funcionamiento del resto de la economía. A corto plazo, si los sindicatos consuman su amenaza, el Gobierno ha de establecer unos servicios mínimos lo suficientemente garantistas y terminar fijando un laudo arbitral obligatorio (como ha hecho en El Prat). A medio plazo habrá que revisar la regulación sobre el derecho de huelga para que tales chantajes no puedan tener cabida. Y a largo plazo, será imperativo privatizar Aena y romper su monopolio sobre la administración de todos los aeropuertos españoles para que su incompetente gestión no perjudique a los ciudadanos.