El desafío independentista

Arístides Maillol

La Razón
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El Barça acaba de lanzar la propuesta de eliminar del nomenclátor municipal barcelonés al escultor y pintor Arístides Maillol y colocar en su lugar, en la calle que une la Travessera de les Corts con la avenida Doctor Marañón, las placas en recuerdo de Johan Cruyff. Borrar a un fascista para homenajear a un icono de las masas.

Arístides Bonaventure Jean Maillol Rougé entró en el callejero el 20 de diciembre de 1979, en la primera oleada de cambios de denominaciones de los ayuntamientos democráticos y sustituyó al de la División Azul. Natural de Banyuls sur Mer, en el Rosellón francés, escultor, pintor y grabador; fue el cuarto de cinco hermanos nacidos en el seno de una familia catalanoparlante que cultivaba viñas y olivos. Pronto mostró la vocación artística y de muy joven empezó a pintar. Estudió en la École des Beaux-Arts de París y su obra rehuía de la estilización y las formas sofisticadas para adoptar una expresión de gran sencillez e inspirado en la belleza de la antigua Grecia, que siempre ha ejercido una notable influencia sobre el arte catalán. Amigo de Gauguin, sus esculturas tienen un carácter a la vez solemne y sencillo, con un gran equilibrio y siempre enmarcándolas en figuras geométricas, centrándose en el desnudo femenino. Referente cultural de los catalanes residentes en ambos lados de la frontera, la sombra de ser un personaje políticamente incorrecto pende sobre Maillol, y ahora se le arroja a la papelera de la historia. Durante la Guerra de 1914 fue acusado de espionaje a favor de los alemanes y su familia fue sañudamente perseguida. Aquel incidente provocó un paréntesis en el trabajo del escultor durante los cinco años de guerra y, mucho peor aún, le generó repercusiones futuras muy negativas, a raíz de la Segunda Guerra Mundial. En 1940 hizo su última estatua: «La armonía», que no llegaría a terminar, siendo su musa la rusa de origen judío Dina Vierny, colaboradora de la resistencia a la que Maillol le salvó la vida al liberarla de la cárcel gracias a sus contactos con los nazis. Maillol «hablaba catalán, iba con alpargatas, llevaba faja y barretina, bailaba sardanas» y afirmaba: «Yo considero Cataluña mi verdadera patria». Fue un destacado simpatizante del gobierno de Vichy, amigo íntimo del escultor alemán y pro-nazi Arno Breker y acusado de colaboracionista, sus obras fueron proscritas a finales de la II Guerra Mundial. Maillol fue asesinado por militantes del «Partido Comunista Francés» el 27 de septiembre de 1944, en un control de la «Resistencia», aunque oficialmente su fallecimiento se debió a las heridas producidas por un accidente de tráfico, cuando iba a visitar a su hijo Raphaël Maillol, miembro destacado de la fascista «Milice Française». Cerca del campo del Barça, hay una calle dedicada a Sabino Arana, que destacó por el desprecio hacia el resto de los españoles: «El roce de nuestro pueblo con el español causa inmediata y necesariamente en nuestra raza ignorancia y extravío de inteligencia, debilidad y corrupción de corazón», expresó el fundador del nacionalismo vasco, con inusitado júbilo. En la Barcelona de los revanchistas, las «Cassandras», los animalistas y los podemitas, Cruyff sustituirá a un catalán universal, mientras se homenajea al racista vasco.